Extraen leña de cerro declarado protegido

Protección Civil reconoce que puede haber un deslizamiento de tierra si no se hace nada en el sitio

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Ricardo Estupinián expresó que la falta de un empleo formal lo obliga a extraer leña del cerro Santa Lucía. Foto EDH / CRISTIAN D??AZ

Por Cristian Díaz comunidades@eldiariodehoy.com

2014-02-23 7:00:00

SANTA ANA. Numerosas personas llegan a diario hasta el cerro Santa Lucía para talar árboles para venderlos como leña a negocios de tortilla, o para el uso en las viviendas.

Y lo hacen sin importar que esté considerado como zona especial protegida por su alto riesgo geológico, de acuerdo con el artículo cuatro de la “Ordenanza para la declaratoria de zonas de alto riesgo geológico, para la protección de suelos no urbanizabais y de recursos naturales y no renovables en el municipio de Santa Ana”.

La ordenanza fue aprobada en 2007, seis años después que los habitantes de varias colonias que están en las faldas del cerro lograron la paralización de un proyecto residencial ante posibles deslaves de tierra.

La amenaza ha revivido para los habitantes de comunidades como Altos de Santa Lucía I y II, quienes temen que si la alcaldía no hacen nada, suceda una desgracia por la erosión de la tierra.

Algunas personas que llegan al lugar expresaron que solo extraen pequeños arbustos para comercializarlos; pero otros sí aceptaron que talan árboles.

Este rotativo captó a un hombre que llevaba sobre su hombro un trozo de árbol de regular tamaño.

Ricardo Estupinián dijo que no es el único que depreda la zona, y aseguró que son cerca de 50 personas las que llegan en busca de leña.

“Tengo 10 años de dedicarme a esto”, dijo el hombre, quien reconoció saber que el cerro está protegido.

Argumentó que no tiene otra fuente de ingresos para su sustento.

Estupinián expresó que hay personas que también están sembrando granos básicos, como frijol y maíz.

Eso fue confirmado por el jefe de Protección Civil en Santa Ana, Daniel Lemus.

Agregó que hay gente de las mismas comunidades aledañas al cerro que se encargan de prenderle fuego a algunas zonas.

El último incendio se reportó el 2 de febrero pasado, donde, incluso, tuvo que intervenir el Cuerpo de Bomberos.

Fueron tres zonas del cerro a las que le prendieron fuego.

Lemus dijo que han coordinado con miembros de la Policía y del Ejército para que mantengan vigilancia en el sitio. A la fecha no se reportan detenciones por las talas y quemas.

La presidenta de la Fundación Ambientalista de Santa Ana (Fundasan), Carmen Martínez, reaccionó con preocupación ante el daño que están ocasionando los pobladores en el cerro.

Este es considerado como uno de los pocos pulmones ecológicos que aún conserva Santa Ana.

“Con el cambio climático, la cantidad de lluvia que cae en cada invierno va a causar una desgracia; es una verdadera lástima lo que está ocurriendo”, dijo Martínez.

Recomendó tierras áridas, como la carretera hacia Texistepeque, para cultivar.

Además, exhortó a la alcaldía a que realice una campaña de reforestación para contrarrestar la tala de árboles.

Sin embargo, la municipalidad ni siquiera conocía de la situación hasta que este rotativo consultó en su departamento de Medio Ambiente.

La presidenta de la fundación les ofreció árboles para una campaña de reforestación en la zona.

Uno de los residentes de Altos de Santa Lucía II, César Ramos, dijo que las consecuencias de la tala ya se están experimentado. Recordó que la zona era fresca; pero ahora deben de sufrir por el calor.

“Solo habían explotado el final de la calle Libertad Poniente, que era un par de manzanas; pero se están uniendo otras personas que ven que está fácil y talan sus propias parcelas”, lamentó Ramos.

El habitante expresó que hay nacimientos de agua que podrían resultar afectados por la situación.

“Lo más evidente (que puede pasar) es un posible deslizamiento de tierra de gran magnitud”, dijo Lemus.

La ordenanza establece que solo se podrá utilizar el cerro para uso recreativo turístico, agricultura ecológica, tareas educativas e investigación científica.