En el Hospital General del Seguro Social la sala de Emergencia también está saturada. Hay camillas con pacientes colocados en los pasillos, junto a la pared. Ellos están esperando que quede libre una cama para ser ingresados.
Julia es una joven residente en Tonacatepeque, San Salvador. Llegó la noche del miércoles pasado con mareos y otros malestares. Tras algunas evaluaciones, los médicos decidieron hospitalizarla, pero no le dieron una cama, sino un canapé. “No hay espacio en los servicios”, comentó la joven . Ante la pregunta de si la dejarán ingresada, ella responde: “Ya estoy ingresada. Qué tengo, no sé, pero ya me dejaron en este pasillo”.
Al igual que ella otros pacientes esperan su recuperación en los canapés. Entre ellos está una señora de cabello blanco que se encoge.
En los pasillos los médicos hablan del problema. Dicen que la Emergencia está así porque los servicios de hospitalización están saturados y que ahí atienden todo tipo de enfermedades cuando deberían recibir solo los de tercer nivel. Es parte de la mala planificación de las autoridades, se les escucha decir.
El jueves pasado, a eso de las 10:00 de la mañana había 17 pacientes en camillas en la Sala de Emergencias. “Los pasillos no son para que los pacientes estén ingresados”, expresa uno de los profesionales de la salud.
Las personas esperan por una cama para ser internadas desde dos días hasta una semana. Mientras que el área de preparación de pacientes se usa desde hace más de un mes para mantener a cuatro usuarios. Las camas de la Observación, al igual que en el hospital Médico Quirúrgico, permanecen llenas. Hay 57 cupos aproximadamente, pero no dan abasto. Los empleados del centro aseguran que la zona destinada para el Hospital de Día se convirtió en observación 5 porque no cabían los pacientes en los pasillos. Ahí se habilitaron 13 camas hace medio año aproximadamente.