Tonacatepeque celebró el Festival de las Calabiuzas

El Cipitío, la Siguanaba y el Justo Juez de la Noche, participaron en el desfile

descripción de la imagen
Unas 14 carrozas con curiosos personajes y figuras mitológicas, desfilaron por las principales calles del municipio. Foto EDH/ Marvin Recinos

Por Ricardo Guevara comunidades@eldiariodehoy.com

2013-11-02 7:00:00

Cada 1 de noviembre, cuando la noche envuelve las calles de Tonacatepeque, una multitud de residentes se disfrazan para representar a espíritus del más allá que simulan despertar de su descanso eterno para desfilar por la ciudad.

Niños, adultos y ancianos, acompañan el aterrador cortejo que tiene como punto de partida el cementerio, situado en las afueras del municipio.

Al desfile se suman las tradicionales figuras de la mitología cuscatleca: El Cipitío, La Siguanaba, El Cadejo, El Cura Sin Cabeza, la Carreta Chillona y El Gritón; entre otros.

La caravana se distingue además por el estridente ruido de cadenas que se arrastran sobre las piedras, los gritos de de La Llorona y las tenues luces sobre calaveras y morros, ponen un toque fantasmagórico al cortejo.

Durante el recorrido, los gritos de los niños no pueden faltar, ellos corren divertidos a abrazar a sus padres cuando se acercan el tenebroso desfile.

Este es el escenario mediante el cual los pobladores mantienen una tradición que se ha convertido en una de las más esperadas en Tonacatepeque: el Festival de las Calabiuzas, que se celebra en la víspera del Día de Difuntos.

Durante el festival varias familias ofrecen a los visitantes, ayote en miel. Para saborear este delicioso plato típico se debe repetir el estribillo: “Ángeles somos del cielo, venimos pidiendo ayote para nuestro camino mino, mino”…

La fiesta se celebra desde 1920, sin embargo, durante el periodo del conflicto armado se suspendió por varios años. Fue hasta los noventa que comenzó a realizarse de nuevo.