Agustín Ferraro, uno de los dos investigadores que realizaron el estudio sobre clientelismo político en El Salvador en el caso Alba Petróleos, señaló como existe el riesgo de caer en clientelismo político cuando las instituciones partidarias abanderan los proyectos sociales de estas empresas de economía mixta.
Recalcó sobre la importancia de contar con un control social y de transparencia para corroborar que estos esfuerzos no sean mal usados.
¿Cómo surge esta investigación?
La Universidad de Salamanca hace muchos años que vienen haciendo estudios sobre El Salvador, desde 2005, sobre la situación institucional, los partidos políticos y la participación de El Salvador en el proyecto Alba es algo que se había estudiado muy poco hasta ahora… entonces nos pareció importante tratándose de un tema polémico introducirnos en el estudio de lo que a veces es común en el debate político partidario y así es que descubrimos distintas confusiones sobre como se califican ciertas prácticas que queríamos aclarar tanto para lo bueno como para lo malo.
¿Tiene similitudes este tipo de prácticas encontradas en el país con las realizadas en otros países que están vinculadas con el proyecto Alba?
El proyecto Alba tiene un componente social muy importante que es muy positivo pero claro que ese componente, cuando se destinan fondos a programas sociales, siempre se corre el riesgo del clientelismo. El Salvador tiene una situación diferente. Por ejemplo en Nicaragua es de gobierno a gobierno, en El Salvador es una empresa de economía mixta la que participa del proyecto Alba, no el gobierno propiamente dicho. Entonces es una situación que tiene analogías y que tiene diferencias. La analogía de que al tratarse de un proyecto regional hay ciertos principios comunes y si en ciertos países también se hablado de clientelismo político. Cuando se hacen programas sociales dentro de una democracia siempre se corre ese riesgo y es una tentación para cualquier partido político explotar, utilizar eso, pero lo desvirtúa es el problema por eso pensamos que, en buena medida es un informe que puede contribuir a la actuación política del Frente en el sentido que haga más transparente y que no incurre en el riesgo de ser criticado por estas prácticas clientelistas. Durante los períodos electorales es una tentación y pasa en otros sistemas democráticos, tiene que haber un control permanente y también un autocontrol.
Cómo país ¿qué más debemos hacer para que se pueda hacer un control de este uso de fondos por evitar que estas empresas lo usen con fines clientelistas?
Notamos mucho que en El Salvador siempre cuando se hacen diagnósticos de estas situaciones siempre se busca la situación jurídico institucional del organismo público. En nuestro informe, en cambio, destacamos en lo que hace al consenso entre las fuerzas políticas en un país porque el control por parte de los organismos de fiscalización es muy fundamental pero tiene su límite si no existe un consenso entre los actores políticos de recurrir a esas prácticas y el diseño que proponemos es la auditoría social. Nosotros pensamos que de los programas sociales de Alba Petróleos serían mejor gestionados de manera más transparente si existieran mecanismos de participación que han sido una iniciativa de partidos políticos de izquierda en otros países de América Latina, como Brasil, Uruguay e incluso Venezuela se han hecho experiencias muy positivas con estos mecanismos que contribuyen a la transparencia. En El Salvador hasta ahora a existido muy poco, lo cual siendo el Frente un partido de izquierda estás soluciones deberían resultarles afines, contribuye también a la modernización del partido, que es un objetivo declarado del Frente.