Contrabando de caballos serviría para vender carne

En la frontera El Amatillo han incautado 60 bestias

descripción de la imagen
Los agentes de la Policía se encargan de dar agua y alimentación a las bestias que están en depósito en la zona fronteriza El Amatillo. foto edh / insy mendoza

Por Insy Mendoza Carlos Segovia comunidades@eldiariodehoy.com

2013-05-20 8:00:00

LA UNIÓN. Desde el 1 de enero hasta ayer, la División de Control Migratorio y Fiscal de la Policía Nacional Civil (PNC) había decomisado 60 caballos que contrabandistas hicieron ingresar por puntos ciegos en la frontera El Amatillo, en Pasaquina.

Las bestias proceden de Honduras y el objetivo, según las autoridades, era destazarlos en rastros clandestinos en el departamento para posteriormente vender su carne.

Guillermo Mejía Flores, jefe de la Policía en la frontera, dijo que “lo más decomisado (en la frontera) son caballos, lo que se pudiera relacionar con el descubrimiento de un destazadero clandestino en Santa Rosa de Lima. Ahí en la inspección se encontró nueve cueros de equino”.

Según Mejía Flores, en esa ocasión los caballos fueron destazados y “se supone que la carne había sido trasladada a los mercados, por lo que se estuvieron buscando en los mercados de Santa Rosa de Lima y La Unión, pero no se encontró nada”, aseguró.

El hallazgo del rastro clandestino, ocurrido un par de semanas atrás, es uno de los principales elementos que tiene la Policía para indagar y sostener que la mayoría de los caballos que han decomisado en la frontera tiene como destino los mataderos clandestinos y la venta de carne.

Julio Armando Martínez, gerente del Sistema Básico de Salud Integral (Sibasi) de La Unión, dijo que las unidades de Salud de Santa Rosa de Lima y de La Unión realizaron varias inspecciones en los mercados.

La idea fue determinar si se estaba comercializando carne de caballo en las plazas.

Confirmó que no encontraron anomalías en las ventas de carne, pese a las sospechas de la Policía.

Asegura que fueron a verificar los dos mercados y que “es posible que (las carnes) sean llevadas a otros lugares fuera o dentro del departamento, pero en esos mercados no se encontró nada”.

El hallazgo del rastro clandestino y la posibilidad de que en los mercados de la región se comercialice carne de caballo alarmó a la ciudadanía.

Algunos como Elsy Guatemala dijeron que “las autoridades deben garantizar que la carne que nos venden en los mercados sea apta para el consumo humano y que sea de vaca, no de caballo”.

A pura ayuda

EDH verificó el domingo anterior las condiciones en que se encuentran los caballos que están en resguardo en una vivienda particular en la zona fronteriza.

Se constató que está muy flacos y algunos enfermos.

Eso se debe a que la Policía no cuenta con un local indicado para tener en depósito caballos o vacas que son decomisados a contrabandistas.

Incluso el tiempo que los animales están bajo su responsabilidad son alimentados gracias a la colaboración que los agentes de la referida unidad y la ciudadanía dan.

La policía se auxilia de pobladores o ganaderos del lugar que tienen potreros para albergar los equinos.

Con la alimentación es un problema. A veces los empleados de Aduanas o entre los policías hacen colecta para comprar el quintal de alimento para equinos y reses, que cuesta 10 dólares.

El oficial Mejía dice que lo indicado es que los animales decomisados deberían de estar en las instalaciones del Centa, de Morazán, que es propiedad del Ministerio de Agricultura y Ganadería.

Luego explica que harán las coordinaciones necesarias para ver si el Ministerio de Agricultura los apoya en el sentido de resguardar las bestias que son decomisadas.

Los animales necesitan tener alimentación y ser inspeccionados por veterinarios.

“Algunos equinos que son decomisados en verano vienen con problemas de salud a falta de pasto”, dijo el oficial.

Reitera que hay grandes dificultades en la manutención de la alimentación y que en la mayoría de casos se levanta un acta y se buscan personas colaboradoras que se prestan como depositarios para cuidar y alimentar a las bestias.

Pese a ello, los animales siempre están bajo la custodia de los agentes.

En algunos de los decomisos ha sido necesario llevar al lugar a veterinarios para que los desparasiten y los vitaminen mientras estos sean puestos en subasta por parte de la Dirección de Aduanas.

El oficial aseguró que tras decomisar las reses o caballos decomisados, estos quedan en depósito de la Policía.

Luego son llevados al sitio de resguardo, que en este caso es la propiedad de algún ciudadano altruista que colabore con las autoridades con sus terrenos para albergar a los animales y con la alimentación.

Tras ello esperan que Aduanas haga el valúo de los animales, que podría tardar una semana, para ser puestos en subasta pública.

El decomiso más grande que han realizado fue de 51 caballos, los que fueron puestos en subasta pública.

El caso se registró hace un mes y ya fueron vendidos. Ingresaron por el punto ciego Agua Salada en el municipio de Pasaquina.

Las zonas de entrada

Las autoridades aseguran que han ubicado al menos cuatro puntos ciegos por donde los contrabandistas hacen ingresar este tipo de animales.

Se ubican en los municipios de Concepción de Oriente, El Sauce y Pasaquina.

La Policía asegura que los contrabandistas ingresan desde Honduras, por puntos ciegos, con los caballos cargados en camiones.

Una vez en El Salvador descargan los camiones y usan jinetes que se encargan de arriar los animales por terrenos ubicados en los referidos puntos ciegos.

Los llevan hasta las zonas en donde no hay vigilancia policial y cargan nuevamente los camiones para llevar las bestias hasta los rastros clandestinos.