Usuarios exigen a la Anda un mejor servicio de agua

Los habitantes de la Residencial Jacarandas II, de la colonia Costa Rica y del barrio San Jacinto son los afectados

descripción de la imagen
Carlos Arita ha hablado al centro de llamadas de Anda más de 60 veces y aún no le resuelven su petición. foto edh / mauricio cáceres

Por Nidia Hernández comunidades@eldiariodehoy.com

2014-01-22 7:00:00

Por 61 ocasión, Carlos Arita llamó al 915, que es el número del centro de llamadas de la Administración Nacional de Acueductos y Alcantarillados (Anda) para suplicar que le brinden el servicio de agua.

La respuesta fue la misma: “mandaremos una pipa y solucionaremos su caso”, dijo la empleada que lo atendió. Y cortó la conversación.

“Me volvieron a mentir”, dijo consternado el afectado, que reside en la colonia Costa Rica, en San Salvador.

Arita agregó que desde noviembre del año pasado la problemática se ha agudizado y a la fecha, ni les han reactivado el suministro diario del recurso, ni les mandan pipas.

El afectado está preocupado porque se siente “casi obligado” a pagar una pipa para abastecerse de agua. “Cuarenta dólares me cobra el señor que viene a dejar agua. Qué le voy a hacer si la necesito “, dijo.

Pero ese no es en lo único que debe invertir por la falta del recurso, Arita compra agua envasada para tomar y cocinar los alimentos.

El señor hizo cuentas y concluyó que gasta más de 60 dólares al mes, solo en el tema del agua. “Y encima me viene (la cuenta) del recibo alta”, reclamó.

Arita atribuyó la problemática a ” lo de Nuevo Cuscatlán. Cuando hubo dificultad entre el alcalde y el presidente de la Anda, después de eso empezó a faltar el agua aquí en la colonia”, señaló.

Versión que buscamos confirmar con la unidad de comunicaciones de la autónoma, pero no respondieron.

El afectado exhortó al gobierno a darle prioridad a la temática de la escasez de agua y pidió una “solución inmediata” al desabastecimiento.

La imagen se replica en el barrio San Jacinto en la capital. La familia Carrillo ha vivido por más de 32 años en la zona y les caía el agua a todas horas del día.

Desde julio de 2013 cambió la rutina. El suministro del recurso empezó a faltar, sin que la Anda les diera algún aviso.

La llegada del agua se ha vuelto tan deficiente, que los Carrillo han comprado agua para su consumo y algunas veces les ha servido hasta para bañarse.

“Haciendo cuentas, al mes gastamos más de 20 dólares en agua, pero eso sí, el recibo viene sin falta, aunque el agua no caiga”, aseveró Reina de Castillo, afectada.

La señora relató que no saben a qué hora, ni que día les brindarán el agua, así que optan por dejar el grifo abierto “por si cae”.

A eso se suma que cuando les llega el recurso “viene sucia y con basura” y no la desechan porque lo utilizan para los sanitarios e incluso para lavar alguna ropa.

“Nos vemos en la obligación de llenar la pila aunque caiga sucia. Al menos tenemos algo”, dijo De Castillo.

Y como si esto fuese un plaga que se prolifera a nivel nacional, en la residencial Las Jacarandas II, en el Complejo Las Arboledas, en la carretera hacia Santa Ana, también se quejan por el desabastecimiento de agua.

Kiriam Zaé Salazar reside en el lugar desde hace siete años. Ella se declaró “hastiada” de lidiar a diario con la “ineficiencia” de la Anda.

“Cuando nos venimos a vivir aquí nos prometieron agua las 24 horas del día. Y mire hoy, no ha caído nada”, afirmó Salazar.

El administrador de la residencial, Enrique Castaneda, sostuvo que las 321 casas de la zona reciben un “pésimo” servicio de parte de la Anda.

Salazar y Castaneda contaron que hace tres años, unos vecinos pusieron pancartas exigiendo el agua. “No nos va a creer, pero la respuesta de la Anda fue inmediata. Al ratito la gente ya tenía agua”, expresó Salazar.

Añadió que en su casa han optado por no usar la ducha, llevar la ropa sucia a una lavandería y comprar agua envasada. Ella desembolsa más de 50 dólares para paliar el inconveniente.

Los habitantes exigen a la Anda que escuche sus constantes peticiones y les resuelva de manera favorable, no solo porque es un líquido necesario, sino porque pagan por un servicio que no están recibiendo.

Persiste el mal servicio

La viernes pasado, El Diario de Hoy informó del aprieto en el que viven las comunidades Aragón I y II, Brisas del Mirador y Los Cañitos, en las cercanías del Rancho Navarra, en la capital, por la carencia de agua.

Dificultad que les fue solucionada al día siguiente y allí quedó, porque el domingo volvieron a padecer el mismo calvario.

El presidente de la comunidad, Saúl Gómez, confirmó que solo los “alegraron porque después, volvimos a la misma vida , ¡sin agua!”.

Gómez amenazó a la Anda con volver a cerrar la carretera hacia Comalapa, como ya lo han hecho en dos ocasiones, para que les regulen de manera permanente el servicio.