Casa La Atarraya, un modelo de educación en Ahuachapán

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Luego de años de trabajo y de entrega a la comunidad, los fundadores buscan combatir los bajos niveles académicos en la educación pública. Foto edh / cortesíaEste proyecto nació luego de los Acuerdos de Paz, con el propósito de servir a la niñez y a la juventud de las zonas rurales de Ahuachapán

Por Eugenia Valdez columnista de Mediolleno.com.sv

2014-01-26 7:00:00

Casa La Atarraya es un centro educativo con una sólida visión: “Con fe y educación se forma el futuro”.

Fundada en época de la guerra civil en el país, una pareja altruista se propuso instruir a los niños en talleres vocacionales y brindar ayuda a quienes habían sido víctimas de violencia.

Luego de los Acuerdos de Paz se mudaron a Ahuachapán, lugar en donde no había mucha ayuda, e iniciaron un proyecto con el propósito de servir a la niñez y a la juventud.

El enfoque ha buscado proveer una educación que en la actualidad no se está dando, sobre todo en las zonas rurales del país, dando importancia al nivel académico, y trabajando con cada alumno de forma personalizada.

Esta institución busca ser un apoyo a la comunidad a través de las diferentes áreas de acción, desarrollando programas de alimentación y de deportes como apoyo a la educación complementaria.

Luego de años de trabajo y entrega a la comunidad, los fundadores buscan combatir los bajos niveles académicos en la educación pública.

Según los fundadores, la falta de preparación por parte de los docentes, los altos niveles de deserción estudiantil y los problemas de aprendizaje, pueden ser superados brindando las herramientas y la motivación necesaria a los niños y a las niñas.

El modelo escolar de Casa La Atarraya es envidiable, ya que trabajan con cada alumno, formando planes de estudio que se adapten a sus niveles, y preparándolos para graduarse y entrar a un nivel de estudio universitario.

Los creadores de este proyecto creen en la importancia de que los padres se involucren en la educación de sus hijos y en tener las puertas abiertas, convirtiendo las escuelas en centros de convivencia, así como involucrando a los alumnos en actividades de la comunidad.

“No tenemos que esperar que otros vengan a cambiar nuestro país. Nosotros tenemos que actuar y la mejor manera de hacerlo es rompiendo el círculo de la pobreza, sobre todo la pobreza mental”, mencionaron.

Todos tenemos recursos, algo que aportar y lo que Casa La Atarraya busca es crear esa conciencia en las personas.

Esta institución está formando líderes con un alto rendimiento académico, que les permita emprender un estilo de vida productivo y empoderar a los estudiantes sobre la concepción de que la educación puede cambiar sus vidas y al país.

Como parte de sus logros han graduado cuatro promociones y han alcanzado el mejor promedio de la Paes en Ahuachapán.

El 90 % de los alumnos graduados está en la universidad o trabajando; algunos, incluso, están becados en países como Estados Unidos y Argentina.

Es una institución que busca el progreso del país a través de la educación y dar a las comunidades y a los padres de familia, el control de sus escuelas, motivándolos a participar activamente en ellas.

Como planes a futuro, quieren iniciar el 2014 con talleres vocacionales para que los alumnos, al graduarse, tengan el conocimiento de un oficio y puedan ser parte del sector productivo, así como llevar la metodología de Casa La Atarraya a muchas otras escuelas y municipios del país.

Para esto se requiere colaboración de todos, de los padres de familia involucrados y dispuestos a invertir en la educación de sus hijos.

Además del apoyo de los líderes de las comunidades, comprometidos con el prójimo, y de los gobiernos local y nacional, que enfoquen sus esfuerzos a reforzar el sistema educativo del país con propuestas y políticas que trasciendan y no solo se queden en un vaso de leche.