Tráfico pesado en gran San Salvador por obras en calles

En los tramos I y II del Sitramss y la reconstrucción de la Panamericana, Obras Públicas invierte alrededor de $62 millones y afecta a millares de salvadoreños cada día

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Ayer colapsó el bulevar del Ejército Nacional, en el carril de Soyapango hacia la capital. Conductores se tardaron 45 minutos en recorrerlo. foto eDH / Mauricio Cáceres

Por Nidia Hernández comunidades@eldiariodehoy.com

2013-10-04 7:00:00

Cuando las autoridades de Obras Públicas aseguraron que no iba ser tarea fácil comenzar nuevos proyectos para “beneficio” de la población, no mintieron, pero también afirmaron que lo iban a superar con el paso de los días. No ha sido así.

La construcción de los tramos I y II del Sistema Integrado de Transporte del Área Metropolitana de San Salvador (Sitramss), en el bulevar del Ejército Nacional y la alameda Juan Pablo II, respectivamente, y la reconstrucción de la carretera Panamericana hacia occidente se han denominado como megaobras, lo cual a su vez ha ocasionado un megacaos en gran parte del gran San Salvador.

Hasta en las redes sociales se han creado perfiles que informan el trajín diario del tráfico y en la mayoría se menciona “caos, congestión vial, embotellamientos” y todo lo referido a los problemas de circulación en las vías.

Los trabajos en el bulevar del Ejército arrancaron el pasado 3 de junio.

Daniel Alvarenga, de 20 años, lo recordó con tristeza (como que se tratase de un hecho trágico). Él reside en San Martín y viaja en la ruta 144B.

Ayer, como muchos días, se volvió un trayecto complicado para Alvarenga. Salió de su casa a las 6:30 a.m.

“Trabajo en un taller en Merliot y recorro a diario los lugares en los que hoy está trabajando el gobierno y desde junio, de verdad, ha sido casi una pesadilla pasar por el tráfico pesadísimo que hay”, contó.

En el bulevar del Ejército permaneció 43 minutos. El carril de Soyapango hacia la capital colapsó.

Desde la zona de Plaza Mundo hasta la 50a. Avenida Norte parece un “gusano con nudos” con tantos automotores que se unen al embotellamiento. Pasó allí de 7:00 a.m. a 7:43 a.m. Le permiten entrar a las 9:00 a.m. a sus labores.

Así cruzó la primera parte de su recorrido.

“Me tardaba 20 minutos en pasar el Ejército. Con esto se ha duplicado y a veces triplicado el tiempo”, aseguró el motorista de la 144B, José García. El gobierno invierte 10.3 millones de dólares en dicho tramo.

Por la vía recorrían a diario 50 mil automotores, que se han visto obligado a buscar otras calles, aunque algunos insisten en pasar por la arteria. “Yo tengo que sufrir con el transporte ni modo, no tengo carro”, enfatizó Alvarenga.

El tramo II en la Juan Pablo II inició el pasado 28 de septiembre. “Ni me quiero acordar de esa otra fecha”, gesticuló Alvarenga.

El Viceministerio de Transporte (VMT) cambió los trayectos de 1,629 unidades de 61 rutas del transporte colectivo. La obra tendrá 3.3 kilómetros de longitud a base de concreto hidráulico.

Para ello, autoridades tiene presupuestado erogar 11.6 millones de dólares.

En ese recorrido se instalarán paradas frente al Reloj de Flores, parque Centenario, parque Infantil, y hospital Médico Quirúrgico.

A pesar de que la ejecución en la Juan Pablo II tiene ocho días, aún existen personas que se notan desorientadas para encontrar las paradas del transporte público y prefieren caminar.

Reina Salas, vendedora, aseguró que todavía no se acostumbra al cambio. “Prefiero caminar de aquí del Centenario hasta la Darío. Hasta me sale más fácil porque un día de estos el chuzón me dejó toda perdida”, opinó.

Alvarenga se subió en el microbús de la 52, “tuve suerte que pasó por la Juan Pablo”. Ese es otro de los motivos que generan congestión vial, el irrespeto de los buseros en la zona intervenida y que dejan a las personas en cualquier calle.

La suerte acompañó al joven que recorrió las vías alternativas en 15 minutos. Hasta la parada del “Salvador del Mundo” se sumaron 25 minutos. Luego utilizó el bus de la 101A.

En la carretera Panamericana hacia occidente, las labores empezaron el 23 de septiembre pasado, “fue otro día difícil”, así lo catalogó el joven.

Embotellamientos severos de automóviles se han generado en las calles, avenidas, bulevares y demás arterias periféricas a la carretera.

El tramo de intervención es desde el Centro Internacional de Ferias y Convenciones (Cifco) hasta la 7a. Avenida Norte en Santa Tecla (cerca del Cafetalón).

En este proyecto prevén destinar 17 millones de dólares para renovar 7.5 kilómetros, ya que se realizará en 10 etapas y no finalizará hasta junio de 2014.

Alvarenga perdió la suerte que le acompañó en la Juan Pablo II.

El bus venía por la alameda Manuel Enrique Araujo, donde se “topó” con tráfico lento.

“Lo bueno es que son las 8:45 a.m.”. En la zona estuvo 20 minutos más en lo que llegó a “La Ceiba.” Solo en el tramo que trabajan, se le añadieron 15 minutos.

Había perdido toda la ventaja que llevaba y le iban a descontar por su retraso.

Un aproximado de 90 mil vehículos transitan a diario, y con los trabajos han buscado arterias paralelas para llegar a sus labores y hogares.

El VMT dispuso la calle Chiltiupán como una opción de tránsito, pero en horas pico no ha dado abasto con la carga de automotores.

Antes de las labores, la Panamericana tenía un parque vehicular de 60 mil automotores.

En la actualidad ha incrementado los automóviles que la utilizan, así como el bulevar Diego de Holguín, Merliot y calle El Espino, entre varias.

El VMT ha modificado los tres planes de gestión de tráfico, pero siguen sin descongestionar las vías.

Recientemente el presidente Mauricio Funes reconoció que es necesario implementar dispositivos de tránsito que “traigan menos complicaciones” y dijo que se reuniría con las autoridades encargadas.

Aún no han informado nada de las acciones para paliar la situación que se suma a los problemas de millares de capitalinos, quienes ya no soportan el tráfico pesado, los atrasos y gasto de combustible.