“No todos los días se cumplen cien años, así que debemos celebrarlo a lo grande”, afirmó el presidente del Club de El Salvador, Miguel Ángel Villalobos, quien dirige la entidad desde hace cuatro años.
Los 242 socios se reunieron para festejar el centenario en el hotel Holiday Inn.
La música del grupo Terpsis inició el evento, luego las palabras del presidente motivaron a los asistentes a continuar en la entidad.
“Nuestra misión es seguir incentivando a que las familias se relacionen con la naturaleza. La instalaciones de nuestros centros recreativos son en armonía con el medio ambiente”, expresó el señor Villalobos.
En la actividad hubo reconocimientos a siete expresidentes de la asociación.
La institución es un club social que brinda a sus miembros recreación e instalaciones adecuadas para divertirse.
Reconoció que la parte más difícil que ha atravesado el club es que “debe estar a la vanguardia en desarrollo. Nos ha costado crecer, pero gracias los líderes y a los miembros lo hemos logrado”.
El club tiene tres centros recreativos en Amatitán, Ilopango; El Peñón, en La Libertad; y Los Amates, en Coatepeque.
La actividad del centenario cerró con una cena bailable en la que los asistente interactuaron y celebraron el cumple años de su club.
Historia
La iniciativa de fundar un Auto Club en el país fue impulsada por Rafael Guirola, miembro de la familia que fundó el Banco Salvadoreño, uno de los bancos iniciales del país.
“Este día (ayer) a las 9:30 de la mañana un grupo de amigos, todos propietarios de automóviles, se reunieron con el fin de formar un club para fomentar el uso de los automotores”, contó Villalobos.
En 1913 eran pocas personas las que contaban con un carro, por ello solo convocaron a capitalinos.
Villalobos aseguró que la propuesta fue acogida con entusiasmo por un numeroso grupo de quienes poseían carro, y en la mañana del 22 de Junio de 1913 en los salones del Sporting Club Salvadoreño suscribieron el Acta de fundación del Auto Club de El Salvador, que sin ánimo de lucro tenían por objetivo “defender los derechos de los propietarios de automóviles y trabajar prácticamente para estimular el deporte del automovilismo”. Este objetivo se mantuvo solo en las primeras décadas.
En los siguientes años el club adquirió terrenos en Asino y Amatitán, a la orilla del lago de Ilopango; más adelante, en la playa El Obispo; y un tiempo después, en el Lago de Coatepeque, con el fin de disponer de lugares cómodos a donde llegar cuando salían de San Salvador.
El nombre de Auto Club y su logotipo se mantuvieron hasta el año 2001 cuando entró en vigencia la ley que rige a las ONG y por extensión a las asociaciones sin ánimo de lucro. Esta ley dispone que el nombre de dichas Asociaciones no cause confusión con su cometido, y siendo que el objetivo de estimular el deporte del automovilismo se abandonó en 1930.
Aunque formalmente se cambió el nombre hace más de 10 años, ya que se vieron obligados a suprimir de su nombre la palabra Auto y su logotipo fue sustituido.