Ocho sujetos fueron hallados culpables de la desaparición y posterior asesinato de la atleta Alisson Renderos, en San Vicente, el pasado 9 de mayo de 2012, a quienes el Tribunal Antimafia de San Salvador impuso 40 años de prisión.
Dos de los imputados en el crimen de la atleta fueron absueltos por no haber suficientes pruebas que los incriminara; sin embargo, no quedaron en libertad, porque fueron sentenciados a la misma pena por otros hechos, informaron fuentes fiscales.
En total, 28 pandilleros de la 18 fueron enjuiciados, ocho por el asesinato de Alisson Renderos, cinco más por un doble homicidio e intento de asesinato en otra persona en colonia El Cañaveral, en San Vicente, en 2008, y 16 más solo por el delito de agrupaciones ilícitas.
Cuatro de estos cinco también habían participado en el asesinato de Alisson, afirmó el fiscal del caso.
Las penas máximas que el juez impuso fueron de 85 años y las mínimas de cinco y nueve años. En las condenas mayores los imputados fueron sentenciados por encontrarlos culpable del delito de feminicidio en la atleta vicentina, así como en el doble asesinato y agrupaciones ilícitas.
A dos de los 28 sujetos también el Tribunal encontró culpables de tenencia ilegal de armas de fuego durante su captura.
En el caso de la atleta Alisson, el juez fundamentó su sentencia en contra de los ocho sujetos, en los análisis de bitácoras de los números telefónicos que portaban los imputados el día del hecho.
“Con estas pruebas logramos determinar la ubicación que los acusados tenían en el municipio de San Vicente, a quienes se sitúan en la colonia Los Puentes, desde donde comenzaron a realizar la coordinación del hecho”, explicó el fiscal del caso.
También se fundamentó en un recorrido GPS en el que se determinó la forma en que la víctima llegó al lugar y los pasos que los imputados siguieron para finalmente asesinarla y sepultarla.
“Con esas pruebas logramos demostrar toda la coordinación que los sujetos tuvieron en el feminicidio de Alisson”, subrayó.
La Fiscalía también aportó como prueba una piocha con la que abrieron la tumba donde enterraron a la víctima.
Finalmente el juez sustentó su sentencia en testimonios de personas que vieron cuando trasladaban a la atleta.