Jánuca, celebración de la libertad y de un milagro

La Embajada de Israel conmemoró esta festividad encendiendo la sexta vela de la Januquiá

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El rabino Fernando Lapiduz fue el encargado de dar la bendición durante la ceremonia. foto edh / Omar Carbonero

Por Georgina Vividor comunidades@eldiariodehoy.com

2013-12-03 8:00:00

Con el encendido de la sexta vela del candelabro hebreo, la Embajada de Israel en el país celebró el lunes por la noche la fiesta del Jánuca.

La fiesta conmemora la derrota de los helenos y la recuperación de la independencia judía a manos de los macabeos sobre los griegos.

También la posterior purificación del templo de Jerusalén de los iconos paganos, en el siglo II antes de Cristo.

La actividad fue presidida por Shmulik Bass, embajador de Israel en El Salvador , y contó con la presencia de miembros del cuerpo diplomático acreditado en el país, de la comunidad judía y amigos del Estado de Israel.

Durante su mensaje el diplomático explicó que esta celebración significa para la comunidad judía la “lucha de la libertad nacional y religiosa y el milagro del aceite de oliva puro que iluminó el templo luego de la invasión”.

La ceremonia inició con la bendición y la oración del rabino Fernando Lapiduz, quien fue el encargado de encender la vela “piloto”del candelabro hebreo, también conocido como Januquía.

En la celebración de “la fiesta de las luces”, Bass invitó a participar en el encendido de las velas de la Januquiá a la alcaldesa de Cojutepeque, Rosa Guadalupe Serrano; el ministro de defensa, David Munguía Payés, y al viceministro de Relaciones Exteriores, Carlos Castaneda.

De igual forma la diputada Alejandrina Castro y el embajador de Panamá, Enrique Bermúdez, fueron convocados a encender velas.

Posteriormente hubo degustación de comida hebrea. Además los niños tuvieron la oportunidad de encender candelabros más pequeños, para ser partícipes del festejo.

Significado e historia

Jánuca, también llamada “la fiesta de las luces”, es una celebración judaica celebrada todos los años durante ocho días.

Esta festividad acontece el día 25 del mes de Kislev del calendario judío, entre fines de noviembre y fines de diciembre del calendario gregoriano.

La tradición judía habla de un milagro en el que pudo encenderse el candelabro del templo (Menorá) durante ocho días consecutivos, con la cantidad de aceite de oliva puro que alcanzaba sólo para un día.

Esto dio origen a la principal costumbre de la festividad, que es la de encender, en forma progresiva, un candelabro de nueve brazos llamado Januquía.

El origen histórico de la festividad data de la época helénica en Israel, iniciada con la conquista de Alejandro en el año 332 a.C., según lo mencionan los libros bíblicos de Macabeos.

Cuando se corona al rey de Siria, Antíoco IV Epifanes, este decide helenizar al pueblo de Israel, prohibiéndoles a los judíos sus costumbres como orar, bendecir y trabajar como la religión requiere.

Los macabeos provenientes de la zona de Modi’ín comenzaron a revelarse contra los soldados griegos, negándose a realizar actos que iban en contra de su propia religión.

Aunque tuvieron una lucha difícil y eran minoría ante el ejército griego, su estrategia, decisión y fe los condujeron al milagro de Jánuca.

Alrededor de esta celebración se realizan diversas costumbres, una de ellas es jugar con un trompo llamado “Sevivón”. Además muchas familias acostumbran a realizar cantos tradicionales llamados “Maoz Tzur”.