Once policías han muerto en enfrentamientos armados

Los agentes perdieron la vida al enfrentarse contra pandilleros y delincuentes en el transcurso de este año

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Investigador de la Policía observa el pick up que manejaba el sargento policial que resultó herido de bala al ser atacado en las afueras de Huizúcar, La Libertad. Foto EDH / Jaime Anaya

Por David Marroquín sucesos@eldiariodehoy.com

2013-12-12 7:00:00

En marzo pasado, el agente de la Policía, Jorge Vladimir Tobar, murió al enfrentarse a balazos a un grupo de pandilleros en la calle Los Llanitos, de Ayutuxtepeque. Tobar y sus compañeros quisieron intervenir a los mareros y estos los atacaron a balazos.

En octubre pasado, el investigador de la Policía, Dennis Alexander Trinidad, de 34 años, murió en un intercambio de disparos con un grupo de pandilleros extorsionistas, en la colonia San Antonio, en el centro de Mejicanos. Además de Trinidad, quien estaba destacado en el departamento de Inteligencia Policial (DIP), murieron otras tres personas en el tiroteo. El agente investigaba una extorsión al dueño de un taller automotriz.

El 2 de noviembre pasado, el policía René Benjamín García Reyes murió en un enfrentamiento con delincuentes que se conducían en un auto robado en la zona de Jayaque, La Libertad. La emboscada se produjo cuando tres agentes se disponían a inspeccionar el carro que, aparentemente, estaba abandonado.

Otro policía, Élmer Uriel Cruz Guzmán, también murió el 19 de noviembre pasado en un ataque de pandilleros, cuando trataba de frustrar una extorsión a unos comerciantes, en Cuscatancingo. Además, el agente José Nazario Pérez perdió la vida en un asalto registrado el lunes pasado, en la carretera hacia Sonsonate, desvío a Armenia. Pérez logró matar a dos delincuentes.

Desafortunadamente, estos policías engrosaron el listado de los 11 agentes policiales que han ofrendado sus vidas al enfrentarse a balazos con pandilleros y delincuentes en el transcurso de este año, confirmó el ministro de Justicia y Seguridad Pública, Ricardo Perdomo. Sin embargo, no reveló la cantidad de mareros y criminales que han perdido la vida en tiroteos con policías y soldados.

Perdomo aseguró que no cree que se trate de un plan de las pandillas para atacar a policías y soldados, sino más bien los enfrentamientos que han ocurrido, en los últimos días, han sido situaciones circunstanciales en las que los pandilleros han aumentado su actitud violenta contra las autoridades.

“De momento, no concluimos que sea un ataque premeditado a cuanto policía ellos encuentren, lo que está ocurriendo es una respuesta más violenta cuando la Policía realiza operaciones”, dijo Perdomo, quien agregó que en algunos casos se trata de “robos y asaltos cuando el policía está en licencia, como el caso que tuvimos del compañero policía que venía de retirar un dinero de una agencia bancaria en Armenia”.

Perdomo aseguró: “Queremos nosotros entender de que no se trata de un plan destinado en cuanto a que cuanto policía miren lo ataquen; de momento no tenemos una total evidencia de eso”.

El Centro de Inteligencia Policial no tiene información de que los últimos ataques contra policías sean parte de un plan de las pandillas contra el personal.

Lo que tiene claro el ministro Perdomo es que los ataques por parte de los pandilleros suelen suceder “cuando se produce un operativo de la Policía; hay una reacción de dispararles a los policías”.

Para evitar que los agentes sean víctimas de los ataques y que ellos puedan reaccionar, se han adoptado medidas preventivas en medio de los operativos antidelincuenciales, y después de que los policías participen en los operativos.

“Otra (cuestión) es que haya una respuesta contundente apegada a la ley, nuestros policías no se van a quedar con los brazos cruzados y eso que quede muy claro”, dijo Perdomo.

En ese ambiente de violencia en las que viven las pandillas, el ministro Perdomo sostuvo que esos grupos ilegales han incrementado el número de armas largas y cortas en su poder para elevar sus acciones criminales. También han aumentado la cantidad de sus integrantes, por lo que han tomado una actitud más violenta no solo hacia las autoridades, sino que hacia la sociedad en general.

“El que encontremos cadáveres desmembrados, embolsados, nos está dando un nivel altísimo de violencia, de crueldad, de criminalidad. Lo que queremos ver en ese contexto es cómo ha crecido esa actitud violenta y criminal hacia el país entero y nuestra obligación es responder”, dijo Perdomo.

En ese sentido, explicó que en ningún momento se ha registrado ataque alguno a delegaciones policiales, sino que los enfrentamientos se han registrado durante los patrullajes preventivos que hacen los agentes.

“Si ellos (pandilleros) deciden cometer delitos, nuestra obligación es salir a capturarlos, a perseguirlos y a proteger a la población honrada”, agregó el funcionario.

En ese sentido, el ministro se remitió a los informes de la Inteligencia Policial para reiterar que las pandillas han aumentado su arsenal de armas largas y cortas para incrementar sus hechos criminales.

También tienen en mente ejercer alguna influencia política en los resultados de las próximas elecciones presidenciales y que poseen el interés de incrementar sus acciones delincuenciales.

“Todo esto es producto de todas las informaciones que nosotros tenemos de inteligencia. Nosotros no nos inventamos las cosas ni platicamos con ellos, pero sí recogemos cartas, recogemos testimonios, las inteligencias que están dentro de las estructuras nos dan a nosotros qué es lo que acuerdan, y, de esa manera, recogemos toda esa información”, dijo el ministro.

Pandilla 18 aumenta los homicidios

El titular de Justicia y Seguridad Pública le atribuyó a un grupo disidente de la pandilla 18 el aumento de los homicidios en el último semestre de este año.

“En la que aparecen como víctimas una gran cantidad de personas, población que no tiene nada que ver con pandillas, gente de la misma pandilla y de la otra pandilla”, aseguró Perdomo.

Con respecto al mayor cementerio clandestino descubierto en Lourdes, Colón, La Libertad, Perdomo sostuvo que la mayoría de las víctimas no eran residentes de la zona y cuyos asesinatos se produjeron en otros lugares.

“Habían escogido ese terreno rural, rústico, de difícil acceso y lo estaban ocupando como un cementerio para ello. Es una cosa gravísima, porque no solo son condenables los asesinatos, sino que también dejarle ese dolor a las familias, que no puedan ni siquiera encontrar a sus seres queridos”, dijo Perdomo, quien condenó el hallazgo de los 24 cuerpos en el referido lugar.