SAN MIGUEL. El gobernador interino, Evaristo Romero, reaccionó ayer ante la publicación sobre la suciedad y descuido que ha impuesto sobre el edificio del otrora orgullo migueleño: el cine Gavidia.
Romero aseguró que el próximo lunes iniciarán una jornada de limpieza en el edificio que es refugio de menesterosos, y precisó que esta limpieza no obedece a la publicación, sino que es una actividad que vienen planificando desde hace varias semanas.
Extrañamente Romero fue entrevistado para la publicación de ayer, y nada dijo entonces sobre esta intención de limpiar el desvencijado edificio.
“Eso lo venimos preparando desde hace semanas. Le pedimos el apoyo a la Fuerza Armada y nos pidieron herramientas como requisito para apoyarnos, y eso es lo que nos retrasó; ahora ya conseguimos las herramientas y por eso vamos a realizar la limpieza del lugar”, dijo.
También detalló que pronto harán pruebas de resistencia en las paredes del edificio para identificar si es posible su restauración.
Precisó que el titular del Ministerio de Gobernación, Ernesto Zelayandía, hace esfuerzos en la búsqueda de recursos que permitan mejorar este espacio, donde Romero sostiene que podría funcionar un salón de usos múltiples.
Lo cierto es que sobre este edificio hay una vorágine de ideas, de reclamos y hasta de solicitudes.
El edil migueleño, Wilfredo Salgado, dijo por ejemplo, que él preferiría que el Ministerio de Gobernación, a nombre de quién está el inmueble, se lo entregue a la comuna en comodato para restaurarlo.
Salgado piensa crear en el lugar un espacio cultural y social para los jóvenes principalmente, aunque abierto para toda la población.
Sin embargo, y a pesar de que nadie hace nada para mejorar el lugar, Gobernación no se ha pronunciado sobre la idea ceder este edificio, porque al parecer Salgado solo lo ha pedido de manera verbal.
Un exgobernador de San Miguel, Héctor Cruz, también ofreció sendas obras para mejorar el inmueble, pero al igual que las ideas actuales, nunca se concretó.
Ahora las aceras del edificio son un enorme mingitorio y como los menesterosos rompieron las rejas que dan hacia la calle, el interior del recinto también es usado como baño; pero para desechos mayores.
Por las noches se torna en un dormitorio público, en el que los drogadictos y limosneros se disputan los mejores espacios para el descanso.
Mientras, quienes viven o tienen negocios cerca de ese lugar están temerosos porque afirman que el cine es también una guarida para delincuentes.