Aguas negras y jacinto de agua agotan la laguna de Metapán

Los pescadores son los más afectados. Es urgente la construcción de una planta de tratamiento; pero no hay recursos

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La ninfa cubre una buena parte de la laguna, lo que impide a las personas salir a pescar. Fotos edh / CRISTIAN D??AZ

Por Cristian Díaz / Insy Mendoza comunidades@eldiariodehoy.com

2014-03-30 7:00:00

SANTA ANA. La falta de una planta de tratamiento de aguas residuales que eviten que vayan a dar a la laguna de Metapán está generando su contaminación; además, de que las personas residentes en sus alrededores no logran erradicar la proliferación del lirio acuático, conocida también como jacinto de agua y ninfa.

Otro de los problemas que genera el incremento de esta planta, es que no permite a los pescadores su faena diaria.

Las aguas sucias que ahí se vierten sirven de alimentación a la planta para que se reproduzca.

Pese al grave daño que generan las aguas negras a la laguna, la alcaldía de Metapán no tiene los suficientes fondos para construir una planta de tratamiento.

Uno de los miembros de la unidad de medio ambiente de la comuna, Nahún González, reconoció que la construcción de la planta de tratamiento de aguas negras tendría un gran impacto porque se dejaría de contaminarla y de alimentar a la ninfa; pero requieren de una inversión de $3 millones.

Manifestó que ya cuentan con un diseño y que están en la fase de obtención de permisos para la construcción de la estructura.

Sin embargo, aún no hay fecha de cuándo podría iniciar la ejecución del proyecto, a pesar de que vienen trabajando en el mismo desde hace cuatro años.

La planta estará en un terreno de cinco manzanas del cantón Tecomapa, que adquirieron en el 2010.

Como un paliativo para retirar la alga del espejo de agua, diversas instituciones gubernamentales y organizaciones no gubernamentales desarrollaron el años pasado una campaña de extracción de la planta en la que se invirtieron 450 mil dólares.

La inversión en mano de obra ha sido insuficiente dijo Martín Quintanilla miembro del Centro de Protección para Desastres (Ceprode).

Dicha jornada se realizó del 8 de enero al 25 de agosto, explicó Rina Calderón, quien es una de las afectadas por el estado de la laguna.

Durante ese tiempo disminuyó considerablemente la presencia de ninfa; pero siete meses después, la situación es similar que cuando comenzaron los trabajos.

En los últimos períodos ya no han realizado labores similares, sobre todo por la falta de fondos y porque los residentes se sienten desmotivados por no lograr controlar el crecimiento de la planta.

Quintanilla dijo que si no hubieran hecho esos trabajos, la laguna se hubiera convertido en un pantano debido a las cantidades de agua que absorbe el jacinto; pero también sería un foco de contaminación sin control por las aguas residuales que la laguna recibe.

Juan Morales, residente de la comunidad Bendición de Dios, explicó que un área equivalente a 80 manzanas está cubierta por la ninfa.

Sin poder pescar

Calderón expresó que los más afectados son los pescadores. Relató que hay ocasiones que estos pasan hasta diez días sin lograr pescar porque la ninfa cubre toda la orilla.

También les daña los trasmallos que utilizan y para reponerlos deben invertir $125.

Aunque hay personas que se dedican a la agricultura, la principal fuente de ingreso de los residentes es lo que obtienen de la pesca.

Marta Ávila, de la comunidad Arvizú, dijo que no cuentan con incentivos para dedicarse a tiempo completo a la extracción de la planta.

El representante de Ceprode explicó que la agresividad del lirio es tal que no permite la reproducción de otras especies de plantas porque ésta “compite por las cantidades de oxígeno que el agua tiene”.

Igual pasa en Olomega

Los problemas por los que pasan los pescadores de Metapán con la ninfa, también lo padecen quienes pescan en la laguna de Olomega, en la jurisdicción de La Unión y San Miguel.

De acuerdo con los vecinos de las comunidades aledañas, la vegetación afecta a quienes se dedican a trabajar con lanchas transportando turistas, y a los que se dedican a la pesca para subsistir.

Una de sus preocupaciones es que estas algas se incrementan durante el invierno, y la estación lluviosa ya se encuentra a las puertas, lo que les dificulta con sus lanchas y se quedan hasta tres días sin poder trabajar.

Miguel Cruz ofrece paseos en lancha y dijo que a ellos les afecta el crecimiento de esta flor acuática, y pidió que se ejecute un proyecto de limpieza para que se retire cierta parte .

Bruno Lemus, otro habitante de la laguna, dice que por muchos años se dedicó a la pesca y que “cuando se viene toda la ninfa que tapa por completo la laguna, nos deja incomunicadas ha algunas comunidades del otro lado y los pescadores no pueden salir a trabajar”.

Lo cierto es que en la Laguna de Metapán y la de Olomega, el rápido crecimiento de la ninfa limita las posibilidades de subsistencia de las familias que habitan en sus alrededores porque la mayoría no puede pescar.

Y no solo eso, los planes de desarrollo turístico también se ven afectados porque a los lancheros se les dificulta ofrecer recorridos.

El problema se ha vuelto común en estas dos lagunas, igual sucede en los embalses de las presas hidroeléctricas.