Niña está parapléjica tras sufrir herida de bala

El proyectil le atravesó el cuello y le seccionó el 70 por ciento de la médula

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La paciente de nueve años permanece delicada en la Unidad de Cuidados Intermedios del hospital Bloom, respira con ayuda de un aparato. Foto edh / archivo

Por Yamileth Cáceres nacional@eldiariodehoy.com

2014-03-24 8:00:00

La niña de nueve años tiene un pronóstico reservado y está en la Unidad de Cuidados Intermedios del Hospital de Niños Benjamín Bloom sin poder respirar por sí sola, tampoco puede mover sus miembros inferiores ni superiores.

Ella sufrió una lesión de bala a nivel de la columna cervical C5 y C6. El proyectil le atravesó el cuello, en el trayecto le seccionó el 70 por ciento de la médula, eso la ha dejado cuadripléjica, es decir que no puede mover los brazos ni las piernas.

El 11 de marzo, la infante fue referida de la zona occidental de país al Bloom; esta llevaba un trauma cervical y según exponían fue causado por una aparente caída de una altura de medio metro, cuando se mecía en una hamaca, manifestó Carlos Mena, epidemiólogo del Bloom.

La niña llegó a ese hospital un día después del incidente; ya que este había ocurrido el 10 de marzo a las 11:15 de la mañana, pero sus familiares la llevaron a consultar el 11 de marzo.

Previo a su llegada al centro de atención pediatrica, los médicos le suturaron unas heridas a ambos lados del cuello.

Ya en el Bloom, los especialistas identificaron un tatuaje en una de las lesiones del cuello, es decir, una marca que dejan la pólvora del arma.

“En la referencia, ellos dicen que hay un sangrado, que en el hospital le suturaron y la ingresaron… luego tuvo un deterioro progresivo lo cual los obligó a referirla pensando (en que podía ser) un traumatismo craneoncefálico (golpe en la cabeza) severo que necesitaba ser visto por especialistas”, dijo Mena.

La revisión determinó que tenía un orificio de entrada de un proyectil al lado derecho del cuello y otro de salida al lado izquierdo que le afectó la columna cervical.

Mena comentó que la infante pasó a sala de operaciones para descomprimirle la médula, pero el daño ya estaba hecho. Añadió que a la paciente se le suministra esteroides para desinflamar la médula, pero se corre el riesgo que adquiera una infección nosocomial.

Debido a la gravedad de la lesión, los estímulos no pasan al resto del cuerpo. “Aunque la bala no le cortó toda la médula, si (lo hizo) en tres cuartas partes, ya con eso queda desconectada”, comentó un médico, que pidió reservar su nombre.

Una de las situaciones que desconciertan a algunos especialistas es la trayectoria del proyectil, las balas perdidas van en parábola y el de la niña de nueve años es horizontal.

Este es el séptimo caso de infantes lesionados con arma de fuego que atiende el hospital Bloom en las primeras 12 semanas epidemiológicas del año y es la paciente de mayor gravedad.

El penúltimo caso fue el de una niña de 10 años proceden de Mejicanos, la paciente fue trasladada al establecimiento sanitario el 18 de marzo a las 4.45 de la tarde por agentes de la Policía Nacional Civil (PNC).

La lesión la presentaba en la región dorsal del pie izquierdo, pero no hubo fractura.

A la niña se le hizo un lavado quirúrgico, se le suministró suero, antibióticos y la vacuna antitetánica, dijo Mena.

Un día antes, a las 7:00 de la noche en la Emergencia recibieron a un niño de dos años herido por arma de fuego en el brazo derecho y la mano izquierda.

Mena expresó que la misma bala rozó los dos miembros del niño, por lo que la lesión se consideró superficial, el hecho sucedió en el Barrio La Vega, en la capital, cuando sujetos atacaron a un acompañante de la mamá del infante.

El resto de los casos se atendieron entre el 25 de febrero y el 30 de diciembre, este último corresponde a la primera semana epidemiológica de 2014.

Se tratada de un niño de 11 años originario de Sonsonate, quien tenía una lesión en el tobillo izquierdo originado por una bala perdida.

Otras de las víctimas son una niña de cinco años, quien fue impactado por una bala perdida en el muslo derecho cuando jugaba frente a su casa; un infante de nueve años con una herida en el cuarto dedo de la mano derecha y otro de 10 años con daño en el tobillo izquierdo.

Mena manifestó que estos casos se refieren al área de Pediatría Social para que hagan las averiguaciones necesarias y se notifique a las instancias que velan por los derechos de la niñez porque son considerados como maltrato infantil.

“Se pasan a pediatría porque son los responsables de reportar todos esos tipos de accidentes, ellos les hacen el estudio, el seguimiento y de ser necesario tienen que contactar a la fiscalía, al ISNA, a todos los responsables para hacer la investigación necesaria. Mientras no se compruebe lo contrario todo esto es un maltrato infantil, es un abuso físico”, añadió el epidemiólogo. Mena informó que por lo general los pacientes que llegan baleados sufren lesiones en los miembros superiores o inferiores.

El año pasado 22 niños menores de nueve años fueron atendidos en los hospitales de la red públicas, 20 de ellos en el Bloom. De acuerdo con los datos del Minsal dos infantes murieron por esta causa, además registran 353 ingresos por lesiones con arma de fuego en el grupo de los 10 y 19 años.

En diciembre de 2008, en el Bloom atendieron a una niña de 11 años que quedó cuadripléjica tras el impacto de una bala en la médula, murió en julio de 2011.