Las familias se reunieron en el Multigimnasio Don Bosco, Soyapango, y los jóvenes en el gimnasio del Liceo Salvadoreño, en la capital, para ser parte del tercer día del V Congreso Eucarístico Nacional y reforzar su fe en la Eucaristía, conocer más de la Iglesia Católica y compartir experiencias de sus comunidades.
Familias de las 175 parroquias que pertenecen a la Arquidiócesis de San Salvador asistieron a la actividad que inició a las 8:00 a.m.
Los niños también tuvieron su espacio, ya que Infancia Misionera los agrupó por edades y se encargó de ellos por cinco horas.
“Se han hecho cinco grupos que son los colores marianos para que los niños conozcan más de Jesús y se diviertan, mientras sus padres o hermanos mayores aprendan más sobre la Iglesia y la Eucaristía”, aseguró el padre Estefan Turcios, organizador del evento.
La actividad tuvo diversos momentos: animación, oración y meditación, entre otros.
“Familia y Eucaristía” fue la catequesis que compartió Monseñor Gregorio Rosa Chávez, la cual dio inicio con el Himno a la Familia.
“Debemos comprender qué significa ser Iglesia Doméstica, y que sin la Eucaristía no podemos ser familias cristianas. La familia debe se el reflejo de Dios en la sociedad”, afirmó Monseñor Rosa Chávez.
El encuentro terminó con una solemne misa, en la que padres e hijos compartieron con otras familias.
“Hay que reconocer que la familia sin Dios no dura mucho. Las familias deben aprender que el centro de sus vidas debe ser Dios y la Eucaristía”, comentó Laura Peñate, una feligrés que viajó desde Cojutepeque para ser parte del congreso.
El sacerdote salesiano Óscar Rodríguez Blanco recalcó que “la familia no puede vivir sin la Eucaristía porque son un complemento”.
Espacio juvenil
El Liceo Salvadoreño recibió a más de 600 jóvenes que cantaron, bailaron y reafirmaron su fe en Dios.
“Es una experiencia que esperábamos con ansias. Sabemos que este congreso une más a la Iglesia y nos compromete como jóvenes a seguir luchando con Jesús”, dijo Carlos Reyes, asistente al evento.
Además hubo adoración al Santísimo. La actividad finalizó con la misa, en la que las ofrendas de la juventud fueron flores, cereales, luz, rosario, una red, pan y vino.