Sin recursos para cuidar manglares

El Ministerio de Medio Ambiente confirmó que les apoya con 500 dólares en combustible

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La tala de mangle y la caza de iguanas y garrobos es el pan de cada día en la zona de manglar del departamento de La Unión. foto edh / insy mendozafoto edh / insy mendoza

Por Insy Mendoza Comunidades@eldiariodehoy.com

2013-12-08 7:00:00

LA UNIÓN. Falta de combustible, armas y lanchas para desplazarse por más de ocho mil manzanas de manglares, son algunas de las carencias que los siete guardias encargados de proteger el recurso del Estado enfrentan para cumplir con su labor de evitar la depredación del manglar y de las especies que lo habitan.

Los guardarrecursos no entran en detalles para evitar problemas; sin embargo, las necesidades son evidentes.

Un equipo de El Diario de Hoy los acompañó en un recorrido por la zona y corroboró que las lanchas que tienen para patrullar y hacer cumplir la ley ambiental son lentas y pesadas.

A eso se suma que no poseen armas de fuego en caso de enfrentarse con delincuentes, así como el hecho de que el combustible que les dan es insuficiente.

El personal que cuida los manglares está compuesto por cinco hombres y dos mujeres.

Dos son pagados por el Ministerio del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Marn) y el resto por un proyecto financiado por La Unión Europea y ejecutado por las Organización No Gubernamental Amigos de la Tierra y Funsalprodese.

Son aproximadamente ocho mil 550 hectáreas de manglares que el grupo tiene como responsabilidad patrullar y proteger.

Los guardarrecursos inician desde el cantón Huisquil, de Conchagua; hasta Barrancones, en cantón Piedras Blancas, de Pasaquina.

Los trabajadores no solo luchan a diario por evitar la tala del mangle, también la caza de animales. Santos Álvarez es uno de ellos y reside en la comunidad de Barrancones.

Álvarez asegura que empezó a trabajar en la protección del manglar desde 2005 y que su salario es pagado por el Ministerio del Medio Ambiente.

El empleado dijo que la mayoría de la población de Barrancones sabe la importancia de proteger los manglares y que “hace varios años había mucha tala, pero poco a poco y con paciencia, se ha logrado concientizar a esta gente porque al final todos somos afectados”.

Álvarez detalló que para realizar los patrullajes tienen dos lanchas con su respectivos motores, así como un kayak. Los patrullajes los realizan también a pie . Esto fue verificado por periodista de El Diario de Hoy.

Los empleados aseguraron que su trabajo es difícil porque a veces se enfrentan con grupos de taladores que son, aparentemente pandilleros o personas que andan armadas y aprovechan la desventaja con la que ellos deben cumplir su deber.

“A veces uno solo de guardarrecursos lo ven, y ellos no hacen caso, por eso en algunos patrullajes nos acompaña la Policía”, dijo Álvarez.

Álex Cabrera, líder de la comunidad de Barrancones, manifestó que tienen problemas con la caza de garrobos e iguanas en la zona.

“A veces salgo a patrullar junto a los guardarrecursos y ya hemos encontrado a sujetos con los sacos llenos de garrobos y hemos logrado que los liberen”, aseguró.

El sargento José Santos Recinos, jefe de la división de Medio Ambiente de la Policía Nacional Civil, dijo que a partir de este año han retomado los patrullajes en los manglares, como un apoyo a los guardarrecursos.

Agregó que el mangle rojo y el blanco lo talan para leña, uso doméstico y panaderías.

El mangle conocido como botoncillo es utilizado para hacer o reparar techos de casas y es por eso que la depredación es grande.

Los lugares de desembarco del mangle son los esteros de Huisquil y Punta de Jocote, jurisdicción de Conchagua.

Además de El Sálamo y los Jiotes, en la jurisdicción de San Alejo. Pese a que saben los sitios de desembarco y depredación, los guardarrecursos poco pueden hacer debido a la falta de herramientas.

Néstor Herrera, director de Ecosistemas de Vidas Silvestres del MARN, confirmó que los trabajadores no cuentan con armas de fuego, pero tienen instrucciones en caso de encontrarse con grupos armados ilegales.

“Que se aboquen a trabajar con la Policía, sobre todo porque es una zona fronteriza y , por el peligro a que se enfrentan”, explicó.