Avanza revisión de caso Ingmar en Washington

Revisión en Corte estadounidense podría anular condena contra el salvadoreño

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El juez Gerald Fisher se encuentra escuchando de nuevo los argumentos de la defensa del convicto. Foto EDH / Archivo

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2013-10-13 6:45:00

El convicto salvadoreño Ingmar Guandique, condenado a 60 años de prisión por el asesinato de la pasante estadounidense Chandra Levy, quien desapareció misteriosamente en 2001 y cuyo cadáver fue encontrado un año después en el parque Rock Creek Park, en Washington, volvió a la Corte Superior de la capital estadounidense el miércoles pasado, donde avanza la petición de la defensa para realizarle un nuevo juicio.

Guandique fue encontrado culpable por un jurado de conciencia en 2010, sin existir una sola prueba que comprobara su participación en el crimen; un caso fuera de la norma para la justicia estadounidense de hundir al culpable con robustas pruebas físicas y testimoniales, a juicio de su defensa.

El expediente del salvadoreño, cuyo caso fue reabierto a finales del año pasado, deja en dificultades al Departamento de Justicia que basó toda la acusación en la declaración que hiciera el convicto, Armando Morales, quien testificó que durante una temporada que compartieron prisión en California, Guandique le había confesado ser el autor del asesinato de Levy.

El caso es seguido en cada detalle por la prensa nacional y extranjera ante el misterio que aún rodea la desaparición de la joven becaria que generó un escándalo de proporciones políticas al momento de su rapto al descubrirse que Levy mantenía una relación extramarital con el congresista de California, Gary Condit, de donde ella era originaria.

El ruido mediático del caso se atenuó con los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001.

En el juicio realizado a finales de 2010, la defensa cuestionó la validez del testimonio de un criminal para inculpar al supuesto autor.

Guandique cumplía entonces una pena de 10 años de cárcel, impuesta en 2001, por agresión sexual a dos mujeres en el mismo parque que serpentea la capital nacional, donde apareció un año después el cuerpo de Chandra Levy, semienterrado.

En la audiencia que fue programada para la tarde del pasado miércoles 9, el juez Gerald Fisher escuchó de nuevo los argumentos de la defensa, que se ha robustecido al salir a la luz las transcripciones de las discusiones que tuvieron a puerta cerrada, antes del juicio, el equipo fiscal con la pieza clave que pensaba utilizar para hundir a Guandique, el convicto Morales.

Datos que refuerzan tesis de la defensa

Los nuevos documentos, que podrían hacerse públicos a medida avance la petición de la defensa para llegar a un nuevo juicio, revelan que los fiscales Fernando Campoamor y Amanda Hines, quienes fungieron como acusadores, tenían presión por tener a un culpable y cerrar el sonado caso con la condena del salvadoreño Guandique.

Así también reforzarían los estándares de las oficinas federales como el Buró Federal de Investigaciones (FBI), la Oficina del Departamento de Prisioneros y el mismo Departamento de Justicia.

Según una transcripción de la querella, que está en poder de la defensa y que fue mostrada al juez en una audiencia realizada en julio, el jefe de la División de Apelaciones de la Oficina del Defensor Público, James Klein, dejó ver que había anormalidades en lo pautado entre el Ministerio Público con el testigo clave del caso y en cómo fue gestionada la conexión con sus contrapartes en California, quienes tenían el contacto con el prisionero Morales.

“Si los fiscales hablaron sobre lo que (el testigo clave) tendría que decir o lo que el fiscal tendría que haber dicho, presumiblemente y a decir verdad, eso constituye una acción con el testigo por sí mismo, y eso es perjurio”, escribió Klein en la hoja.

Las incompatibilidades en el proceso judicial han abierto zanjas entre la Fiscalía y la defensa. El defensor de Guandique, Jonathan Anderson, dejó sentado en un escrito los vacíos en el interrogatorio hecho por la Fiscalía al testigo, al que en los documentos liberados califican de “mentiroso”.

Anderson agrega que tampoco han recibido las solicitudes para obtener las notas que habría tomado la fiscal Hines, antes de incluirlo en la lista de acusadores.

La reapertura del caso de Ingmar Guandique, originario del cantón Mayucaquín, San Miguel, surgió luego de que los medios de comunicación en Washington dieron a conocer las versiones de exmiembros del jurado de conciencia que lo encontró culpable: algunos de ellos habían declarado en entrevistas previas al juicio que presumían con antelación la culpabilidad del salvadoreño y que tenían cierto grado de rechazo ante los inmigrantes.