Mar de devoción y fe en la Transfiguración

Ni el asfixiante calor ni la amenaza de lluvia fueron impedimentos para que millares de católicos expresaran su devoción y fervor al Divino Salvador del Mundo, en el día más emotivo de las fiestas agostinas

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Mar de devoción y fe en la Transfiguración

Por Thelma Bruno/ Ricardo Guevara comunidades@eldiariodehoy.com

2013-08-05 7:00:00

Los feligreses inundaron desde tempranas horas de la tarde las calles cercanas al principal templo católico de la capital, para ser testigos de la ceremonia más importante de las festividades: la Transfiguración.

La Plaza Cívica y el Palacio Nacional se inundaron de feligreses que llegaron desde diversos puntos del país para honrar a su Patrono.

Parada frente al atrio de Catedral, doña Rosa Alicia Benavides, de 72 años, permaneció desde las 7 de la mañana esperando el momento más especial del día.

“Soy una fiel devota del Divino Salvador y nunca me he perdido la celebración, llevo 45 años viniendo y aunque en algunas ocasiones me he mojado o he aguantado el sol, eso no ha sido obstáculo para venerar a mi Patrono”, expresó orgullosa doña Rosa, residente en el barrio Concepción de San Salvador.

La fiesta al Patrono comenzó a las 6:30 de la mañana con una misa en la Catedral Metropolitana, luego el repique de campanas y estallido de cohetes de vara anunció el traslado de la imagen a la iglesia El Calvario, como parte de las vísperas.

El anda cargada por miembros de las cofradías y hermandades de varias parroquias del país se abrió paso en la avenida Cuscatlán hasta llegar a la iglesia El Calvario, después de un breve descanso y de una celebración litúrgica, los cofrades partieron hacia la Basílica del Sagrado Corazón de Jesús, la segunda parada, para preparar al Patrono para su gran noche.

Cuando el reloj marcó las 4:35 de la tarde y luego de la misa de las vísperas en la Basílica del Sagrado Corazón de Jesús, el Divino Salvador del Mundo inició su recorrido hacia Catedral, ante los vítores y los aplausos de millares de fieles que lo esperaban emocionados.

Escoltado por cadetes de la Guardia de Honor de la Fuerza Armada que también le rindieron honores, el Patrono comenzó la procesión solemne rodeado por un mar de católicos.

Cerca 850 socorristas y al menos 100 miembros de la Policía Nacional Civil se prepararon para atender cualquier emergencia y acompañar al multitud de feligreses.

Millares de devotos, líderes religiosos, entre ellos monseñor Gregorio Rosa Chávez, Obispo Auxiliar de la Diócesis de San Salvador; monseñor Fernando Sáenz Lacalle y monseñor José Luis Escobar Alas, Arzobispo de la capital, acompañaron la emotiva procesión del Patrono por las calles del Centro Histórico.

El anda tenía una pradera como escenario y estaba colmada de hermosos lirios amarillos, naranja y ocres rodeando al Patrono, quien fue acompañado por tres ovejas y cuatro ángeles y el mensaje: ” Pastor, apacienta a tus ovejas”.

Durante el peregrinaje la multitud rezó el Rosario, en honor a la Virgen María, y repitió los cánticos “Al pecho llevo una cruz y en mi corazón lo que dice Jesús”, “Con Cristo caminando siempre” y otros, además de realizar emotivas plegarias y vivas a la Virgen, que dieron mayor vistosidad a la ceremonia.

Entre los asistentes se encontraban Ana Gutiérrez, de 80 años, y Alejandro Hernández, de 77, casados desde hace 62 años, los esposos viajaron desde Sonsonate para acompañar el recorrido, como lo han venido haciendo desde hace seis décadas.

“Hoy salimos a las 3 de la mañana de la casa ara asistir a la celebración, antes traíamos a nuestros hijos, hoy solo viene la mayor, pero desde que nos casamos nunca nos perdemos la Bajada”, comentaron los ancianos.

Cientos de familias buscaron apresurados el mejor sitio ente la plaza Gerardo Barrios y en Catedral para observar el momento más esperado, cuando la imagen de Jesús cambió su vestimenta para luego ascender a los cielos con una indumentaria blanca.

A la espera del Patrono, una verdadera fiesta se vivía en la Plaza Cívica, los feligreses cantaban, vitoreaban el nombre de Jesús y el “Viva El Salvador del Mundo”, y la orquesta Coral Metropolitana animaba a todos los católicos ahí reunidos.

La gloriosa Transfiguración

Agitando pañuelos, aplaudiendo y con repique de campanas se anunció el momento que todos esperaron durante más de tres horas. A las 6:45 el Patrono capitalino arribó a la plaza Gerardo Barrios.

Monseñor Escobar Alas, quien presidió la ceremonia, explicó el significado que para los católicos tiene la Transfiguración de Jesús en el Monte Tabor.

“La Transfiguración nos manifiesta una luz, el ser interior de Jesús, nos pide que nuestra alma y nuestra conducta sean luminosas y den cumplimiento a los mandamientos”, dijo monseñor Escobar.

El religioso explicó que este año la ceremonia reviste importancia debido a que la Arquidiócesis de San Salvador celebra sus 100 años.

Luego de su mensaje, los rostros de los presentes irradiaron júbilo, emoción y alegría, al observar el instante cuando la imagen emergió de la tradicional figura que evoca la forma de un mundo, mientras de fondo se escuchaba un coro de cánticos, y los fuegos artificiales iluminaban el cielo.

Uno de los instantes más emotivos fue cuando se develó la nueva imagen del santo patrono, que engalanará la fachada de Catedral, acto que causó gran entusiasmo entre el público.

El párroco de Catedral, Héctor Figueroa, leyó un pergamino agradeciendo al arquitecto y escultor salvadoreño por la obra.

“Agradecemos la inmensa bondad al esculpir, trasladar y colocar la imagen del Divino…Dios lo bendiga”, expresó el sacerdote.

Luego, tanto las autoridades eclesiásticas como civiles, entre ellos el Alcalde de San Salvador, doctor Norman Quijano, aplaudieron y vitorearon al Divino Salvador del Mundo cantando su himno y el del país.

Luego de develar la imagen, los fuegos artificiales llenaron de color el firmamento, los aplausos, las vivas y la alegría emocionaron a los capitalinos durante la más grande fiesta para su patrono: el Divino Salvador del Mundo.