CUSCATLÁN. La violencia criminal volvió a golpear a la niñez salvadoreña. Una niña de menos de 10 años y su padre resultaron heridos de bala la noche del jueves pasado, luego de un ataque armado que se supone iba dirigido contra su progenitor.
El atentado se registró a las 6:30 de la tarde del jueves pasado en los momentos en los que las víctimas caminaban en la calle principal del cantón Barrio Abajo en las afueras de Santa Cruz Analquito, Cuscatlán.
Las primeras investigaciones de la Policía apuntan a que la víctima se había retirado de la mara Salvatrucha (MS) para trabajar y no descartan de que sus atacantes sean integrantes de la pandilla a la que perteneció por el hecho de haberse retirado. El supuesto pandillero herido fue llevado al hospital Rosales debido a las graves heridas de bala y su hija al hospital Bloom, en San Salvador.
Por razones de seguridad y porque las víctimas serán amparadas bajo el régimen de protección de víctimas y testigos, las autoridades fiscales no han proporcionado sus identidades.
La semana pasada, El Diario de Hoy publicó que 27 niños han sido asesinados y 172 heridos en acciones criminales.
El caso que conmocionó a la sociedad salvadoreña fue la muerte de la niña Emely Alexandra Reyes, de 4 años, a manos de pandilleros en Jucuapa, Usulután.
Las autoridades policiales dijeron que los pandilleros la mataron por ser la hija de un supuesto pandillero rival que vive en Estados Unidos. La niña fue “rematada” por los delincuentes.