Un pandillero salvadoreño, de 19 años, fue detenido ayer en Guatemala acusado de haber matado a balazos a su propia abuela en su casa de habitación, situada en un sector populoso de la capital guatemalteca, según publicó el medio digital guatemalteco elperiodico.com.
La orden de matar a su abuela habría sido girada por los cabecillas de la mara 18, a la que el acusado, William Galicia Lima, pertenece, según la Policía guatemalteca.
“El joven tenía problemas de conducta. Era rebelde y prefería estar en la pandilla y presumimos que ya no aguantó los regaños de la abuela”, identificada como Edna Izaguirre Enríquez (de 55 años)”, dijo el vocero de la Policía, Pablo Castillo.
El supuesto asesino dijo a los agentes, al momento de la detención, que “personas de nacionalidad nicaragüense” le “pagarían 3,000 quetzales” por asesinar a su pariente.
“Creemos que los nicaragüenses podrían ser miembros de la misma pandilla que delinque en esa zona. Son estructuras que tienen integrantes de toda Centroamérica”, comentó el oficial del vecino país.
Según un comunicado de la Policía guatemalteca, el salvadoreño es integrante de la clica denominada Colomba Little Psyco de la mara-18.
El hecho se registró en una carretera entre los municipios de San José Pínula y Mataquescuintla, detalló el medio digital.
Al momento de la captura, la Policía le incautó a Galicia un revólver calibre 38 especial.
Las autoridades aún no han determinado cuánto tiempo tenían los salvadoreños viviendo en Guatemala.
La mara 18 y su archirrival la mara Salvatrucha son acusadas por las autoridades de asesinar a comerciantes, transportistas y otras personas que se niegan a pagar extorsiones.
En el vecino país, la violencia delictiva deja un promedio de 17 muertos diarios.
“Mi abuela no jalaba conmigo”
Galicia Lima, con grilletes y sujetado por dos agentes de la Policía guatemalteca, dijo que unos nicaragüenses le pagaron 3,000 quetzales para cometer el crimen contra su pariente.
Respecto del móvil del hecho criminal, respondió: “A saber qué le debía la abuela a los nicas”.
Agregó que si no lo hacía, él se vería en problemas con quienes le pagaron para cometer el crimen.
Al preguntarle si tenía algún remordimiento por lo que supuestamente hizo respondió: “No, porque mi abuela no jalaba (no se llevaba) conmigo. Me trataba mal”.
Sereno y con una leve sonrisa, añadió que esperaba un bus cuando lo atraparon los agentes para luego trasladarlo a los tribunales. Será acusado de homicidio agravado.