La fiesta de Pentecostés, después de la Resurrección

Esta celebración se da 50 días después de haber celebrado la Vigilia Pascual

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La vigilia de Pentecostés es celebrada 50 días después de que finaliza la Semana Santa. Simboliza la venida del Espíritu Santo sobre los apóstoles y la Virgen María. Foto EDH / Archivo

Por Iris Lima comunidades@eldiariodehoy.com

2014-04-19 11:00:00

El final de la Semana Santa, con la Resurrección de Jesús, marca el inicio de los 50 días de una fiesta de la Iglesia Católica que conmemora la venida del Espíritu Santo sobre los Apóstoles. Se trata de Pentecostés.

Aunque el origen se remonta a la celebración que los judíos hacían para dar gracias por las cosechas. Luego, el sentido de la fiesta es la promesa que Jesús hizo antes de partir al cielo: “Pero el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, Él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que os he dicho” (San Juan 14:26).

De acuerdo con el sacerdote de la parroquia San Miguelito, en Santa Ana, presbítero Edwin Baños, la fiesta de Pentecostés es muy emblemática porque después de la Ascensión de Jesús al cielo, mientras estaban reunidos los apóstoles con María, la Madre de Jesús, recibieron el Espíritu Santo.

La historia relata que era el día de la fiesta de Pentecostés; y los discípulos tenían miedo de salir a predicar.

De repente, un fuerte viento y pequeñas lenguas de fuego se posaron sobre ellos y cada uno recibió al Espíritu Santo. De ahí es que es una tradición que para esta fiesta, la iglesia utilice los símbolos de las lenguas de fuego, el viento y las palomas para representar al Espíritu Santo.

Para esta celebración se realiza una vigilia que es denominada: “Vigilia de Pentecostés”. El objetivo es que durante la misma, los fieles católicos pidan en oración que el Espíritu Santo se manifieste en sus vidas.

Además, durante la misa se hace una reflexión a la luz de la Santa Biblia sobre los siete dones del Espíritu Santo.

“Él (Dios) además de santificarnos nos da todos los elementos en la vida espiritual para vivir según el Espíritu, con sus dones y con sus frutos”, reflexiona el sacerdote.

Agrega que con Cristo Resucitado, sólo es cuestión de que el cristiano ponga su corazón para llenarse con el Espíritu Santo y vivir según Él.

De acuerdo al presbítero Baños, son dos tiempos fuertes que interrumpen el tiempo ordinario de la iglesia. Uno es el de Cuaresma y el otro es el de Pascua.

La Cuaresma, que son 40 días, es un tiempo de sacrificio, de oración, de penitencia, de ayuno, prepara al católico para la Resurrección de Jesucristo. Mientras que el tiempo de Pascua, que son 50 días y que inician con la Vigilia Pascual, es un tiempo de alegría, de luz, de serenidad, que debe preparar para la fiesta de Pentecostés.

“Con la vigilia de Pentecostés coronamos la venida del Espíritu Santo”, aseguró el sacerdote.