SANTA ANA. La falta de espacios físicos que reúnan las condiciones mínimas para albergar a las personas evacuadas durante una emergencia es un problema que tienen que enfrentar en cada época lluviosa las autoridades del departamento.
Según el jefe departamental de Protección Civil, Daniel Lemus, en Santa Ana el año anterior se contó únicamente con 14 albergues que cumplían con los requisitos mínimos, y cinco de ellos eran escuelas.
“(Este año) vamos a tratar en lo posible de no utilizar centros escolares para no entorpecer las actividades educativas”, manifestó Lemus.
Esto reduciría el número de posibles albergues a nueve en los 13 municipios del departamento. Aunque la cifra exacta se conocerá hasta que las comisiones municipales entreguen sus planes de prevención, algo que debieron haber hecho a inicios del pasado mes de mayo.
No obstante, la preocupación es grande si se toma en cuenta que, según el funcionario, el número de albergues que cumplan con lo mínimo de las exigencias podrían ser menos de la mitad de los 9 ya considerados.
Esto se debe a las exigencias de leyes como la Ley de Protección de la Niñez y Adolescencia (Lepina), o la Ley Especial Integral para una Vida Libre de Violencia.
Nuevas leyes
Las normativas de cada ley les obligan a garantizar espacios adecuados para hombres y mujeres, áreas que permitan no violentar los derechos de los menores de edad dentro de un albergue.
“Todas estas condiciones hay que tener en cuenta a la hora de formularse que el albergue sí va a reunir las condiciones necesarias”, explicó Lemus.
El funcionario explicó que en el país únicamente hay dos megarrefugios que reúnen las condiciones necesarias para poder recibir a las personas damnificadas. Estos se encuentran ubicados en los departamentos de Usulután y San Vicente.
Cada uno de ellos está debidamente equipado y tienen capacidad para albergar a por lo menos 800 personas.
Tomando como parámetro dichos lugares, el resto de albergues que sean utilizados para las personas damnificadas por los fenómenos naturales propios del invierno podrían seguir siendo los tradicionales porque no hay más opciones. Estos son escuelas, casas comunales, iglesias e incluso viviendas particulares o iglesias.
Protección Civil considera que es responsabilidad de cada municipalidad identificar espacios adecuados para trasladar a sus habitantes en caso de ser necesario.
“En los municipios muchas veces no tenemos infraestructura que pueda ser utilizada como albergue, eso es parte del trabajo que cada municipalidad tiene que hacer”, explicó Lemus.
En el municipio de Santa Ana existen zonas que año tras año representan serios problemas de inundaciones. Entre ellas está la colonia Libertad, Monseñor Romero, Amayito I, II y III, Aldea San Antonio, colonia Montreal, entre otras.
Hasta el invierno pasado la municipalidad únicamente contaba con el salón de usos múltiples de la colonia El Palmar como albergue, y algunas casas comunales. En ambos lugares, según las nuevas leyes, no podrían ser refugiar personas, a menos que reúnan los requisitos mínimos para salvaguardar la integridad de niños y mujeres.
Un equipo de este rotativo intentó conocer las alternativas de albergues que la comisión municipal de Protección Civil tiene en Santa Ana para este año. Sin embargo, a través del departamento de comunicaciones dijeron que la información no sería brindada hasta que se anunciara en conferencia de prensa; pero tampoco dieron una fecha.