Armas ilegales fueron decomisadas a ciudadanos y delincuentes

En lo que va del año la policía incautó más de mil armas de fuego en toda la zona oriental

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Muchas de las armas fueron decomisadas tanto a pandilleros, como a gente vinculada con el tráfico de drogas, entre otros. Foto edh / Archivo

Por Lucinda Quintanilla comunidades@eldiariodehoy.com

2013-12-21 8:00:00

ORIENTE. Las mil 42 armas de fuego decomisadas en 2013 en oriente demuestran la fragilidad de las autoridades en el control y registro de estas.

Lo peor es que muchas de esas armas, según las autoridades, pudieron ser usadas para asesinar a 461 personas entre el 1 de enero y el 19 de diciembre de 2013.

El sociólogo Gerardo Martínez asegura que la cantidad de armas decomisadas es una muestra clara de la falta de control de las autoridades en el tema de la portación de armas, pero además, es muestra de la necesidad de defenderse de la ciudadanía.

Hace la aclaración porque no todas las armas decomisadas estaban en manos de delincuentes, pues algunas incautaciones las hicieron a personas trabajadoras.

Las cifras indican que Usulután es el departamento que más decomisos de armas reportó con 347 incautadas en 2013.

La cifra es coherente con las estadísticas de asesinatos, pues se cuentan 167 crímenes en el presente año y lo convierten en el departamento más violento de la zona oriental.

Le sigue La Unión con 334 armas decomisadas, luego San Miguel con 265 y por último Morazán con 96 armas de fuego confiscadas.

Según las autoridades la mayor parte de estas armas son incautadas a personas vinculadas en algún sentido con las pandillas, pero aseguran que también hay un buen número de armas que fueron incautadas a personas sin vínculos con pandillas.

Eso genera una alarma en la sociedad sobre la necesidad de defenderse por cuenta propia, dato coincidente con el sociólogo.

Jesús Aguiluz, jefe de la policía en Usulután, indicó que “se han decomisado armas a gente de todo tipo en los controles vehiculares, desde pandilleros hasta delincuencia común o gente que las porta por seguridad”.

Justificó las altas cifras de decomisos de armas en este departamento sobre el resto de la zona oriental, argumentando que se debe al trabajo policial que ejercen, pero no por el trasiego de armas de una ciudad a otra como rumora la población.

El alcalde de Usulután Francisco Meardi, sostuvo que la gran cantidad de armas de comisadas en ese departamento se puede deber a varios factores. El primero es una veda de armas que se mantiene en la cabecera desde inicios del presente año.’

Pero además por la necesidad que las personas tienen de protegerse a sí mismas.

“Con la veda se controla a aquellos que andan sus armas sin permiso, el problema son los que delinquen y sobre ellos no hay mayor control, se nos vuelve un problema que controlamos a unos y a otros no”, dijo Meardi.

Santiago Meléndez, presidente del grupo empresarial de Usulután, aseguró que el problema de las armas es algo viejo en el departamento.

“En esta zona fue un trasiego de armas y entraron miles de armas y de todas estas, algunas sí se registraron y otras no, y son las que ahora usan muchos para delinquir”, dijo.

Reforzó lo dicho por Meardi al asegurar que mucha gente productiva tiene armas para defenderse y que por las múltiples ocupaciones olvidan registrarlas.

Meléndez indicó que “es necesario que las autoridades revisen carro por carro, porque es ahí donde transportan armas los delincuentes”.

El empresario aseguró que la veda de armas es buena, sin embargo, en estas solo se controla a la gente que no se dedica a delinquir generalmente.

“Sí, decomisarle una arma a una gente honrada eso es muy fácil, lo complicado es quitarles las armas a los delincuentes que hoy andan mejor armados que las mismas autoridades”, señaló Meléndez.

Por su parte, el sociólogo Martínez hizo otra lectura de estas estadísticas, pues aseguró que esta cantidad de armas y la interpretación de las cifras por parte de las autoridades, solo revelan los índices de violencia que se viven en la sociedad.

Muestra de ello es que muchas de las armas decomisadas se hayan incautado a gente que las usan como protección.

“Los niveles de violencia que se viven en este país han generado que la gente opte por defenderse ante la desconfianza por los cuerpos de seguridad”, sostuvo.

Agregó que esta cantidad de armas que circula sin control y de manera ilícita en el país, lo único que genera es más violencia, pues hay armas en ambos lados de la sociedad. Por un lado, la gente que trata de defenderse y por el otro, los que tratan de vulnerar la vida de los primeros.

“La gente trata de salvaguardar sus vidas, sus pertenencias y cada quién se defiende como puede, es decir que la situación de violencia se acrecenta y muestra los niveles de intolerancia que hay en el país”, indicó Martínez.

Ante esta situación, según el sociólogo, a la sociedad salvadoreña no le espera más que los niveles de violencia sigan creciendo.

Sin embargo, el profesional es de la idea que es el gobierno el que puede controlar los niveles de violencia a través de la modificación de las leyes para la regulación de las armas.

“La venta de armas es un negocio y esto genera ingresos a quien se dedica a esas actividades y esto facilita sin duda que la gente pueda adquirirlas y haya más violencia”, indicó Martínez.

Germán Arriaza, jefe fiscal de la zona oriental, aseguró que “los casos de armas ilegales que hemos conocido hay de todo, gente ligada a pandillas y gente de todo tipo”, sostuvo.

Agregó que en el caso del departamento que más capturas por decomisos de arma registran es Usulután y que ellos también creen se debe a la operatividad policial en la zona en cuanto a este delito.

Las cifras duras

Las autoridades revelan que hasta la segunda semana de diciembre habían decomisado mil 42 armas de fuego, la mayor parte de estas son armas cortas, entre pistolas nueve milímetros, revólveres calibre 38.

Pero también decomisaron fusiles de diferentes calibres y una cantidad menor de armas de uso privativo de la Fuerza Armada.

Por el delito de portación, conducción ilegal e irresponsable de arma de fuego, la policía en la zona oriental capturó a 650 personas a nivel regional.

En el caso de San Miguel, la mayoría de las armas fueron decomisadas en la cabecera, además según la unidad de investigaciones de la Policía, el 75 por ciento de estas fueron incautadas en manos de pandilleros, tanto en casas destroyer como en las viviendas de los delincuentes.

Mientras que en el caso de Usulután, la mayor cantidad de armas fueron decomisadas en Puerto El Triunfo, Jiquilisco y la cabecera, esto según Aguiluz, se debe al accionar de las pandillas en esas zonas.

Los sitios más visitados por sujetos portando armas ilegales son los centros nocturnos, pero además muchos de los decomisos los hicieron en carros particulares que transitaban y que fueron localizados en controles rutinarios.