Policía incrimina a violador de escapar de penal y matar ganadero

Las frágiles medidas de seguridad que tiene el penal de La Unión permitieron que un sujeto condenado a 10 años se escapara y que después de 21 días fuera vinculado a un doble homicidio en Anamorós.

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La casa de la familia de Bonifacio Medrano Villatoro, en Anamorós, está desolada desde diciembre pasado. Foto EDH / Lisette Lemus

Por ??scar Iraheta sucesos@eldiariodehoy.com

2014-03-23 7:00:00

La espaciosa casa de campo donde vivía el ganadero Bonifacio Medrano Villatoro, de 63 años, está sola desde el 23 de diciembre pasado. Su familia vendió las más de 300 cabezas de ganado que tenía y todos sus otros bienes. Abandonaron la vivienda porque don Facho fue asesinado tres días antes, cuando estaba reunido con varios amigos, en el casco urbano de Anamorós, en La Unión.

En el hecho también murió Pablo Humberto Martínez, conocido como Pablito, y tres personas más resultaron heridas. Todos, pobladores de Anamorós.

Los que habitan en el casco urbano del municipio no están acostumbrados a vivir entre la violencia criminal. Algunos tienen miedo de que este hecho sea el inicio de una serie de asesinatos en la zona; sospechan de alguien, pero evitan especular sobre quién pudo haber perpetrado el doble asesinato y por qué.

Los investigadores de la Policía Nacional Civil, sin embargo, aseguran según el expediente que el presunto responsable de haber asesinado a don Facho y a Pablito y de haber lesionado a tres personas más es un pandillero de la mara Salvatrucha, identificado como Edwin Domingo Zetino Escobar, (a) El Mingo, de 23 años.

“Nosotros sabemos que El Mingo fue el que mató a esas personas. Tenemos testigos que lo señalan directamente y que lo reconocieron. Pero debemos demostrarlo con pruebas ante un juez. Estamos seguros que él fue”, dijo una fuente policial.

Los agentes de Anamorós estaban ya descansando de Zetino Escobar: el sujeto fue condenado a 10 años de cárcel, pero escapó de prisión en noviembre pasado.

A mediados de 2012, el pandillero agredió sexualmente a una menor de edad, originaria del municipio de Lislique; la acosó por varias semanas a bordo de su carro y motocicleta, según la investigación, pero como la joven no accedió a sus pretensiones amorosas, abusó de ella.

Fue sentenciado por agresión sexual agravada en menor y por amenazas graves. Por esa condena está a la orden del Juzgado Segundo de Vigilancia Penitenciaria de San Miguel.

Desde finales de noviembre de 2013, Zetino Escobar se volvió a convertir en el dolor de cabeza de la Policía de Anamorós. El pandillero se valió de las frágiles medidas de seguridad que tiene el Centro Penal de La Unión y huyó junto a un pandillero identificado como Joel Jhonathan Coreas Valladares.

Este último está condenado a cuatro años de cárcel por el delito de tenencia, portación o conducción ilegal e irresponsable de arma de fuego. También purgaba una condena de cinco años por extorsión.

Tras la fuga, la Dirección General de Centros Penales informó de los perfiles de los dos convictos, pero no dio detalles de la forma en la que huyeron ni de los problemas que arrastra el sistema penitenciario por la vulnerabilidad de las cárceles. (Ver página siguiente).

Habría cometido el doble homicidio por sicariato

Los investigadores de la Policía que le siguen la pista aún no tienen claro por qué Zetino habría vuelto a delinquir. Aún no han establecido hacia quién iba dirigido el ataque o si era un hecho para ganar poder entre la mara Salvatrucha, afirman las fuentes policiales.

Los detectives aseguraron que el convicto no tenía enemistades con las víctimas ni ellas figuran como testigos del delito por el que lo condenaron.

“En un primer momento creíamos que el convicto había matado a esas personas (don Facho y Pablito) porque eran testigos o habían declarado en contra de él, pero no hemos encontrado ninguna relación de ese tipo”, aseguró la fuente policial.

Los informantes detallaron que el convicto supuestamente llegó a bordo de una motocicleta con el rostro semicubierto, acuerpado por otro sujeto que no ha sido identificado. Sacó un arma de fuego y disparó de inmediato contra don Facho, luego lo hizo contra Pablito, quien estaba a pocos metros del ganadero. Después disparó contra el grupo de personas que estaban en una reunión de Alcohólicos Anónimos, en la calle principal del barrio Las Flores, en el casco urbano.

El hecho de violencia fue cometido a las 7:30 de la noche, según publicaciones de El Diario de Hoy. Tras escuchar la ráfaga de disparos, los agentes policiales no demoraron más de cinco minutos en llegar a la escena, pero era tarde, el presunto hechor huyó por las veredas y calles que perfectamente conoce, ya que también es oriundo de Anamorós.

“El personal estaba en la cancha de fútbol del pueblo, porque era la clausura del torneo navideño; cuando se oyeron los disparos se movilizan, pero ya se había ido por las múltiples salidas que tiene el municipio”, sostuvo la fuente policial.

La Policía confirmó que, al saber que el convicto huyó del penal de La Unión, en noviembre pasado, ordenaron darle custodia policial a la niña a la que agredió sexualmente y a la familia de esta, ya que temen que podría vengarse por haberlo denunciado.

Los que conocen a Zetino Escobar no creen que haya cometido tanta maldad, se expresan de él como un muchacho que era trabajador antes de estar preso. Vivía con su madre en una casa situada a pocos metros de donde habría perpetrado el doble asesinato.

La Policía dice que, según las investigaciones que le han seguido, el prófugo, al parecer, se dedicaba a la ganadería, con cerdos, fabricación de queso y otras labores del campo. “Nos han informado que en la escuela y el bachillerato lo excluían mucho. Por eso era como una persona resentida con la sociedad. Vivía expulsado y después se hizo un tatuaje en el brazo izquierdo, pero no era alusivo a las pandillas”.

Los oficiales afirmaron tener indicios de la zona en la que está, pero no la revelaron para no entorpecer la investigación. Y agregaron que está siendo apoyado por tres sujetos y por varios niños, a quienes utiliza para que hagan pequeños cobros de extorsión. La espaciosa casa de campo donde vivía el ganadero Bonifacio Medrano Villatoro, de 63 años, está sola desde el 23 de diciembre pasado. Su familia vendió las más de 300 cabezas de ganado que tenía y todos sus otros bienes. Abandonaron la vivienda porque don Facho fue asesinado tres días antes, cuando estaba reunido con varios amigos, en el casco urbano de Anamorós, en La Unión.

En el hecho también murió Pablo Humberto Martínez, conocido como Pablito, y tres personas más resultaron heridas. Todos, pobladores de Anamorós.

Los que habitan en el casco urbano del municipio no están acostumbrados a vivir entre la violencia criminal. Algunos tienen miedo de que este hecho sea el inicio de una serie de asesinatos en la zona; sospechan de alguien, pero evitan especular sobre quién pudo haber perpetrado el doble asesinato y por qué.

Los investigadores de la Policía Nacional Civil, sin embargo, aseguran según el expediente que el presunto responsable de haber asesinado a don Facho y a Pablito y de haber lesionado a tres personas más es un pandillero de la mara Salvatrucha, identificado como Edwin Domingo Zetino Escobar, (a) El Mingo, de 23 años.

“Nosotros sabemos que El Mingo fue el que mató a esas personas. Tenemos testigos que lo señalan directamente y que lo reconocieron. Pero debemos demostrarlo con pruebas ante un juez. Estamos seguros que él fue”, dijo una fuente policial.

Los agentes de Anamorós estaban ya descansando de Zetino Escobar: el sujeto fue condenado a 10 años de cárcel, pero escapó de prisión en noviembre pasado.

A mediados de 2012, el pandillero agredió sexualmente a una menor de edad, originaria del municipio de Lislique; la acosó por varias semanas a bordo de su carro y motocicleta, según la investigación, pero como la joven no accedió a sus pretensiones amorosas, abusó de ella.

Fue sentenciado por agresión sexual agravada en menor y por amenazas graves. Por esa condena está a la orden del Juzgado Segundo de Vigilancia Penitenciaria de San Miguel.

Desde finales de noviembre de 2013, Zetino Escobar se volvió a convertir en el dolor de cabeza de la Policía de Anamorós. El pandillero se valió de las frágiles medidas de seguridad que tiene el Centro Penal de La Unión y huyó junto a un pandillero identificado como Joel Jhonathan Coreas Valladares.

Este último está condenado a cuatro años de cárcel por el delito de tenencia, portación o conducción ilegal e irresponsable de arma de fuego. También purgaba una condena de cinco años por extorsión.

Tras la fuga, la Dirección General de Centros Penales informó de los perfiles de los dos convictos, pero no dio detalles de la forma en la que huyeron ni de los problemas que arrastra el sistema penitenciario por la vulnerabilidad de las cárceles. (Ver página siguiente).

Habría cometido el doble homicidio por sicariato

Los investigadores de la Policía que le siguen la pista aún no tienen claro por qué Zetino habría vuelto a delinquir. Aún no han establecido hacia quién iba dirigido el ataque o si era un hecho para ganar poder entre la mara Salvatrucha, afirman las fuentes policiales.

Los detectives aseguraron que el convicto no tenía enemistades con las víctimas ni ellas figuran como testigos del delito por el que lo condenaron.

“En un primer momento creíamos que el convicto había matado a esas personas (don Facho y Pablito) porque eran testigos o habían declarado en contra de él, pero no hemos encontrado ninguna relación de ese tipo”, aseguró la fuente policial.

Los informantes detallaron que el convicto supuestamente llegó a bordo de una motocicleta con el rostro semicubierto, acuerpado por otro sujeto que no ha sido identificado. Sacó un arma de fuego y disparó de inmediato contra don Facho, luego lo hizo contra Pablito, quien estaba a pocos metros del ganadero. Después disparó contra el grupo de personas que estaban en una reunión de Alcohólicos Anónimos, en la calle principal del barrio Las Flores, en el casco urbano.

El hecho de violencia fue cometido a las 7:30 de la noche, según publicaciones de El Diario de Hoy. Tras escuchar la ráfaga de disparos, los agentes policiales no demoraron más de cinco minutos en llegar a la escena, pero era tarde, el presunto hechor huyó por las veredas y calles que perfectamente conoce, ya que también es oriundo de Anamorós.

“El personal estaba en la cancha de fútbol del pueblo, porque era la clausura del torneo navideño; cuando se oyeron los disparos se movilizan, pero ya se había ido por las múltiples salidas que tiene el municipio”, sostuvo la fuente policial.

La Policía confirmó que, al saber que el convicto huyó del penal de La Unión, en noviembre pasado, ordenaron darle custodia policial a la niña a la que agredió sexualmente y a la familia de esta, ya que temen que podría vengarse por haberlo denunciado.

Los que conocen a Zetino Escobar no creen que haya cometido tanta maldad, se expresan de él como un muchacho que era trabajador antes de estar preso. Vivía con su madre en una casa situada a pocos metros de donde habría perpetrado el doble asesinato.

La Policía dice que, según las investigaciones que le han seguido, el prófugo, al parecer, se dedicaba a la ganadería, con cerdos, fabricación de queso y otras labores del campo. “Nos han informado que en la escuela y el bachillerato lo excluían mucho. Por eso era como una persona resentida con la sociedad. Vivía expulsado y después se hizo un tatuaje en el brazo izquierdo, pero no era alusivo a las pandillas”.

Los oficiales afirmaron tener indicios de la zona en la que está, pero no la revelaron para no entorpecer la investigación. Y agregaron que está siendo apoyado por tres sujetos y por varios niños, a quienes utiliza para que hagan pequeños cobros de extorsión.