PNC los ligaba a varios delitos en El Zope

Los condenados asesinaron a un líder comunal y mantuvieron secuestradas a la esposa y a su hija menor

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En esta casa sería custodiado Juan Velásquez Campos, condenado por homicidio, pero la Policía ha establecido de que tiene las mínimas condiciones de seguridad. foto edh / Mario Amaya

Por David Marroquín nacional@eldiariodehoy.com

2013-06-23 8:00:00

La armonía y la felicidad que reinaba en el hogar de Mauricio Reyes Castaneda se truncó la tarde del 11 de diciembre de 2011. Tres hombres que iban vestidos con ropas oscuras lo asesinaron aparentemente para robar en su casa, y mantuvieron secuestradas a su esposa e hija menor.

El testigo principal con la clave Rosa, cuya declaración fue determinante para que se condenara a Juan Fuentes Velásquez o Juan Alberto Velásquez Campos y a Uver Martínez Magaña, relata que estos individuos junto con otro sujeto llegaron a eso de las 5:30 de la tarde de aquel día a la casa de la víctima, situada en el cantón El Zope de Santo Domingo de Guzmán, Sonsonate.

Uno de ellos se puso frente al pasillo de la casa por lo que en ese momento salió Reyes Castaneda y les preguntó ¿en qué puedo servirles, muchachos?, de forma amable.

“En ese momento ellos sacaron un arma de fuego y le disparan al señor Mauricio, le hacen tres disparos, ante los disparos, el señor se salta el pasamanos y se les abalanza, pero claro ya estaba herido no logró tomar a ninguno, cae al suelo y ya no se levantó”, dijo Herberth Herrera, jefe de la oficina fiscal de Sonsonate.

Agregó que después de haberle disparado a Reyes Castaneda, uno de los individuos grita: “¡A qué horas pues!” y de inmediato entran a la casa de la víctima adonde estaba su esposa y su pequeña hija.

La señora, afectada por la muerte de su esposo, no pudo auxiliarlo porque los criminales se lo impidieron y a la vez le exigían que les entregara el dinero que guardaba su esposo.

El relato del testigo señala que los tres individuos estuvieron por al menos 30 minutos en la casa de la víctima, lapso durante el cual le dieron vuelta a todo lo que encontraban a su paso en busca del dinero que según ellos tenían guardado.

Durante el tiempo en el que los tres criminales permanecieron en la casa, ellos amenazaban constantemente a la esposa de Reyes con hacerle daño a ella y a su hija, sino les decía adonde tenía el dinero.

Después de haber desordenado todo en la vivienda, los tres hombres se retiraron, aunque en las investigaciones no se estableció si se llevaron el dinero que buscaban o robaron alguna otra pertenencia de la familia.

Por fortuna, los individuos no les hicieron ningún daño a la esposa y a la hija de Reyes Castaneda, quien era un líder comunal del cantón El Zope en Santo Domingo de Guzmán.

Reyes se desempeñaba como gerente local de la Adesco de la comunidad El Progreso situada en el referido cantón y uno de los promotores de obras comunales en el lugar.

Los homicidas quizás creyeron que manejaba grandes cantidades de dinero por ser dirigente comunal, pero aparentemente se equivocaron porque se supone que no tenía más que lo necesario para el sustento de su familia.

Por garantizar su seguridad, la esposa de Reyes tuvo que abandonar su casa junto a la hija de ambos a residir a un sitio que desconocen las autoridades.

Aún cuando en El Zope no se ven vestigios de la presencia de pandillas como grafitos pintados en las paredes de las casas, las autoridades policiales lo tienen mapeado como una zona de persistencia de la mara salvatrucha (MS). Los residentes de la zona prefieren no hacer comentarios sobre lo peligroso del lugar para evitarse problemas con los pandilleros.

Aunque a los homicidas no se les conozca pertenecían a la MS, las autoridades fiscales y policiales no descartan que ellos sean integrantes de esa pandilla; además de que eran señalados de estar ligados a otros hechos delictivos que se cometieron en la zona.