Las pandillas volvieron a demostrar su nivel de logística y preparación para perpetrar ataques. Ayer controlaron la hora exacta de salida de las bartolinas de un grupo de mareros de la 18, siguieron el vehículo donde viajaban, les dieron persecución cinco cuadras y luego los acribillaron a balazos en plena vía pública.
El ataque provocó que más de 60 policías, entre investigadores y efectivos de unidades especiales, trabajaran en más de ocho horas para recolectar los más de 50 casquillos y rastrear las colonias aledañas en busca de los responsables. No hubo capturas.
El jefe policial de la zona metropolitana, Mauricio Arriaza Chicas, confirmó que tres de los asesinados eran mareros de la 18 y residían en la colonia Santa Rosa, en Cuscatancingo, y la cuarta víctima, era el taxista que los conducía.
Los sujetos asesinados fueron Wilber C. S., de 16 años; Jonathan Alberto Santos Cruz, de 18, y Daniel Eduardo Melara Henríquez, de 20. Mientras que Marvin Fernando Hernández, era el taxista.
Arriaza Chicas indicó que en el taxi también viajaban otras dos personas, una de ellas resultó ilesa y la otra fue alcanzada por los disparos.
Al parecer, la persona ilesa fue la que contrató al taxista para que trasladara a las víctimas en las bartolinas de la urbanización Ciudad Futura, situadas a cinco cuadras aproximadamente de la escena de la masacre. Los investigadores dijeron que eran dos mujeres las que sobrevivieron y otro marero.
El jefe policial detalló que los pandilleros fueron detenidos el viernes pasado en su lugar de residencia por el delito de resistencia y agrupaciones ilícitas.
Sin embargo, al no tener evidencias contra ellos, la Fiscalía ordenó su libertad tras cumplir las 72 horas detenidos. Otra fuente policial dijo que los sujetos eran investigados por extorsionar en su colonia a comerciantes.
Arriaza Chicas sostuvo que el ataque fue perpetrado desde un vehículo, del cual se negó a dar características para no entorpecer las investigaciones.
Sin embargo, los investigadores de la Policía coincidieron que los atacantes habrían utilizado otro carro o motocicleta, ya que dos de las víctimas fueron asesinadas a pocos metros de la escena cuando intentaban escapar.
La masacre fue perpetrada en una colonia la cual está atestada de pandilleros de la mara Salvatrucha. Arriaza Chicas dijo que el ataque pudo ser por la disputa de territorio o por dar un mensaje. Los atacantes utilizaron armas calibre 9 milímetros.
Al lugar llegaron parientes de las víctimas. Los del taxista negaron que su familiar era pandillero. Otras madres expresaron que sus hijos no eran pandilleros.