Sin disminuir los embotellamientos en la Panamericana

En los próximos meses arrancará la construcción de 3 pasos a desnivel en el Gran San Salvador

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Sin disminuir los embotellamientos en la Panamericana

Por Nidia Hernández comunidades@eldiariodehoy.com

2014-02-18 7:00:00

Las obras de renovación de la carretera Panamericana en un tramo de Santa Tecla a San Salvador dejan a su paso grandes embotellamientos vehiculares y malestar en los automovilistas que circulan a diario por la arteria.

Y no es para menos, desde el pasado 3 de febrero hasta la fecha, transitar hacia la capital se ha vuelto una osadía por los trabajos del Fondo de Conservación Vial (Fovial).

La institución labora en dos frentes simultáneos. El primero empieza frente al estadio Las Delicias y a la fecha llega a las cercanías del hospital San Rafael. En todo este tramo no hay paso de automotores, lo que los obliga a buscar vías paralelas para circular.

Una de ellas es el bulevar Sur, en Santa Tecla, que está de 6:00 a.m. a 7:30 a.m. congestionado por el transporte que viene del occidente (rutas de buses interdepartamentales e interurbanos directos 201, 202 y 205) del país, más los vehículos particulares. Lo mismo ocurre en horas del mediodía.

Otros continúan por el mismo bulevar hasta el redondel Utila y bajan por la carretera al puerto de La Libertad hacia la Panamericana, por el sector de El Trébol. En ese punto se forma una fila interminable de vehículos.

En esa zona hay empresas que manejan transporte pesado y hacen giros amplios, lo que abona a la lentitud del tráfico de vehículos.

Los conductores se quejan por la ausencia de gestores de tráfico, pues en mucho de los embotellamientos no hay apoyo de personal de Tránsito. También, algunos optan por exponerse y atravesar la calle de la colonia Utila para llegar a la Panamericana, donde se enfrentan a problemas de circulación vehicular.

Desde la calle Chiltiupán hasta el redondel Naciones Unidas y el bulevar Diego de Holguín, incorporándose desde autopista Los Chorros, son otras de las opciones para transitar, lo que no podrán evitar es el factor en común en toda la región: caos en el tráfico.

Sobre todo porque, en la Panamericana, viajan a diario 90 mil vehículos, los cuales se han visto obligados a utilizar las vía paralelas y han recargado el parque de automotores en las arterias mencionadas.

Por ejemplo la calle Chiltiupán, según datos del Viceministerio de Transporte, posee un promedio diario de 60 mil vehículos, a lo que hay que sumarle los que deciden utilizarla como vía alternativa, lo que hace crecer el número de vehículos en esa área.

Jaime Osorio vive en Jardines de la Sábana, en Santa Tecla, y se traslada de lunes a viernes a su trabajo. Para ello usa la Chiltiupán.

Él hace un recuento de los problemas que ha pasado desde que rehabilitaron el tramos de Los Chorros, construyeron el bulevar Diego de Holguín, renovaron una parte de la Panamericana hacia Santa Tecla, y hoy hacia San Salvador.

Preocupado deja entrever que “es una de las cosas que para algunos puede significar algo pequeño, pero para mí ha sido difícil porque me ha tocado reestructurar todo mi presupuesto y mis horarios”, comentó.

Añadió que en la Chiltiupán siempre ha sido zona de embotellamientos, pero con “tantas obras se ha vuelto intransitable”.

Osorio cuestionó el rol de los agentes de Tránsito aduciendo que, “aveces, son los que hacen que haya más tráfico lento”.

Los usuarios del transporte colectivo de pasajeros les ha pasado la factura las obras del Fovial porque “nunca se saben por dónde se van a ir los buses y los dejan en cualquier lado”, aseguró Úrsula Jacobo, quien viaja en la ruta 205 que viene desde Sonsonate.

Algunas rutas de Occidente piden a los usuarios que en Santa Tecla se informe de las paradas autorizadas, ya que hay unidades que se van directo por el bulevar Romero.

Segundo frente de obras

Este se sitúa en el kilómetro 9 de la carretera, en el que se forma una fila interminable de vehículos livianos y pesados que buscan llegar a San Salvador.

En ese punto sí se puede circular, ya que la restricción de tráfico es sólo a la izquierda de la carretera, y se habilita un carril para el paso de los automotores que, al final, se topan con un caos descomunal.

Tales son los embotellamientos que, las hileras de autos, se extienden hasta tres kilómetros en la carretera, causando llegadas tardías, incremento en el gasto de combustible, estrés y malestar en los conductores.

A pesar que los usuarios de la carretera ya saben de las obras de Fovial, no se acostumbran a enfrentarse con ese percance diario y pitan, de manera desmesurada, como que si con eso bastara para agilizar la circulación.

Los malestares se extenderán hasta junio de 2014, cuando Fovial prevé finalizar la renovación de la capa asfáltica.

Se avecina más caos

Con el avance de las labores en la carretera, los conductores saben que el tráfico será más lento.

Una de las regiones donde se agudizará el caos será frente a la Ceiba de Guadalupe, pues es un punto estratégico para los usuarios del transporte público y, es allí que la concentración de buses y microbuses es excesiva.

También para incorporarse a Santa Elena se prevé que el tránsito se vuelva difícil.

Por otra parte, Fovial prevé construir, en los próximos meses, tres pasos a desnivel y ha dicho, en varias ocasiones, que abonarán a “descongestionar el tráfico vehicular”, lo que los conductores no creen porque se sumarán más epicentros de embotellamientos en la capital y su periferia.

La edificación será en los redondeles Masferrer, de las Naciones Unidas, y a la altura del semáforo del Rancho Navarra.