n supuesto error del Ministerio de Obras Públicas en el diseño del camino rural de 22.7 kilómetros que lleva a Arcatao, Chalatenango, le costará a los salvadoreños $5.5 millones adicionales, a fin de completar la carretera que quedó inconclusa en una licitación inicial.
La obra quedó incompleta a raíz de un acuerdo entre el Ministerio de Obras Públicas (MOP) y la empresa Inversiones Omni en el que modificaron el contrato y dejaron a medias el camino.
El supuesto error, según lo reconoció el ministro del ramo, Gerson Martínez, se encontraba en que el eje del diseño no coincidía con el eje a ejecutar con la carretera; así como también había diferencias en el sistema de tuberías que tendría la carretera y otras obras no consideradas en el diseño cuando fue autorizada y luego licitada la carretera.
En el diseño geométrico de la carretera “existen errores en estacionamientos en los planos y no consideraron sobre ancho en curvas horizontales, es decir, el eje proyectado no coincide con el existente”, según hace constar el Acuerdo de Modificación de Contrato No. 041/2010 (Contrato No. 085/2009), en poder de El Diario de Hoy.
“En el Plan de Oferta se encontraron diferencias en cantidades de obra; comparado dicho documento con las memorias de cálculo y los planos constructivos, los volúmenes establecidos en el plan de oferta son menores a los de la memoria de cálculo: conformación de terraplenes, conformación y compactación de subbase, carpeta de concreto asfáltico en caliente. Asimismo las cantidades establecidas en el plan de oferta son menores a las cantidades definidas en los planos de partidas de tuberías de diámetro 30?, 36?, 48? y 60?…”, detalla el documento en poder de este periódico.
Ese supuesto error ha sido considerado por el ministro Martínez como una “falla técnica del Estado”; y, a pesar de esos inconvenientes o problemas en el diseño, Obras Públicas decidió licitar el camino de 22.7 kilómetros en 2009.
La licitación fue ganada por la empresa Inversiones Omni por $7.5 millones, la misma constructora que concluyó uno de los tramos de la Diego de Holguín (durante gestión de Martínez) y el derivador a los Planes de Renderos en la autopista a Comalapa (en otras administraciones).
Inversiones Omni presentó una oferta de $7.5 millones para pavimentar los 22.7 kilómetros y ganó la licitación, pero el camino no fue terminado tal y como se había comprometido al suscribir el contrato de la obra, lo que generó malestar en los pobladores y en las autoridades municipales de la zona.
Para solucionar la situación, el MOP y la empresa acordaron no terminar la pavimentación del camino, aduciendo problemas en el diseño y otras razones. Y hasta el momento se desconoce en quién o quiénes recae la responsabilidad en Obras Públicas de ejecutar un camino con un diseño que aparentemente presentaba deficiencias, posteriormente licitarlo y no terminarlo.
Inversiones Omni, por su parte, aseguró que los ingenieros a cargo de dicha obra no estaban disponibles para atender a El Diario de Hoy (ver recuadro).
Malestar en pobladores
Durante un recorrido realizado en la ruta a Arcatao, los pobladores manifestaron su descontento por la obra que no fue terminada en su momento, tal como se les había prometido la comuna y el candidato presidencial para ese entonces, Mauricio Funes, quien visitó el lugar y se comprometió a la construcción de la vía.
Con escepticismo ven los pobladores la construcción del segundo tramo de la carretera que quedó pendiente, el cual une el municipio de Arcatao con Chalatenango.
Varios se mostraron “cansados de promesas” del entonces candidato, durante la campaña electoral, y que ahora convertido en presidente no ha cumplido.
Cualquier persona que visite el lugar puede dar cuenta de que la arteria vial es de difícil acceso y que se vuelve peligroso transitar en el lugar por los derrumbes de tierra y piedras que se ven esparcidos a lo largo de la carretera en mal estado. Los pobladores resienten que se les haya dejado en el olvido tras la construcción del primer tramo.
“Nosotros estamos abandonados, prometen y no cumplen, esto es un sombrerazo, como ya vienen las elecciones quieren ganar votos, y como a la gente la tienen intimidada no dice nada”, detalló Juan Miguel Alvarado, habitante de Arcatao.
La deteriorada calle ha hecho que los gastos de gasolina de los automovilistas, así como los costos por reparación de los vehículos se hayan incrementado gradualmente, denunciaron.
Julio Abel Urrutia, transportista de carga pesada y quien se dedica a trasladar material de construcción para mitigar algunas zonas que se han deteriorado en la carretera por las lluvias, dijo que él gasta entre 60 y 70 dólares diarios; ya que en el día realiza dos viajes en la referida arteria.
Él no es el único que atraviesa esa problemática: al consultar con otras personas que por temor decidieron resguardar su identidad, estas señalaron que bajo todo ese escenario está el tinte político, el cual quieren aprovechar para ganar adeptos para las presidenciales y ocultar la situación que atraviesan desde 2009.
El alcalde de Arcatao, José Alberto Avelar, ve con optimismo el proyecto; aseguró que si bien la construcción quedó incompleta no fue porque no se quisiera terminar, sino porque no tenían los fondos suficientes para hacerlo.
El edil sostuvo que ha gestionado con el MOP para que en octubre ocurra la construcción del segundo tramo de la arteria que dejaron a medias.
Se tiene provisto que el proyecto inicie en el caserío El Zapote y llegue hasta conectar con Arcatao.
Al cuestionar al jefe edilicio sobre el atraso del proyecto y las quejas por el gasto en combustible, Avelar aseguró que no sean culminados los trabajos durante la administración del presidente Funes, hay un contrato que estipula que se le dé continuidad al proyecto. continúa en la PÁGINA 18 rr viene de la PÁGINA 16