LA UNIÓN. “Que los vientos del norte se lleven toda la energía negativa, y pedimos perdón por el daño que el ser humano ha causado a la tierra”, eran parte de la plegarias que el pasado domingo exclamaban los conchagüenses en el Festival de la Tierra.
El evento fue desarrollado por la pastoral indígena de la parroquia Santiago Apóstol, en la ciudad de Conchagua.
Las actividades iniciaron por la mañana con la tradicional misa, el ritual indígena para ofrecer agradecimientos a la tierra por la vida que regala a través de las cosechas, y a la vez pidieron por una mayor producción.
Tuvieron venta de platos variados y bebidas típicas del lugar, además de las artesanías.
También realizaron un desfile en las principales calles de la ciudad con carrozas típicas elaboradas con productos de la tierra; las reinas representaban cada comunidad que pertenece a la pastoral indígena.
Al final del recorrido hubo una reina ganadora, esta fue elegida según la cantidad de votos que vendió.
Además premiaron la carroza más creativa.
Los fondos recaudados en la actividad son para el beneficio de la parroquia Santiago Apóstol.
Elvira Méndez, de 65 años y reina del barrio San Pablo, representando al casco urbano, dijo que su carroza era alusiva a las tradiciones de su familia.
“Mis abuelitos eran panaderos, es la herencia de familia y por eso hemos decidido representar una panadería en esta carroza. Llevamos un pequeño horno artesanal y todo lo que se usa para hacer el pan”, explico la reina.
Tony Hernández, coordinador del consejo económico parroquial, dijo que la actividad busca mantener vivas las tradiciones y que la elección de la reina del festival de la tierra se elige a la que haya vendido más votos, porque esos fondos ayudan a la parroquia.
Mientras que para elegir a la mejor carroza y vestido de las reinas se elige un jurado que es el que decide quiénes son los ganadores y a quienes les entregan un premio de 50 dólares.
La pastoral indígena, conformada por un grupo de hombres y mujeres de Conchagua, tiene un papel importante porque son los que luchan por mantener fuertes las costumbres de los indígenas.
Dentro del ritual que realizan están la elaboración de una cruz adentro de la parroquia hecha con todos los granos que produce la tierra, unas con variados colores, el altar también lo decoran alusivo a lo que produce la tierra.
Blanca Floricelda Flores, coordinadora de la pastoral indígena, explicó que “formamos los puntos cardinales (cada uno). Tienen su significado, así como los colores de la vela”.
Al festival de la tierra asisten miles de pobladores de Conchagua y de otros municipios del oriente del país que gustan de vivir las tradiciones.