Cultivos orgánicos, el futuro de la agroindustria

El diputado roberto d?abuisson presentó un proyecto de ley el pasado junio, el cual busca apoyar la iniciativa de sembrar de manera amigable con el medio ambiente.

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TOMATESA utiliza el mecanismo orgánico desde hace siete años. A la semana produce tres mil libras de tomate y lo vende a supermercados y restaurantes.

Por Texto : Nidia Hernández Fotos : Douglas Urquilla comunidades@eldiariodehoy.com

2013-09-08 7:00:00

Por generaciones se ha trabajado la tierra y ha sido el sustento de muchas familias en el país. En la actualidad no ha cambiado el panorama, pero lo que sí se ha modificado es la manera de cómo cultivar más sano y “comer sin químicos”.

La forma novedosa la han nombrado agricultura orgánica. La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), por sus siglas en inglés) la define como el “sistema de producción que trata de utilizar al máximo los recursos de la finca, dándole énfasis a la fertilidad del suelo y la actividad biológica y al mismo tiempo, a minimizar el uso de los recursos no renovables y no utilizar fertilizantes y plaguicidas sintéticos para proteger el medio ambiente y la salud humana”.

En el país se habla muy poco de este tema; pero en Chalatenango ha empezado a cambiar la vida de agricultores que han optado por implementarlo en sus terrenos.

Don Ignacio Salguero junto a su hijo William, llevan seis años cultivando orgánicamente.

“Ponga cuidado con esto, sí yo no hubiese encontrado la agricultura orgánica, créame que ya estaría muerto”, señaló Don Ignacio.

Prosiguió. “Quiero contarle que antes allá por 2005, le pedí a mi hijo que guardáramos todas las facturas del abono que compramos, en una caja. Al final del año hicimos cuentas. Cuando íbamos por 22 mil dólares, me fui a acostar porque me dolía la cabeza. Al final invertimos unos 27 mi dólares, solo en abono químico y eso que faltaron las demás facturas”, contó.

El agricultor ha sembrado repollo, aguacate, maíz y una diversidad de semillas de manera orgánica en La Cumbre, Las Granadillas, Los Planes, que pertenecen a La Palma en Chalatenango.

Una mezcla de gallinaza (desechos fecales de aves), melaza, tierra del bosque, carbón, granza de arroz, microorganismos sólidos, hongos y un mes y medio de fermentación, son indispensables para elaborar abono orgánico. Esta es una de las tantas formas de hacer el “bocashi”, una técnica usada por agricultores japoneses hace muchos años y que ellos la replican en sus terrenos.

Pero en el tema orgánico no solo se reduce el gasto en químicos, así lo explicó el hijo de Don Ignacio. “Nuestras vidas cambiaron cuando conocimos la experiencia de Costa Rica y nos dimos cuenta que lo primero que se debe cambiar es la mentalidad. Lo orgánico debe superar a la agricultura convencional, pero los gobiernos deben apoyar esta iniciativa e impulsar leyes que nos beneficien”.

Este producto es el que se utiliza para abonar las plántulas de las verduras. El proceso consiste en sembrar las semillas en bandejas usando el abono orgánico. Estas permanecen durante un mes en un vivero, antes de ser plantadas en la tierra. Según Salguero, el abono orgánico las nutre y, para no agotarlas, los agricultores también acostumbran a rotar los cultivos cada cierto tiempo.

Por esa y muchas vivencias de agricultores, el diputado Roberto d?Abuisson presentó, el pasado junio, a la Asamblea Legislativa un proyecto de Ley de Fomento y Promoción de la Actividad Agrícola de Cultivos Orgánicos.

“He tenido experiencias con agricultores de la zona de La Palma, en Chalatenango, sobre todo en el área de Miramundo y de Las Pilas, San Ignacio, quienes estaban experimentando a través de agricultura orgánica el llevarle un valor agregado y mejorarle precios a sus productos”, afirmó el diputado.

D?Abuisson está convencido que cultivar naturalmente conlleva beneficios incalculables, ya que se basa en el cuido del medio ambiente.

“Lo que hemos presentado asegura que la actividad agrícola contribuya al fomento, protección y desarrollo del medio ambiente, así como una nueva manera de producir tanto en pequeñas parcelas como en grandes”, recalcó.

El diputado basó su propuesta en el artículo 105 de la Constitución de la República, en el que se detalla que el Estado fomentará el establecimiento, financiación y desarrollo de la agroindustria en los distintos departamentos del país, a fin de garantizar el empleo de mano de obra y la transformación de materias primas producidas por el sector agrícola nacional.

La familia Salguero pide que el gobierne “se encamine” en este tema y que empiece a trabajar “hombro a hombro” con los agricultores.

D?Abuisson y los Salguero coinciden que la agricultura orgánica es el futuro de la agroindustria, ya que encierra diversos beneficios tanto para el medio ambiente como para los agricultores.

“Nosotros también la llamamos agricultura ecológica. Déjenos platicarle, cuando empezábamos con esto nuestros vecinos y otras gentes nos decían que con esto nos íbamos a morir de hambre, que no íbamos a prosperar, pero no fue cierto ya llevamos seis años ofreciendo productos saludables a nuestros clientes”, compartió William Salguero.

Otro componente que mencionó d?Abuisson es que lo orgánico es una opción para “contrarrestar la pobreza en el país” y es que genera empleos en las zonas donde se cultiva así. “Es importante verla en todas sus aristas, ya que impulsa el trabajo y no contamina, ni mata a las personas”, aseveró.

Más experiencias

La Asociación Cooperativa de Productores Orgánicos (Acopo de R.L.) está en el cantón Los Planes, de La Palma, en Chalatenango y siembran de forma orgánica desde 1994.

El contador de la cooperativa, Henry Romero, aseguró que son los únicos en el país que están certificados con el sello de orgánico. El aval se los dio BCS de Costa Rica.

“Cultivamos hortalizas de corto ciclo, zanahoria baby, cebollín, lechuga de dos variedades, cilantro, rábanos y más, pero todo se produce de manera natural, sin químicos, sin dañar al medio ambiente, ni a la persona que se lo come”, indicó.

El 90 % de la producción se lo venden a un supermercado del país, lo demás a restaurantes, hoteles y tiendas. La cooperativa cuenta con 18 productores y en el centro de empaque laboran 17 personas que viven en las cercanías del cantón.

Además, en Miramundo, en el mismo departamento, TOMATESA, es empresa pionera en el cultivo del tomate.

“Aún no lo vendemos como producto orgánico porque no estamos certificados y en El Salvador no existe una institución que apruebe el mecanismo natural con el que se siembra. Esa es una deuda del gobierno”, manifestó Erick Colocho, quien es el ingeniero agrónomo encargado de las plantaciones.

TOMATESA produce 3 mil libras semanales y cosechan dos veces a la semana. Tienen siete años en la faena.

Los que cultivan con este mecanismo ven con buenos ojos la propuesta de d?Abuisson y piden que no sea un proyecto de ley que se “engavete” o se quede “como una iniciativa”.

“Es necesario crear, pero ya, leyes en beneficio de la agricultura orgánica, ya que es el verdadero futuro de la agroindustria”, concluyó convencido don Ignacio.