SANTA ANA. A pesar de que los santanecos demandan que la alcaldía coloque las tapaderas de los tragantes de aguas lluvias, esta no sabe cuántas han sido hurtadas y tampoco cuenta con un plan para su sustitución.
Las mismas han sido sustraídas para ser vendidas en las chatarreras, que las pagan a precios altos por estar hechas de hierro fundido.
El problema no solo se registra en el centro de la ciudad; sino también en las colonias.
Las personas aseguraron que la falta de las estructuras facilita que los tragantes se utilicen como basureros y que, en tiempo de lluvia, sean arrastrados otros objetos que los obstruyen.
Carmen Benítez reconoció que la falta de tapaderas también genera inseguridad a los transeúntes.
La ciudadana aclaró que es peligroso que una persona, que no se percate del agujero descubierto, caigan en estos pozos.
“Esos hoyos son muy peligros, sobre todo en las noches, cuando muchas calles son oscuras”, agregó.
El alcalde Alfredo Peñate manifestó, a mediados de febrero, que los empresarios accederían a eliminar los rótulos de sus negocios en el Centro Histórico, a cambio de que la alcaldía coloque las tapaderas de desagües y aguas lluvias. El edil dijo que utilizarán recursos del Fodes para adquirir dichas estructuras.
Sin embargo, el 20 de febrero fue el Ministerio de Obras Públicas (MOP), a través de un convenio con la comuna, el que comenzó a instalar tapaderas pero sólo para los pozos de aguas lluvias y negras.
Estos se encuentran al centro de las calles; mientras que los otros, en las esquinas.
Las estructuras del MOP están hechas con materiales que no son atractivos a los delincuentes.