Secuestradores buscan reducción de sus sentencias

Tribunal redujo la condena a hombre que plagió a un niño

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Rigoberto Vásquez Panameño debería recobrar su libertad en 2050. Foto EDH / ARCHIVO.

Por Diana Escalante sucesos@eldiariodehoy.com

2014-04-06 7:00:00

Carlos Alfredo Umaña Manzano, condenado en 2005 a 35 años de prisión por secuestrar, en 2001, al niño Felipe Salaverría, logró que el Tribunal 6º de Sentencia de San Salvador le redujera la sentencia a 23 años y cuatro meses de cárcel, por considerar que su participación fue de “cómplice no necesario” y no de autor directo del hecho.

El beneficio obtenido por este convicto, hace 10 días, le ha dado esperanzas a otros cuatro secuestradores de que ellos también podrían correr con la misma suerte.

Por esta razón, los reclusos han solicitado certificaciones de sus sentencias y en los próximos días presentarán sus recursos de revisión de penas, “amparado en la misma fundamentación que presentó en el Tribunal de Sentencia Umaña”, denunció ayer el jefe de la Unidad Contra el Crimen Organizado de la Fiscalía, Rodolfo Delgado.

Los cuatro delincuentes que, según el jefe fiscal, “están buscando todos los ardides legales para intentar recuperar su libertad” son: Rigoberto de Jesús Vásquez Panameño, Mario Enrique González Fernández, Gabriel Ernesto Padilla y Sandra Evelyn Alvarado Cañas.

La Fiscalía sostuvo que estas personas estaban vinculadas a las bandas delictivas Tacoma Cabrera y Los Malditos, cuyos integrantes fueron encontrados culpables de raptar a empresarios y comerciantes, entre 2000 y 2002, para después exigirles a sus familiares elevadas cantidades de dinero a cambio de liberarlos.

Delgado señaló que González Fernández es otro delincuente que ha pedido al Tribunal 5º de Sentencia de San Salvador que se le revise la pena. No obstante, esta solicitud fue rechazada en cuanto a los argumentos similares a los que usó Umaña (modificar su responsabilidad de autor directo a cómplice).

“Solo se revisará en virtud de las reformas legales que existieron para reducir las penas en los concursos reales de los delitos”, dijo Delgado.

El reo fue condenado a 300 años de cárcel, de los cuales debe cumplir 75, por haber participado en los plagios de Jorge Alberto Ponce Serrano, Juan Antonio Vidrí Valdez, Óscar Rodríguez González, Rodrigo Antonio Quevedo Reyes y la alemana Herta Margarita Korn Cañas.

Cuestionan a jueces

La Fiscalía teme que se convierta una práctica continua el que secuestradores que purgan condenas de cárcel empiecen a presentar recursos de revisión de sentencias para que se les reduzcan sus años en reclusión o se les abran las puertas a la libertad.

“Es lamentable que algunos jueces se vean sorprendidos por las artimañas legales (de los secuestradores) para estar modificando sus sentencias y buscar mecanismos para acortar las penas que les fueron impuestas”, expresó Rodolfo Delgado.

Según él, en la década pasada, en El Salvador se implementó una política de Estado que permitió controlar la ola de secuestros; producto del trabajo coordinado de La Fiscalía, la Policía y el Órgano Judicial se logró desarticular a bandas a las que se les atribuía hasta una veintena de secuestros; además se obtuvieron condenas de los principales cabecillas de las mismas.

Las estadísticas de las autoridades revelan que en el 2001, fueron arrestados 209 plagiarios; un año antes se aprehendieron a 123 y en 1999, a 101.

En 2002 se registraron 19 secuestros a nivel nacional; en 2001, se conocieron 49 casos; en 2000, 114, y en 1999, 101.

“Es una lástima que 10 años después se quiera romper una cadena de buenas actuaciones que llevaron a proporcionar tranquilidad a los ciudadanos en cuanto a los delitos de secuestro”, dijo el delegado del Ministerio Público.

Sobre la posibilidad de que la Fiscalía pida que se investigue a los jueces que integran el Tribunal 6º de Sentencia por beneficiar a Umaña, Delgado aclaró que esa decisión tendrá que tomarla el Fiscal General, Luis Martínez.

No obstante, se mostró sorprendido por el fallo que dieron a favor de Umaña porque su caso ya había sido llevado a todas las instancias judiciales que permitía el Código Procesal Penal derogado.

A eso se suma que el mismo Tribunal que en 2005 emitió la sentencia original esté integrado por algunos juzgadores que días atrás le rebajaron 12 años de cárcel.

Historial delictivo

Entre los cuatro convictos que, según el Ministerio Público, han iniciado diligencias para que se les acorte su paso por la prisión, hay uno con largo historial delictivo, como Rigoberto de Jesús Vásquez Panameño, quien era integrante de la banda de secuestradores Los Malditos.

El convicto, quien en 2009 purgaba dos condenas de 20 y 21 años por secuestro saldría libre en el año 2050, se fugó de las instalaciones del hospital Rosales, donde había sido llevado desde el penal de San Vicente bajo custodia para una consulta médica.

De acuerdo con las autoridades, cuando Vásquez salió de la cita junto al custodio se encontraron con una mujer que aseguró ser la esposa del secuestrador.

Mientras caminaban hacia el estacionamiento, para esperar el transporte que los llevaría de nuevo al presido de San Vicente, la mujer le ofreció comida al empleado estatal y este la aceptó. Más tarde, el custodio fue encontrado en estado inconsciente en las cercanías de una pasarela.

Así fue como el delincuente logró escapar. Durante cuatro meses estuvo prófugo hasta que fue recapturado, en febrero de 2010, en la colonia Altavista, en Ilopango.

El resto de secuestradores pertenecen a la banda Tacoma Cabrera, que se formó con la fusión de dos agrupaciones dedicadas a los robos para involucrarse en los secuestros a finales de los años noventa.

Las autoridades consideraban a este grupo delictivo como una de las organizaciones criminales más grande del país. Algunos de sus miembros pertenecieron a los desaparecidos cuerpos de seguridad como la Guardia Nacional, la Policía de Hacienda y la Policía Nacional. También hubo algunos agentes de la Policía Nacional Civil que se involucraron con la organización.

A la referida organización criminal le atribuyeron en su momento, además de los secuestros, una serie de asaltos a agencias bancarias, a establecimientos comerciales, robos de cajeros automáticos y furgones; asesinatos de algunos de sus miembros.

En 2003, 14 miembros de dicha banda se escaparon tranquilamente de las bartolinas del Centro Judicial “Isidro Menéndez”. Solo uno fue recapturado minutos después por la Policía.