Falta de obras en frontera obliga a usar San Cristóbal

La situación se debe a que en Las Chinamas hay restricciones

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Desde hace poco más de tres meses, los autobuses que viajan de El Salvador a Guatemala, y viceversa, están siendo desviados a la frontera San Cristóbal. Foto EDH / Cristian Díaz

Por Roberto Zambrano Cristian Díaz comunidades@eldiariodehoy.com

2014-01-17 7:00:00

SANTA ANA. Los turistas que viajan desde Guatemala a El Salvador han tenido que armarse de más paciencia de la usual, por dos razones.

Una, es debido a que en octubre pasado el tráfico de buses que ingresaba por la frontera El Jobo, en el cantón Las Chinamas, de Ahuachapán, fue desviado a la frontera San Cristóbal, en Santa Ana, lo que implica un recorrido más largo.

La otra razón tuvo que ver con el cierre de fronteras por el cobro de $ 18 a transportistas, que duró una semana y que culminó ayer, pero que aún mantiene un tráfico lento en el punto fronterizo.

Respecto al primer problema, este ocurrió la noche del 10 de octubre , cuando dos losas de la frontera ahuachapaneca cedieron por una sobrecarga.

Aunque el gobierno de Guatemala realizó algunos trabajos paliativos, aún existen restricciones para su uso.

Entre ellas están solo permitir el paso de vehículos de no más de tres toneladas y con una altura inferior a los 2.20 metros.

Por ello, los pasajeros de los buses y los motoristas de los furgones con mercadería, deben soportar una interminable lista de incomodidades para usar la frontera santaneca.

Datos de empleados de la Dirección General de Aduanas, consignan que por este sitio transitan a diario 400 furgones.

Sin embargo, hay temporadas en que el número llega hasta los 600 vehículos pesados.

A eso se suman los 50 buses internacionales que dejaron de usar la frontera El Jobo y que ahora transitan por San Cristóbal.

Vladimir Palma, motorista de un bus internacional, lamentó que a más de tres meses de los daños en el puente, las autoridades guatemaltecas aún no han realizado trabajos permanentes para restablecer el recorrido por la frontera en Las Chinamas.

Explicó que viajar vía San Cristóbal les implica hacer más tiempo en su recorrido, a lo que se suma el desorden que hay en dicho lugar, por la presencia de furgones y porque el espacio es reducido.

“Esta frontera es muy pequeña y eso es lo que afecta. Para el 22 de diciembre pasé siete horas estacionado esperando pasar (hacia Guatemala) y el día siguiente, cinco horas”, relató.

Palma expresó que cuando no enfrentan muchos inconvenientes, hacen entre seis y siete horas desde San Salvador hacia Guatemala (y viceversa), mientras que usando Las Chinamas, el recorrido era de cuatro horas y media.

“No se han aumentado los pasajes, pero el que pierde es el patrón, porque se le incrementa el combustible y la alimentación que se le da al pasajero”, dijo el motorista.

Datos de la Dirección General de Migración y Extranjería (DGME) evidencian cómo el mal estado del puente en Ahuachapán ha bajado el flujo de personas por esa frontera y lo ha aumentado en San Cristóbal.

En septiembre, antes de los daños, entraron y salieron por la frontera ahuachapaneca 78 mil 837 personas, mientras que en San Cristóbal fueron 82 mil 785.

En octubre, que fue cuando se dañó el puente, la cifra en Las Chinamas bajó a 43 mil 979 personas que hicieron uso de esta, mientras que en la frontera santaneca la cifra subió a 121 mil 915 usuarios.

Migración negó que los tiempos de espera sean prolongados, al señalar que los trámites se realizan entre tres y cinco minutos.

Aunque una fuente de la institución que pidió el anonimato, reconoció que se les presenta “inconvenientes” los lunes y viernes, que son los días de mercado en San Cristóbal.

Pero agregó que desde octubre también reforzaron el número de delegados. Pasaron de siete a catorce.

Sin embargo, Ernesto Cubías, quien viajaba transbordando hacia Guatemala, expresó que debe de esperar hasta media hora para realizar el trámite en Migración.

“Desde que la frontera Las Chinamas tiene restricciones, en San Cristóbal se demora más tiempo para realizar los trámites. Es una lástima que uno deba perder tanto tiempo porque el servicio no es eficiente”, lamentó Cubías.

Pero no solo las personas que van en tránsito han resultado afectadas por las restricciones en Las Chinamas, el comercio en ese lugar también se ha reducido drásticamente y los cambiadores de moneda han tenido que trasladarse hacia San Cristóbal.

Uno de ellos, Orlando Castro, expresó que en Ahuachapán habían 50 cambiadores, pero ahora, unos 20 se mantienen en Las Chinamas, otros seis viajan hasta San Cristóbal y el resto ya no se dedica al cambio de moneda.

“No es fácil estar viajando todos los días, implica gastos de comida y de pasajes”, relató.

Más quejas

Por su parte, los motoristas de los furgones se quejan porque hay días en que no hay sistema en San Cristóbal para realizar los trámites aduanales, lo que les implica perder varias horas esperando el restablecimiento del mismo.

Uno de los empleados de Aduanas dijo que ese problema se debe a que, desde finales de octubre del año pasado, cambiaron la empresa que les proveía el servicio para el uso del servidor. Desde entonces, han enfrentado dificultades.

“Un día, desde las 8:00 de la mañana no había servicio. Se restableció hasta en la tarde”, comentó el empleado, con la condición de resguardar su nombre.

En dicha frontera no hay estacionamientos, por lo que los conductores de los furgones deben dejar a varias cuadras de esta los vehículos, mientras realizan los trámites aduanales.

La calle donde los empleados aduanales realizan la inspección de los documentos, también está en malas condiciones.

Las personas que utilizan este paso fronterizo piden que toda el área sea recarpeteada por la cantidad de vehículos que a diario circula en el sector.