Reina de La Paz: Historia llena de milagros y gran devoción católica

b Pese a que se trata de la patrona de El Salvador, la Reina de la Paz no tiene asuetos por su solemnidadb Desde desviar la lava volcánica hasta quedar intacta tras incendio, son algunos milagros históricos

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Reina de La Paz: Historia llena de milagros y gran devoción católica

Por Francisco Torres comunidades@eldiariodehoy.com

2013-11-13 12:00:00

A nivel religioso, las fiestas en honor a la Reina de la Paz son las más importantes de El Salvador, porque ella ostenta el título de Patrona de El Salvador, mientras que El Salvador del Mundo es el copatrono, explicó el sacerdote Emilio Rivas, vicario general de la diócesis migueleña.

Además, porque la historia de la Reina de la Paz ha sido enriquecida, a lo largo de los siglos, por varias acciones milagrosas que le han merecido el cariño de la feligresía católica del país y más especialmente, de los migueleños.

Los historiadores Joaquín Ernesto Cárdenas y Jorge Lardé Larín, destacan que cuando la imagen fue entronizada a la ciudad de San Miguel, sus habitantes vivían entre pleitos y, ante la presencia de la imagen, las hostilidades cesaron y reinó la paz, cordialidad y solidaridad.

Como la presencia de la imagen llevó una relativa calma a los migueleños, y los ciudadanos no sabían de qué advocación de la Virgen María se trataba, decidieron llamarle Reina de la Paz.

La imagen fue encontrada dentro de un cofre que flotaba en las aguas de la playa Amapala, frente a la isla Zacatillo, en el golfo de Fonseca, en 1692.

Según los historiadores, el cofre era parte del botín que un grupo de piratas ingleses llevaban consigo. Eran comandados por el temido Francis Drake, relatan los historiadores.

Los facinerosos empezaron a saquear e incendiar las chozas que encontraban a su paso, entre las aguas del golfo y la bahía de Jiquilisco y comenzaron a avanzar hacia el norte, adentrándose más en las tierras salvadoreñas.

Para evitar que San Miguel y otros pueblos vecinos fueran saqueados, los migueleños pidieron ayuda a la milicia capitalina, que llegó a las costas, cerca de donde estuvo el puerto de Amapala.

La batalla inició y los bucaneros no pudieron hacer frente a los militares, por lo que decidieron huir y lanzaron al mar buena parte de la carga que llevaban, para escapar más rápido.

Entre lo que tiraron por la borda, suponen los historiadores, estaba el cofre que contenía una imagen de la Virgen María, que ahora es conocida como Reina de la Paz.

Se quedó en San Miguel

Días después los indígenas que habitaban en las costas encontraron la caja sellada y decidieron trasladarla hacia San Salvador, pero cuando estuvieron frente a la iglesia parroquial de San Miguel, situada frente a la plaza central, el burro que la cargaba ya no quiso avanzar más. Era 21 de noviembre de 1692.

Ahí los custodios del cofre decidieron abrirlo y todos los que estaban cerca se maravillaron al descubrir dentro de la caja, la imagen de madera, con un niño en sus brazos.

Más tarde, en 1862 el entonces presidente de la República, capitán general Gerardo Barrios, quiso hacerle una catedral y el 21 de noviembre de ese año se colocó la primera piedra.

Los trabajos de construcción de la catedral demoraron 100 años y mientras la construían, la imagen estuvo resguardada en la iglesia San Francisco.

El 25 de junio de 1903 un rayo cayó sobre la imagen de la Reina de la Paz, que es de madera, pero este solo quemó el camarín y el vestido de la patrona, por lo que los migueleños consideraron que esta era otra intervención milagrosa.

Otra hecho que los historiadores describen como milagro de la Reina de la Paz, se registró el 21 de septiembre de 1787, cuando el volcán Chaparrastique entró en erupción y la lava amenazaba con destruir la ciudad.

Entonces los migueleños afligidos sacaron la imagen de la patrona al frente de la iglesia parroquial y la lava cambió de curso.

El hecho fue tan evidente que los migueleños inmediatamente afirmaron que se trataba de un milagro.

Entonces la lava llegó muy cerca de la ciudad, hasta donde hoy se encuentra la colonia Milagro de la Paz, nombrada así en honor de la patrona.

Una palma formada por nubes se apareció en el cielo, luego de este milagro, afirman.

Desde entonces se realizan las tradicionales “bajadas” que son procesiones que se realizan desde cantones, barrios y colonias hacia la catedral.

La primera se hace cada año desde el cantón El Volcán, el 21 de septiembre, y desde entonces, hasta el 21 de noviembre se realizan estas acciones, como preparativo de las fiestas patronales.

El 21 de noviembre de 1921 la imagen recibió la coronación pontificia y el nombramiento papal de patrona de El Salvador.

Para celebrar esta ocasión, los católicos migueleños recogieron oro donado por los feligreses y pidieron una piedra preciosa a cada uno de los presidentes centroamericanos.

Con ese material, orfebres migueleños elaboraron una corona con preciosos detalles y cuyo valor es incalculable, según el clérigo Rivas.

También elaboraron un material para el Niño y una palma de oro que colocaron a la Reina de Paz.

Ahora esa joyería está resguardada en una bóveda de un banco, pero hasta inicios de la década de los 90 era exhibida por la imagen de la Reina de la Paz sin ningún tipo de seguridad especial y nunca nadie trató de hurtarla.

La solemnidad de la Reina de la Paz es el 21 de noviembre y aunque se trata de la fiesta patronal de El Salvador no cuenta con un asueto, como el del copatrono, que tiene varios días de descanso, explicó el sacerdote Rivas.