Una ley y un ministerio de Cultura, por favor

Al momento están cubiertos 164 municipios con este modelo, pero la meta para este año era llegar a 219 municipios

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Una ley y un ministerio de Cultura, por favor

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2013-12-28 8:00:00

Jorgelina Cerritos eligió su camino artístico y se entregó a él con disciplina y pasión. El tiempo le mostró que eso no bastaba. Necesitaba profesionalizar su trabajo y El Salvador no se lo permitía. “Tuvimos la posibilidad desde 1993 hasta el año 2000 de ver los festivales Creatividad sin Fronteras. Ahí te dabas cuenta de que la propuesta internacional era algo más grande de lo que se estaba haciendo en El Salvador. Entonces te preguntabas: ¿Y eso cómo lo alcanzo? Obviamente, sabías que era con formación y la formación ha sido una de las limitantes que hemos tenido en el camino”.

Para nadie es un secreto que el sistema educativo de El Salvador es obsoleto y que los espacios para desarrollar la vocación artística son inexistentes. Dos ejemplos: no hay un conservatorio de música, tampoco un centro para la enseñanza, difusión y conservación de la fotografía. En el teatro el desamparo es igual. Bien resume Jorgelina Cerritos las dificultades por las que ha pasado como artista: “el momento de la formación, el momento del campo de trabajo y el momento reciente de cómo hacer para publicar teatro en este país”.

Las elecciones presidenciales están a la vuelta de la esquina. Ningún partido político tiene propuestas culturales para el país, salvo el FMLN, quien ya comprometió a su candidato presidencial con la creación de un ministerio de Cultura si llega al Ejecutivo. Este instituto político también tiene en discusión su propuesta de Ley de Cultura en la Comisión de Cultura y Educación de la Asamblea Legislativa. ¿Por qué es importante? Porque “las instituciones son una reivindicación de la sociedad. Si tenés una institución, pues tenés a dónde abocarte, a quién pedir, a quién acudir, a quién demandar, a quién proponer, con quién trabajar”, justifica Jorgelina Cerritos. Una ley y un ministerio de Cultura sin duda modificarían la escena artística y académica del país. El Salvador se merece otro destino, uno mejor. No se lo neguemos.