Un sujeto fue condenado a 20 años de prisión, luego que el Tribunal Quinto de Sentencia de San Salvador lo encontró culpable del delito de violación en perjuicio de una de hijastra de 10 años.
El condenado fue identificado como José Ramón S. de 34 años, un vigilante de una empresa de seguridad privada y residente en Apopa.
Según el relato de la niña, este ilícito fue cometido en reiteradas ocasiones desde que tenía 7 años de edad.
La pequeña dijo a los jueces del Tribunal Quinto de Sentencia que su padrastro, todos los domingos y los días que descansaba después del almuerzo, los invitaba a ella y a su madre a tomar un vaso de gaseosa, que minutos después las dormía.
En ese lapso el imputado aprovechaba para abusar de la niña, sin la preocupación que la madre o su compañera de vida, lo sorprendiera en el acto sexual.
El problema era cuando la niña despertaba que sentía dolor en sus partes genitales y su vientre.
En una de las ocasiones, relató la menor, que despertó y sintió que su padrastro la estaba violando.
De inmediato el sujeto, le dijo que se callara y le advirtió que si contaba lo que él le hacía, mataría a su madre y a su abuela.
Las amenazas hicieron que la niña todos los domingos después del almuerzo y luego de tomar un vaso de gaseosa fuera víctima del vejamen durante tres años.
Un día, “la menor reveló a su mamá lo que sucedía y además le entregó unas cartas de amor que su padrastro le había escrito y entregado en abril de este año”, agregó la fiscal Alicia Ayala.
La Fiscalía presentó diversas pruebas como esa carta que mostraron el grave daño que el padrastro ocasionó a la menor.
Contra él, la Fiscalía ofreció peritajes de genitales y psicológicos, testigos y otros documentos que no dejaron duda en el Tribunal, que José Ramón había violado en diferentes ocasiones a la niña y le impuso la condena de 20 años de prisión.
De acuerdo con la investigación, estos abusos fueron cometidos en el interior de una vivienda en Apopa, donde el imputado convivía con la madre y la víctima.