Para el criminólogo Carlos Ponce, el gobierno de Mauricio Funes reaccionó tarde para dar los primeros pasos en todos los rubros, en especial en el tema de seguridad, ya que su plan de gobierno fue lanzado meses después de haber asumido el cargo.
Ponce sostiene que “el gobierno empezó sin rumbo definido; a eso se le suma la tardanza para difundir un documento vago, con lineamientos bastantes generales y que no constituía un verdadero plan aterrizado”.
Para el criminólogo, el documento “podría decirse que era para tener un documento que sirve como base de un plan formal, pero en la práctica hubo muchas debilidades”.
Ponce razonó que, a su juicio, nunca hubo una línea establecida para trabajar contra la delincuencia y la prevención. Al contrario, los tres funcionarios que estuvieron al frente de la seguridad del país tuvieron enfoques diferentes en el manejo del tema.
A su juicio, la gestión de Manuel Melgar estuvo inclinada a obedecer intereses partidarios del FMLN y se dedicó a crear una policía política, ya que nombró a jefes policiales en posiciones claves que estaban cercanos al partido de gobierno y no por experiencia y su forma de trabajar.
Por su parte, David Munguía Payés, “al no tener un plan establecido en el combate de la seguridad, se dedicó a negociar con las pandillas y a manejar un discurso que lo separada de su antecesor”.
Agregó que “Munguía Payés hablaba de un plan represivo y de choque contra las pandillas, cuando en realidad estaba pactando y negociando con ellos de forma encubierta”.
Para Ponce el actual ministro, Ricardo Perdomo, “no tiene un rumbo establecido”. Aunque reconoce que es el que tiene menos interés político.