La Alcaldía municipal de Nuevo Cuscatlán, departamento de La Libertad giró un ultimátum a los residentes de Vía del Mar para el retiro de cuatro portones de las calles de esa residencial.
Por medio de una carta firmada por el síndico, David Meléndez, se les informa que la decisión fue tomada por la conducta negativa de las personas que prestan el servicio de seguridad, lo cual interfiere en el trabajo de los empleados municipales.
En la misma, argumentan que tal actitud es violenta e irrespeta la autonomía del municipio, contemplado en tanto en la Constitución de la República, artículos 203 y 204 como también en el Código Municipal, artículo 4, numeral 3.
Según los afectados, dicha disposición los tomó por sorpresa, ya que nunca se ha obstaculizado el trabajo de los empleados municipales de las administraciones anteriores ni a la actual que dirige Nayib Bukele.
” Lamentamos que la autoridades no se hayan acercado a la directiva antes de tomar esta decisión para llegar a un acuerdo y garantizar el bienestar y tranquilidad de los vecinos, sobre todo por los tiempos tan violentos que vivimos”, afirmó uno de sus residentes.
Los denunciantes aseguran que la orden es para retirar cuatro de los 40 portones que existen desde hace más de 24 años en todo el complejo habitacional, muchos de estos colocados por la empresa constructora al inicio de las obras.
De no acatar tal disposición, los portones serán removidos y los gastos ocasionados se cargarán a las cuentas por servicios municipales de los residentes de los pasajes notificados.
Sin respuesta
Al buscar la posición del síndico municipal, se nos informó que por el momento no podía brindar ninguna declaración por encontrarse fuera del municipio.
Hasta la fecha ni personeros del gobierno municipal de Nuevo Cuscatlán ni los afectados han logrado establecer un acercamiento que conlleve a una solución en beneficio de ambas partes.
La medida que será ejecutada en 24 horas, después de la notificación afectará a 16 casas por pasaje.
Además de dejar sin empleo a los vigilantes.
“Al no contar con portones, el vecindario es vulnerable a actos delictivos como asaltos y hurtos”, acotó un residente.