Albergados empiezan a retirarse, pese a la advertencia por gases

Hay 400 familias cuyas comunidades son ya inhabitables

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Niños y adultos se alimentan en uno de los refugios estatales en Chinameca y Hacienda San Andrés, San Miguel. El afán por cuidar lo poco que poseen los hace considerar volver a sus hogares aunque eso sea peligroso. Foto EDH / Miguel Villalta

Por Francisco Torres nacional@eldiariodehoy.com

2014-01-02 7:00:00

De las 1,538 personas que estaban en los albergues hasta el miércoles al mediodía, solo quedaban 773 para la mañana de ayer, lo que tiene preocupadas a las autoridades, porque temen que quienes regresen a las zonas críticas puedan intoxicarse por la alta concentración de dióxido de azufre.

Y es que la situación en seis comunidades es crítica, debido a que el flujo del viento es cambiante y provoca que en algunas ocasiones la pluma de gases no se eleve como lo estaba haciendo, sino que baje por las laderas, hacia las comunidades, lo que podría ocasionar una intoxicación masiva.

Zelayandía dijo que están tratando de hacer conciencia entre quienes habitan en comunidades como Hércules, Piedra Azul, tres caseríos del cantón Conacastal, Calle Nueva, Los Gómez, entre otras, a que esperen en los albergues.

“No los podemos retener a la fuerza, pero estamos enfocados en ellos, para pedirles que no regresen a sus casas”, expresó.

La emisión de gases ha tenido un leve descenso, porque de 2,200 toneladas de dióxido de azufre por día, los estudios ahora han determinado que son 1,700 las que está lanzando el coloso.

Lo que preocupa a las autoridades es que si el dióxido de azufre se mezcla con agua puede producir ácidos, que podrían dañar aún más la salud de las personas.

La misma reacción tendría el azufre cuando llega a las mucosas de los ojos, por ejemplo, “por eso causa irritación”, dijo Zelayandía.

Prohibirán paso

El titular de Gobernación reiteró las probabilidades de que haya una erupción y por ello, y por la alta concentración de azufre, las autoridades decidieron ayer prohibir el paso, incluso para socorristas, en dos kilómetros a partir del cráter volcánico.

Esta medida únicamente afectará la corta de café y el acceso de particulares al cráter.

Por su parte, el edil Saúl Rivas, de Chinameca, dijo que están pintando un panorama “muy negro” y dejó entrever sus sospechas sobre la veracidad de las advertencias.

“Yo estuve hoy donde asustan; fui con los técnicos a limpiar el sitio donde estaba la planta de monitoreo y no nos pasó nada”, argumentó Rivas.

El jefe municipal despotricó en contra de las autoridades departamentales de Protección Civil, porque aseguró que, al menos en su caso, “no me han llamado para darme informes oficiales de nada; desconozco si a otros alcaldes los han llamado”.

La noche del miércoles, el gobernador convocó a los alcaldes de San Jorge, San Rafael Oriente y El Tránsito a una reunión para explicarles la prohibición de acercarse a dos kilómetros del cráter y para socializar los resultados de la vigilancia que están haciendo, pero Rivas no fue convocado, a pesar de que muchos de sus gobernados viven en las zonas críticas.

Zelayandía señaló que buscan opciones entre las propiedades estatales para darle solución habitacional a unas 400 familias que habitan en dos comunidades que deben ser declaradas inhabitables.