Parque Infantil: 121 años de diversión

Tomó relevancia cuando fue escogido como la primera pista de aterrizaje del país

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Desde su fundación ha sido el sitio de esparcimiento ideal para varias generaciones de niños y niñas, quienes encuentran en el parque un lugar perfecto para divertirse al lado de la familia.

Por Georgina Vividor comunidades@eldiariodehoy.com

2013-10-12 7:00:00

Ayer celebró sus 121 años de fundación el Parque Infantil de Diversiones, el espacio donde varias generaciones han disfrutado a lo grande de sus variadas atracciones.

Ubicado en el corazón de la capital, este lugar esconde un sin fin de historias y la sonrisa de miles de niños salvadoreños que han gozado dando un paseo en el trencito, volando en los avioncitos y sintiendo la adrenalina en el resto de juegos mecánicos.

Este parque, que cada vez más va reduciendo su tamaño, fue construido por el gobierno español e inaugurado el 12 de octubre de 1892, con el nombre de “Parque Campo Marte”, durante la administración del Presidente General Don Carlos Ezeta (1890-1894).

La historia da cuenta que ocupó terrenos de la Finca Guadalupe la cual poseía una extensión de 16 manzanas.

Consistía en un área en la capital destinada a ejercicios y ceremonias militares, competencias de tiro y muchas más actividades a las que acudían ciudadanos de todas las clases sociales.

En 1903 fue inaugurado el hipódromo, el cual representaba uno de sus mayores atractivos en aquella época. Las carreras de caballo se llevaban a cabo en su mayoría durante los festejos agostinos, ocurrían desde las 9:00 de la mañana hasta pasado el mediodía, rememora el libro “Postales Salvadoreñas del Ayer”, del doctor Stephen Grant. En los grandes festejos la gente lucía sus mejores galas para ir a ver las carreras.

Otro de los eventos por los que el Campo Marte tomó relevancia fue cuando se propuso que los primeros aviones volaran a Centroamérica, el lugar fue escogido como la primera pista de aterrizaje que tuvo El Salvador.

El primer piloto que aterrizó fue el italiano Francés Durafour en 1912, quien presentó un espectáculo acrobático ante un numeroso público.

Todos los atractivos con que contaba el Campo de Marte fueron eliminados poco a poco producto del acelerado crecimiento de la ciudad y debido a la expropiación de terrenos por parte de los gobiernos de turno.

De su extensión inicial que sumaba 16 manzanas de terreno, esta se redujo hasta contar ahora con apenas cinco. Cada presidente pero sobre todo José María Lemus (1956-1959) y Arturo Molina (1972-1976) le quitaron una porción a tan emblemático rincón de esparcimiento.

En 1956 el presidente José María Lemus donó parte del parque a la entonces llamada Procuraduría General de Pobres, para que fuese un espacio gratuito donde las madres de escasos recursos llevaran a sus hijos a jugar. Fue en ese año cuando se decide remodelar las instalaciones y transformarlo en un lugar de entretenimiento para la niñez.

Su belleza y riqueza natural han ido perdiéndose a través de los años; a finales de los 70, el presidente Arturo Armando Molina decidió ampliar la 7a. Calle, hoy alameda Juan Pablo II, de dos a seis carriles, y le quitó una buena fracción al Parque. Lo mismo sucedió a finales de los 70, al ser construido el Palacio de los Deportes, la Procuraduría General de la República y otras carteras de gobierno.

Actualmente continúa con los clásicos juegos, el año pasado fue remodelado dándole la temática de “El Principito y sus mundos”.