“Necesitamos una discusión fuerte para mejorar la escuela en términos generales”

El especialista en Educación no visualiza muchas mejoras en el país para 2014. Por ello sostiene que es urgente que haya un diálogo real entre los sectores para definir el rumbo en todas las áreas

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Necesitamos una discusión fuerte para mejorar la escuela en términos generales

Por Texto: Susana Joma Foto: Mauricio Cáceres

2013-12-23 8:00:00

En opinión de Óscar Picardo Joao, investigador en el campo educativo, en este momento no hay ningún indicio de que El Salvador pueda avanzar sustancialmente en todos los campos, entre ellos el de la educación y la economía. Picardo insiste en que en estos años ha habido un estancamiento técnico en todos los sectores y eso se debe a la falta de diálogo y de visión de país.

“Sino compartimos una visión de país, los mínimos necesarios para que una nación pueda avanzar, el pronóstico es un poco reservado y de acuerdo a lo que se ve en las propuestas (de los candidatos a la presidencia) seguimos con un escenario “compartamentalizado”, es decir en partes, y creo que eso da mal augurio para el futuro”, sostiene.

¿Cómo ve la situación del país para 2014?

El pronóstico, para lo que vemos sobre todo en un año preelectoral y sin querer ser pesimista – es que no hay cambios necesarios (en términos del) diálogo entre los sectores, que es fundamental para el desarrollo de las políticas educativas, políticas económicas y para el desarrollo de la competitividad en del país.

¿Los principales retos?

En el campo en el que más trabajo, educativo, necesitamos una discusión fuerte para mejorar la escuela en términos generales, tal como lo señala el Informe de Desarrollo Humano 2013. Allí se necesita inversión y más claridad en las políticas. No estar cambiando el rumbo del sistema educativo. A nivel económico, necesitamos una estrategia para crecer productivamente y competitivamente, definir rumbo. En el campo social hay otros elementos importantes (que solventar) como el tema de la salud, la migración y las pandillas que requiere un tratamiento muy profundo. Pensar en un país mejor, que los jóvenes no vean su futuro en irse, que tengan muchas oportunidades y para eso necesitamos mucho diálogo. Entonces creo que allí está el reto.

¿Considera que existen las condiciones para ese diálogo?

En los liderazgos de las cúpulas empresariales, institucionales, partidocráticas no se ve la actitud. Hemos tenido muchos encontronazos desde el debate del decreto 743 en adelante y realmente no hemos propiciado el acercamiento necesario para el diálogo y en la campaña tampoco se ve. Seguimos con la misma guerra de los 70 y 80, nada más que se manifiesta en otras metodologías de enfrentamiento. Tenemos una polarización muy fuerte y eso no es bueno.

¿Entonces qué se puede esperar?

Creo que si no hay diálogo la incertidumbre permanece. Es decir vamos madurando, nuestra democracia va madurando a golpes. No estamos al borde de un colapso, ni nada por el estilo, pero no hay un buen pronóstico. No hay tranquilidad, no hay armonía y eso es parte de lo que la gente necesita: diálogos, reflexión, discusión, acercamiento, digamos que uno vea futuro, que uno vea proyección.

Los jóvenes no ven futuro, no ven oportunidades de empleo, les cuesta mucho acceder a la educación media. No tenemos una enfermedad terminal, pero tenemos una enfermedad que nos lleva muy mal. Entiendo que se han hecho esfuerzos por los más pobres, pero esos esfuerzos digamos son limitados y como aislados. El hecho de entregar uniformes o zapatos es un remiendo, pero no profundiza los problemas más críticos de la sociedad salvadoreña.

El tema de la educación es fundamental junto a lo económico…

Es la base de la plataforma. Lo que pasa es que su efecto es más lento. Los Tigres Asiáticos hace 20 años apostaron (por la educación) y hoy están viendo los cambios. Eso no tiene mucho rédito político. Entonces la clase política no le apuesta, o la apuesta es muy débil.

Luego seguimos con ese sistema educativo así como está, porque en las propuestas no hay consenso sobre nada de educación. Eso es lo más dramático. Todos ofrecen que si dar una computadora, una tableta, que si dar el desayuno, que si ampliar el año de bachillerato pero eso no está basado en nada. Hoy por hoy no hay impacto. Creo yo, por la cifras que hemos visto , que el tema de uniformes no ha tenido ningún impacto en los indicadores de matrícula.

¿Qué perspectivas ve en la economía del país?

A nivel económico seguimos intentando atrapar en consumo todas las remesas. Es triste, pero es la ruta que han seguido los empresarios. Es la ruta de poca inversión en calidad y productividad. Entonces creo que allí también hay una apuesta bastante mezquina del sector empresarial que no busca generar valor agregado, sino atrapar el consumo.

Se seguirá dependiendo de préstamos. Yo creo que van a ser necesarias reformas fiscales. Habría que revisar por dónde, si van a ser prediales, bienes suntuarios u otros esquemas. Necesitamos también que se desinfle el aparato burocrático del Estado porque ha crecido mucho.

¿Cómo ve las propuestas de los candidatos en el tema económico?

Se necesita que sean lo más transparente posible y sensatos. Se han prometido cosas, tanto la izquierda como la derecha, que habría que discutir la viabilidad, porque al final aquí tenemos mucha amnesia. En las campañas se promete de todo pero tres o cuatro años después uno se da cuenta que ni la mitad de las cosas se cumplieron. Por ejemplo, las computadoras ya estaban prometidas en dos gobiernos atrás, tanto en el de Saca como en el de Funes.

Con Mauricio Funes se habían ofrecido 800 mil computadoras en el primer documento de Vamos a la Escuela, pero en la segunda edición se dijo 70 a 80 mil. Después se bajaron a dos mil y con costos habrán entregado mil.

¿Qué se necesita para el despegue educativo?.

El panorama en el mundo educativo lo podemos analizar primero desde la perspectiva económica, a partir del presupuesto. Como sabemos la inversión en Educación ha estado estancada con respecto al PIB. Ese es factor clave para el despegue educativo.

Todos los candidatos se han comprometido a subirlo al 6 %, pero en un plazo de 10 años, lo cual no sabemos cuándo inicia y cuándo termina, y no hay un compromiso de decir bueno yo a partir del 2014 haré el esfuerzo, haré una reforma fiscal. Entonces sino tenemos una plataforma financiera todo lo que digamos se reducirá a pequeños parches. Así no podemos esperar cambios en la Paes, en el mundo docente, la infraestructura, en el equipamiento.

¿Qué hay de los actores de la escuela?

Analizando los sectores podemos decir que necesitamos una reforma urgente en la dignificación y evaluación del ejercicio docente. Es algo importante de lo cual no se habla.

Necesitamos también una reingeniería en los diseños de las escuelas, para que sean espacios dignos, limpios, apropiados y de eso tampoco hablan. Luego, tenemos los programas extracurriculares de los cuales se habla pero no hay propuestas técnicas.

¿Habrá evolución en los niveles educativos?

En el nivel de Educación Superior vamos igual: con presupuestos limitados, una demanda que va creciendo, investigación científica poco relevante y pertinente. No sabemos qué pasa con la Comisión de Acreditación. Inclusive, tenemos un Consejo de Educación Superior bastante extraño, en donde quien lo preside es la persona que debe ser objeto de asesoría.

En Educación Media los dos grandes problemas: la matrícula, en donde seguimos en el 40 %, y el equipamiento porque muchos institutos no tienen los laboratorios que necesitan y por lo tanto se mantiene el problema de los estudiantes que conocen, pero no comprenden ni pueden aplicar. En Educación Básica hay que profundizar en infraestructura y calidad del servicio. Educación Inicial y Parvularia también tienen problemas de cobertura similares a los de Educación Media.

¿Qué pasará sin cambios profundos?

Sino logramos hacer cambios sustantivos le vamos a seguir cambiando el nombre a la escuela: Escuela Educo, Escuela 10, Escuela Saludable, Escuela Inclusiva…, pero al final es la misma escuela, con los mismos resultados, con los mismos problemas y no cambia lo esencial que es la calidad de los servicios docentes y la calidad del servicio escolar.