Momentos de tensión vivieron ayer residentes de la colonia Santa Mónica, en Santa Tecla, cuando un grupo de buseros de la Ruta 42B intentó derribar algunos de los portones instalados en la referida zona para protegerse de las bandas de asaltantes, según explicaron algunos vecinos.
Agentes policiales acudieron al lugar donde habitan unas 570 familias e impidieron la acción violenta por parte de los buseros.
Cansados de innumerables atracos, a cualquier hora del día, los habitantes han empezado a colocar portones en sus diferentes accesos para no seguir siendo víctimas de los delincuentes.
No menos de tres asaltos diarios se registraban en la colonia, aseguró un residente. “Por años, motoristas de la 42B han tomado la colonia como estacionamiento de sus unidades y les ha incomodado la instalación de portones”, añadió.
“De manera prepotente y violenta se dieron a la tarea este día (ayer por la mañana) de querer botar los portones y ante esa situación los vecinos nos unimos y salimos a la calle a defender nuestro proyecto de garantía de seguridad”, expresó el lugareño.
Además de la Policía asistió un concejal de la alcaldía de Santa Tecla y delegados de la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos.
La Policía explicó a los buseros que no podían por la fuerza eliminar los portones y les aconsejó que si tenían alguna insatisfacción que la canalizaran en las instancias pertinentes como el Viceministerio de Transporte o la alcaldía municipal tecleña.
Pero aún con esa advertencia, dicen los vecinos, algunos transportistas amenazaron con arrancar los portones.
“Ante estos hechos instamos a la PNC y al VMT a que nos apoyen y que antes de tomar cualquier decisión en perjuicio de la mayoría, que prevalezca el bien común”, agregaron.
Los lugareños aclararon a los buseros que la colonia no es un punto o terminal de buses como algunos motoristas han alegado.
A dos semanas y media de haber empezado a cerrar los accesos de la colonia, únicamente se ha registrado un asalto, lo que refleja el beneficio de la medida, dijo un residente. “Hemos cerrado porque estamos amenazados por la delincuencia”, sentenció.