USULUTÁN. En los últimos meses, el espejo de agua de la laguna de Alegría se ha ido reduciendo de forma dramática, al punto que ya comenzó a generar preocupación entre los lugareños y las autoridades del municipio que da el nombre a este que es uno de los principales destinos turísticos del oriente del país.
El nivel más bajo lo alcanzó hace tres semanas, pero como en la zona empezó a llover, el nivel subió levemente, sin embargo, está bastante lejos de su altitud normal.
René Sánchez, edil del lugar, dice que actualmente la laguna se encuentra a la mitad o menos de lo que era el espejo de agua hace un año.
Pero a los lugareños les inquieta que ni las fuertes tormentas registradas recientemente han normalizado su caudal.
“Creemos que algo raro podría estar pasando y estamos considerando pedirle al Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales (MARN), que nos ayuden con un estudio hidrogeológico, para que nos expliquen qué sucede”, sostuvo el edil.
Las fuentes de la unidad de comunicaciones del MARN le dijeron a El Diario de Hoy que nunca se ha realizado ningún estudio de esa naturaleza en la zona, pero que esperarán a que la comuna les pida el estudio para proceder.
La preocupación de Sánchez tiene como justificación el hecho de que la belleza de este sitio y su agradable clima han puesto al municipio en un lugar privilegiado en el mapa turístico del país.
De hecho, la comuna ha desarrollado un plan para crear senderos y brindar los cuidados necesarios para mantener en área buenas condiciones.
Origen volcánico
Sumado a la reducción del nivel del agua, lo que más preocupa a residentes, como María Tránsito González, quien habita en el cantón San Juan I, es que las últimas semanas han percibido un aumento en las emanaciones de azufre. “Es un olor que se extiende por muchas comunidades y es bastante fuerte”, asegura.
El color verde esmeralda que lo caracteriza, de hecho, se debe a la gran concentración de azufre, pero ahora incluso en las orillas se puede ver un polvo fino y verdoso, que antes no era común.
Sandra Ramírez, otra habitante, recuerda que la laguna es el cráter del volcán inactivo Tecapa, donde siempre hay azufre, “pero no tanto como hoy”, afirma.
González dice que hay cosas raras que están pasando en los alrededores. “Hay una laguna seca por el lado de Berlín, que es un respiradero de ese volcán, y en este invierno ha comenzado a nacer agua caliente”, explicó. Eso causa alarma entre los vecinos.
El alcalde Sánchez admite que tanto las bajas y alzas en el nivel del agua son algo cíclico, pero reitera que se debería elaborar un estudio para entender por qué pasa.
En 2010 un centro escolar que se encuentra dentro del terreno municipal que comprende la laguna se inundó, debido a que aumentó a niveles abundantes.
De hecho ese centro escolar que pasó anegado en septiembre, octubre, noviembre y diciembre de ese año, está a unos 300 metros de la orilla de la laguna y a unos 15 metros de altura del nivel que los lugareños consideran como normal.
A ello se suma el hecho de que hace unos 10 años, según González, la laguna estuvo a punto de secarse.
“Quedaron al descubierto algunas como quebradas que hay en el centro de la laguna y básicamente solo había quedado un pequeño espacio con agua, que es el que la gente le llama el ojo y eso no se secó porque en muy hondo”, atestiguó González.
Pero los cambios que ha sufrido no han evitado que los turistas sigan visitando el sitio.
Verónica Sandoval, una visitante, dice que ella no percibe cambios, a pesar de que hace unos seis años asistió al lugar. “Este es un buen paisaje para venir a pasar un fin de semana en familia”, comentó
Y es precisamente por el bienestar de los turistas y pensando en adelantarse a posibles cambios, que la comuna pronto pedirá que se realice el estudio. “Ya lo discutimos en el concejo”, confirmó el edil.