Investigan la Unidad de Tránsito PNC San Miguel

Inspectoría General dijo que la unidad de tránsito es denunciada por abusos en procedimientos

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Los buseros y taxistas son los que más se quejan de procedimientos inadecuados, maltratos y esquelas. Foto EDH / archivo

Por Lucinda Quintanilla comunidades@eldiariodehoy.com

2013-10-20 8:00:00

SAN MIGUEL. Desde agosto del año pasado la Inspectoría General de la Policía Nacional Civil (IG) mantiene una investigación abierta en contra de toda la unidad de Tránsito Terrestre de la policía migueleña por supuestos casos de abuso de autoridad en sus procedimientos.

Entre las denuncias más frecuentes se encuentran esquelas injustificadas, maltratos al hacer los procedimientos e incluso sobornos.

La constante de las acusaciones por parte de los ciudadanos llevó a que la oficina de la Inspectoría General en San Miguel investigara los casos.

Encontraron que por cada denuncia hecha, siempre el agente que fue denunciado impuso la sanción, pero no era el que la firmaba, lo que no permitió que los procesos avanzaran y se estancaran, al punto que los señalados eran absueltos.

Dorian Langlois, jefe de la IG en la región oriental, sostuvo que “hemos recibido un sin fin de denuncias vía teléfono, sobre todo por el miedo de los conductores que se sienten ofendidos; pero hay muchos otros que también han venido hasta las instalaciones a denunciar los supuestos abusos”.

El aumento de las denuncias se dio a mediados del año pasado, pero ante los resultados de las investigaciones optaron por hacer una reunión con las jefaturas del departamento y la IG a nivel central para buscar soluciones inmediatas y evitar que continuará la situación.

Langlois explicó que cuando los procesos disciplinarios no proceden por las razones antes expuestas, es la unidad de conducta policial dentro de la misma inspectoría la que se encarga de hacer el llamado de atención a través de la concienciación al agente para evitar que se repitan casos.

Precisamente por esa situación es que la IG, a nivel central, organizó una reunión en la que participaron el jefe regional, el jefe de delegación y el de la unidad, para hablar sobre la constante de las denuncias y ver soluciones puntuales a ejecutar.

La reunión se realizó el 16 de agosto de 2012 y, según indicó Langlois, el jefe de Tránsito de ese momento no asistió, a pesar de que la unidad aludida era la que estaba a su cargo.

En su lugar envió a uno de sus subalternos que, según Langlois, era uno de los más denunciados por la ciudadanía.

En esa reunión se puntualizaron algunos de los problemas más frecuentemente denunciados, entre ellos el maltrato al ciudadano cuando realizan los procedimientos, la colocación de hasta cinco esquelas a una sola persona en un mismo procedimiento, la remisión de vehículos de manera injusta, y hasta supuestos sobornos.

“Han venido transportistas denunciando que agentes de tránsito les han pedido que les den dinero a cambio de no multarlos, o que les han remitido los vehículos sin una razón de peso”, indicó Langlois.

Al abordar la situación se plantearon algunas soluciones que harían cumplir las jefaturas para evitar la escalada de acusaciones en la unidad.

Entre estos acuerdos estaba el seguimiento a las metodología de trabajo para garantizar que no se dieran maltratos al momento de imponer esquelas o casos de malos procedimientos.

Se suman el fortalecer los mecanismos de supervisión internos y externos, capacitarles sobre las leyes disciplinarias, hacer cambios dentro de la unidad, si eran necesarios; y someter a tratamiento sicológicos a aquellos agentes que recurrían con los problemas de denuncias de maltrato para garantizar un mejor desempeño policial.

Según el jefe de la unidad, la mayoría de estos acuerdos no se cumplieron, pese a que el encargado de la delegación de aquel entonces, y que ahora es jefe regional, Fritz Dennery Martínez, se comprometió en hacerlo.

“Una prueba de que los acuerdos no se han cumplido es que siempre la unidad de tránsito es la más denunciada, y por las mismas causas: maltratos, procedimientos inapropiados, entre otras, y nosotros ya hemos agotado las instancias correspondientes para solventar el problema”, indicó el jefe de la IG en oriente.

Dennery, por su parte, dijo que las denuncias en la unidad de Tránsito son del día a día y se debe a que es la unidad que toca la economía de los conductores, por lo que buscan desvirtuarlos para evitar pagar las sanciones interpuestas por los agentes.

Aseguró que una muestra de que las denuncias son casi normales para ellos, es que de todos los procedimientos disciplinarios que han recibido, en la mayoría de los casos los agentes acusados han sido absueltos.

¿Normales?

El comisionado Martínez explicó que estuvo en la reunión donde abordaron el tema disciplinario, pero donde también se trataron otros aspectos que tenían que ver con las institución policial.

Agregó que después de ello trabajaron para el cambio de actitud a través de la filosofía de la Policía Comunitaria, donde tratan los aspectos del trato a la población.

Sostuvo que se ejecutaron los cambios de por lo menos tres agentes de la unidad, pero por una decisión operativa.

Aseguró que las denuncias son una situación normal porque precisamente son esos agentes los que se enfrentan con los ciudadanos que conducen, y cuando son multados nunca quedarán contentos.

Otro tema que el oficial ve dentro de los parámetros normales, y que la ley los faculta, es que el agente sancione en un solo procedimiento con las esquelas que considere necesarias y estas pueden ser tres, cinco o más, situación que a la inspectoría le parece inapropiado y un reclamo justo de los ciudadanos.

Los conductores, por su parte, dijeron que el tema de los malos tratos y de algunas esquelas injustas son la constante en las calles de San Miguel.

Mario López, conductor, dijo que “muchos de los agentes de Tránsito cuando le piden los papeles a uno como que ya le van a pegar, sobre todo las mujeres, son bien enojadas”, aseguró.

Otro conductor que prefirió no dar su nombre aseguró que en un familiar que iba hacia el aeropuerto fue detenido en un retén y le impusieron tres esquelas; pero lo más sorprendente fue que al regresar al país y al pagar las esquelas que le habían impuesto, debía cinco.

Dos de las multas fueron aplicadas un día después de su partida al exterior, cuando él ya no estaba en el país; pero por temor a más problemas no denunció.

Hugo Torres, jefe de la unidad de transito, justificó las constantes denuncias y explicó que llegan a la delegación, aunque los procedimientos del personal son correctos.