Un hombre de 20 años, miembro de la mara 18, fue enviado a un centro de reclusión intermedio por un Juzgado de Menores tras aceptar que cuando tenía 16 años participó en tres asesinatos.
El imputado, junto a otros delincuentes, asesinó a José Tobar, un pandillero rival, en Santa Lucía, Ilopango.
Un año después, mató a Ismael Pérez, un drogadicto que vio a un delincuente ocultar una pistola entre las rocas de una quebrada. La víctima fue en busca del arma y luego la vendió para comprar droga.
El imputado y otros mareros lo observaron y lo asesinaron a puñaladas. Luego ataron el cadáver un saco lleno de piedras y lo lanzaron a un pozo cerca del cementerio de Los Ilustres, en San Salvador.
Después, ultimaron a William Ayala, quien era de la mara 18 pero que supuestamente le filtraba información a pandilleros rivales.