Recortar gastos y elevar el PIB sugieren analistas

Nuevo gobierno también debe revisar la política de endeudamiento público del país

descripción de la imagen
El país debe generar condiciones de inversión para que se generen más empleos. Foto EDH /archivo

Por Daniel Choto politica@eldiariodehoy.com

2014-04-21 7:00:00

El nuevo gobierno tendrá el gran reto de administrar de mejor forma los recursos del Estado, recortar los gastos innecesarios, aumentar el crecimiento anual del Producto Interno Bruto (PIB) y recurrir a menor deuda pública, según analistas consultados.

Tres reconocidos analistas económicos coinciden en que una gran cantidad de los ingresos, provenientes de una mayor recaudación de impuestos y de más endeudamiento público, se utilizaron para aumentar el gasto corriente del gobierno, según datos publicados en el sitio web del Ministerio de Hacienda, y que este periódico sintetizó en su edición de ayer.

Según la nota en los últimos cinco años el gasto corriente ha pasado de $1,541.8 millones al finalizar 2009 a $3,541.4 millones en diciembre de 2013, es decir un alza en pago de remuneraciones, bienes y servicios y otros de $1,999.6 millones.

Para Manuel Enrique Hinds, el incremento del gasto corriente en este quinquenio no tiene otra explicación que el despilfarro de los recursos del Estado.

“Lo que se nota es que han desperdiciado el dinero, porque no se ve nada que realmente se pueda enseñar como resultado de ese gasto. O sea el problema es que ha aumentado tanto el gasto, pero además de que es dinero botado”, dijo.

Hinds añadió que en El Salvador hay muchas necesidades donde se pudo haber utilizado bien ese mayor gasto por parte del gobierno que va de salida, en lugar de utilizarlo en cosas innecesarias.

“Aquí hay dónde aumentar el gasto, mejorando la educación, mejorando la salud, que hubieran hecho nuevos hospitales; si se viera todo eso, usted diría ‘qué bueno que se gastó ese dinero en ello’, pero no”, destacó.

Por el lado de la deuda también opina que no existe ninguna razón lo suficientemente válida para que esta se haya disparado como ocurrió en estos últimos cinco años del gobierno, y más bien es otra muestra de dinero malgastado.

“Tampoco hay alguna manera válida para endeudarse de esta manera, ninguna, porque también ese dinero lo han botado. Es que es el mismo dinero que se gastaron de más y ese dinero, luego, se tradujo en deuda”, afirmó.

Por su parte el economista Rigoberto Monge explicó que uno de los errores del actual gobierno, es que no hizo una escala de prioridades para ejecutar su gasto.

“No llegamos a tener una tabla de prioridades en la que uno se pudiera montar como para poder explicarse semejante cantidad de gastos corrientes. No es otra cosa más que gasto de funcionamiento del gobierno”, dijo.

Otro de los señalamientos hechos por Monge es que no ha habido eficiencia en la ejecución del presupuesto de gastos del gobierno, en especial lo que se refiere a algunos subsidios.

“No llegamos a tener claridad sobre un método eficiente y efectivo para aplicar esos subsidios. El más claro ejemplo es el del gas licuado, donde hemos observado en los cinco años toda una serie de intentos frecuentes de ir explicando a la población la manera en que esos subsidios se hacen llegar a los sectores que más lo necesitan”, aclaró.

Otro factor que según él ha disparado el gasto corriente es el creciente endeudamiento público para que el país pueda cumplir con el pago de intereses de préstamos contratados por administraciones anteriores.

“En la medida en que ese incremento en el volumen de endeudamiento ha sido el gasto en concepto del pago de los intereses …, de tal manera que la falta de una política de endeudamiento público también nos ha llevado a incurrir de manera creciente en el volumen de gastos corrientes en concepto del pago de los intereses de la deuda pública”, aclaró el economista.

Crisis financiera mundial

Sin embargo justificó que gran parte del aumento del gasto corriente se originó en los primeros años de la gestión Funes, sobre todo por los efectos de la crisis económica y financiera mundial que ocurrió en 2008, pero que en El Salvador se sintió con más fuerza en 2009.

Según Monge, la política anticíclica para generar un gasto que dinamizara la actividad económica y asistir así a los sectores vulnerables de la población más afectado por la crisis.

“Aquellos sectores faltos de empleo, para aquellos sectores de los adultos mayores, etc., entonces sobre ellos se volcó un volumen creciente de gastos corrientes, que de alguna manera pudieron tener efectos positivos”, explicó. Pero el problema es que esos gastos excesivos no se cortaron inmediatamente que pasó la crisis, sino que se han mantenido, agregó.

“En conclusión, el gobierno ha seguido incrementando su participación en la actividad económica, como parte de la política anticíclica del año 2009, aún cuando en 2014 ya no tenemos los rigores de la crisis de ese año”, destacó.

El también economista Claudio de Rosa considera que la mayor parte del incremento del gasto corriente tuvo a la base el aumento de nuevas plazas en el Ejecutivo y mayores salarios.

“Una de las principales causas de esta desmedida alza en los gastos corrientes, tiene que ver con el aumento del número de nuevos empleados públicos contratados y el nivel de salarios que se pagan en ciertos estratos, que en conjunto han elevado las remuneraciones”, dijo.

En ello ha influido también una mayor erogación para el pago de subsidios, sobre todo porque algunas de subvenciones estatales aún continúan otorgándose a muchas familias que no lo necesitan, aclaró De Rosa.

Deuda para gasto

Los tres economistas también coinciden en que la mayor parte de los $4,652 millones de deuda contratada de más entre el 2009 y 2013, tiene que ver con que muchos de esos recursos se utilizaron en pagar gasto corriente como subsidios y los intereses de la deuda pública.

De Rosa explicó que “buena parte de la deuda externa se utilizó para pagar subsidios como los uniformes y paquetes escolares, el subsidio al gas propano y los intereses de la deuda”, entre otros gastos corrientes.

De Rosa, Hinds y Monge criticaron además que no se haya logrado una mayor inversión pública a la proyectada en el plan quinquenal.