Violencia y ataques de pandillas cercan a Apopa

Extorsiones, desapariciones, agresiones físicas y amenazas a jóvenes son los hechos que más le recriminan los habitantes del municipio a las autoridades de Justicia y Seguridad Pública

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Apopa es uno de los municipios más violentos y con muchos desaparecidos, pese a haber sido declarado "territorio de paz". Foto EDH / Douglas UrquillaSegún pobladores, las pandillas dominan en colonias alejadas al centro por la poca presencia policial.

Por Jaime López sucesos@eldiariodehoy.com

2013-12-25 7:00:00

Las cifras de homicidios en Apopa han disminuido considerablemente este año, pero no el sentimiento de inseguridad y desconfianza en que viven 131 mil 286 habitantes a causa de las pandillas; según diferentes ciudadanos consultados.

Según Medicina Legal, Apopa fue el sexto municipio más violento del país en noviembre, luego de San Salvador, Colón, Mejicanos, Soyapango y San Martín.

Basta con recorrer los alrededores del parque Central y el Palacio Municipal para escuchar las quejas y angustias de la población que a diario tiene que vivir con esta espiral de inseguridad.

Un ciudadano afirmó que una cosa es estar en el centro de Apopa, y otra, estar en las colonias como Valle del Sol, Chituc, San Andrés, Tikal, Valle Verde o Popotlán, donde las balaceras, las amenazas y las constantes palizas que reciben los jóvenes son frecuentes.

En algunos puntos de esos lugares, además de no haber policías y soldados, que por lo general custodian el centro del municipio, existe un ambiente de tensión propiciado por grupos de maras que se reúnen en pasajes, calles, rincones, callejones, ríos, quebradas y barrancos.

“En el centro de Apopa no es tan peligroso, y si lo es, por lo menos hay policías, militares y agentes del CAM que casi siempre brindan seguridad”, dijo el residente.

Un agente del CAM dijo que Apopa es como el mar con sus altas y bajas: “Ahorita no hemos percibido niveles altos de violencia en lo que cabe del centro, pero eso no quiere decir que todo ande bien”.

Pero el centro tampoco es el paraíso, porque a pocos metros de la alcaldía los pandilleros libran batallas campales en cualquier momento.

Una de esas batallas se dio entre unos 20 pandilleros que se enfrentaron a balazos, confesó un vecino, quien además relató que en ese momento, había dos policías, pero al sentirse inferiores en cantidad y armamento, huyeron.

El ciudadano también lamentó que muchas personas que no tienen nada que ver en la pelea salgan afectadas por estar en el lugar y momento menos indicados.

Agregó que situaciones como esas son frecuentes en casi toda la geografía de Apopa.

Una señora junto a su hija dijo que la situación en Apopa está mal y que los policías no llegaban cuando se les llamaba por una balacera o por algún hecho que ponía en peligro su seguridad.

“En el sector de La Pradera está peligroso, muchas maras no dejan que las personas trabajen y a los que trabajan les quitan el poquito de dinero que han hecho”, afirmó la señora.

Las extorsiones y los asaltos son frecuentes en el municipio. “Quien no les da el dinero ahí lo dejan… como queriendo decir que lo matan”, agregó la mujer.

“El jueves (19 de diciembre) mataron a un hombre cerca de donde nosotros vivimos (en la colonia La Gómez), todo pedaceado lo dejaron”, relató con naturalidad una niña de 10 años.

La lugareña se quejó de que en la colonia La Pradera, los grupos de pandillas golpean a las personas que no les dan lo que les piden y “los dejan como monstruos”.

“Aquí en Apopa hay mucha violencia, muchos niños y niñas están desapareciendo”, afirmó la menor, quien además indicó que en La Pradera han desaparecido a dos niños.

Otras personas que han sido extraviadas han aparecido muertas en el río de la colonia. “Está muy peligroso”, exclamó la niña.

El termómetro de la violencia son los cuerpos de socorro y el 911, quienes con sus pitos y sirenas avisan a la población de que algo grave está sucediendo en determinados puntos del municipio.

La directora del Centro de Emergencia de Apopa, Aura de Rivas, manifestó que este es el único establecimiento de la zona norte de San Salvador y del municipio que brinda atención a víctimas de la violencia.

En días violentos, en una sola emergencia son atendidos de tres a cuatro pacientes heridos con arma de fuego o arma blanca, de toda condición social, edad y sexo.

Estos hechos advierten a los médicos del centro que deben estar preparados, porque hay violencia en determinadas zonas del municipio.

Según la doctora De Rivas, las emergencias por ataques en el municipio ya no se registran solo los viernes por la noche o en fechas de pago, “ahora los hechos son inesperados”.

“Todo puede suceder ahorita, mañana o en la noche, no hay forma de suponer que acontecerán, dependerá de las relaciones y los conflictos que tengan las pandillas en las calles”, explicó la profesional.

Asegura que por la experiencia que tienen, en fechas especiales y fines de semana hay más personal y recursos clínicos, aunque no pase nada. Sin embargo, eso ha cambiado.

“Un lunes podemos estar abarrotados con tres baleados, ya no es predecible ni un patrón a seguir para tomar precauciones y decir me voy abastecer”, afirmó la directora. (Ver nota aparte).

Solo el trayecto de San Salvador a Apopa es toda una pesadilla, relatan los habitantes. Con frecuencia dos o tres sujetos abordan un microbús y poco después exigen a los usuarios todas sus pertenencias.

Este fenómeno es más preocupante en horas pico, por la mañana y tarde, cuando las personas van a sus trabajos o centros de estudio y cuando regresan a casa, aseguran los lugareños.

Algunas de las pandillas que se mueven en el municipio son la MS, Máquina, Mao Mao y 18. De estas, pareciera que las primeras tres conviven sin mayor problema, no así con la última, con quienes libran agrias luchas desde hace años.

Las autoridades de Justicia y Seguridad Pública no han querido revelar las verdaderas estadísticas de asesinatos en el municipio, pero según el Observatorio Municipal, este año se han registrado 15 asesinatos.

El dato refleja una considerable disminución comparada con años anteriores en los que había más de 80 hechos de violencia en el año.

Apopa es uno de los 11 municipios declarados “libres de violencia” desde principios de año, donde los principales grupos de pandillas prometieron que ya no se atacarían.

El alcalde Elías Hernández les da el beneficio de la duda, porque con frecuencia ha conversado con los cabecillas de las maras y han llegado a acuerdos importantes.

El más reciente fue que no interfirieran en las actividades de las fiestas patronales (del 17 al 25 de noviembre) y, según Hernández, los muchachos (pandilleros), le cumplieron, porque durante los festejos no se reportó ningún homicidio.

“No tuvimos ningún hecho de sangre en las fiestas, el 25 hubo más de 10 orquestas en un baile, en el estadio tuvimos más de 4 mil personas donde se presentó Alexis Sigfrido, un cantante extranjero”, afirmó Hernández.

El alcalde dijo que la mala imagen que adolece Apopa es porque le van a dejar los muertos de otras zonas, pero este año, no han tenido ese problema.