Siete meses después del salvaje asesinato de Silvia Dinora Rivera, de 37 años, su expareja, Manuel Antonio Bermúdez Molina, de 48, principal sospechoso de cometerlo, fue enviado a juicio, ayer, según decidió el Juzgado 8º de Instrucción de San Salvador.
El imputado deberá responder por el delito de feminicidio agravado, pues la Fiscalía General lo acusa de haber amarrado a la víctima a un sillón, rociarla de gasolina y después prenderla en llamas.
El ataque fue cometido el 12 de junio de 2013, pero la mujer murió en el hospital Rosales nueve días después; presentaba quemaduras de primer y segundo grado en el 95 por ciento de su cuerpo.
La agresión que aparentemente Bermúdez perpetró contra la mujer con la que convivió 10 años ocurrió en una champa hecha con materiales reciclables, situada en la comunidad Trujillo, cerca del bulevar Arturo Castellanos, al sur de San Salvador.
El asesinato de Silvia Dinora, según las autoridades, fue el punto final de una relación tormentosa que, según familiares y vecinos de la mujer, estuvo marcada por agresiones físicas y verbales, cometidas no solo en el seno del hogar, sino también en el ámbito público.
Aunque el imputado negó los cargos, entre las evidencias que tiene el Ministerio Público contra él está la declaración que la víctima dio antes de morir, en la que aseguró que Manuel Antonio la ató al sillón y luego le dio fuego.
“Hemos podido acreditar hechos de violencia previos y la vulnerabilidad de la víctima respecto de su agresor” manifestó el fiscal del caso, David Ramírez.