El “héroe nacional” olvidado en Guaymango

La guerra de Irak hizo de un soldado salvadoreño un héroe para la Fuerza Armada salvadoreña. Médicamente, aquel campesino de Guaymango no estaba apto para ir a Irak; tampoco lo entrenaron para ello. Aquel soldado hoy está olvidado... Su madre también

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El "héroe nacional" olvidado en Guaymango

Por Jorge Beltrán Luna Twitter: @Jbeltranluna

2013-05-19 8:00:00

Cortar mangos sazones, asolearlos, ponerlos a madurar y luego salir a venderlos es, por hoy, la forma como Herminia Ramos se ha estado ganando el sustento de los suyos en los últimos cinco meses, en Guaymango, departamento de Ahuachapán.

Confiesa que no tiene otra manera, aunque tan pronto como pase la cosecha de mangos -más o menos para cuando cumpla los 55 años- tendrá que cambiarla.

Herminia es la madre de Natividad Méndez Ramos, el soldado salvadoreño que murió el 4 de abril de 2004, en combate, en la ciudad de Nayaf, Irak, cuando formaba parte del segundo contingente del Batallón Cuscatlán, que el gobierno salvadoreño de turno envió a aquel país como parte de su colaboración con Estados Unidos en la guerra que esa nación libró durante casi toda la década anterior.

A poco más de nueve años de que recibiera el cadáver de su hijo, quien a sus escasos 19 años era su único apoyo económico para criar a otros cuatro hijos menores, Herminia dice que es el primer año que no le pudo hacer ni siquiera una misa.

“En eso se gastan centavitos y hoy no tengo de donde agarrar”, comentó la mujer de tez morena y de hablar sencillo, pero contundente.

Pero si Herminia no le hizo misa a Natividad por falta de dinero, mucho menos hizo la Fuerza Armada, que tampoco agendó nada para conmemorar la muerte de quien fue designado como “héroe nacional”, según reza una placa de mármol en la tumba del soldado en el cementerio municipal de Guaymango.

Este año, según Herminia, fue el segundo en el que la Fuerza Armada no se acordó del aniversario de la muerte del “héroe nacional”. La última vez que le llevaron una corona de ciprés fue para el día de los difuntos de 2011, asegura la madre del soldado caído en combate.

Hoy, con mucha más soltura que hace nueve años, la madre afirma que su hijo no debió haber sido enviado a Irak. Una constancia médica extendida en noviembre de 2003 indica que Natividad tenía un padecimiento en los oídos que lo imposibilitaba.

Esa constancia médica, firmada por el doctor Rodolfo Milla Flor, médico general del Hospital Militar en 2004, explica que Natividad no estaba apto para viajar a Irak.

Para Herminia, esa es la explicación clara sobre por qué a su hijo no le dieron los 30 días de licencia, como se los dieron a todos los del contingente, antes de partir a Irak: no estaba considerado para integrar el contingente.

Constancia médica: no apto para ir a Irak

De acuerdo con Herminia, un día de los últimos de enero de 2004, Natividad llegó a casa agitado.

Cuando ella le preguntó qué pasaba, el muchacho le dijo que le habían ordenado prepararse para ir a Irak.

Su partida era asunto de horas. Se estuvo unos momentos en casa, los justos mientras empacaba algunas cosa; lo más necesario para llevar al viaje de seis meses.

Mientras Natividad empacaba, le repetía que él no estaba preparado para esa misión. Era lógico, dice su madre: por el diagnóstico hecho por el médico Milla Flores, el 5 de noviembre de 2003, fue excluido del entrenamiento a que fue sometido todo el contingente.

Para Herminia, es claro que su hijo no estaba entre los seleccionados para viajar con el Batallón Cuscatlán. La constancia médica dice que padecía de otalgias: frecuentes dolores de oídos.

Su conjetura es que a algún soldado se le presentó un problema de última hora y su hijo tuvo que sustituirlo.

Mientras Herminia rememora aquellos días aciagos entre el aviso de la muerte de su hijo y la traída del cuerpo, el mayor de sus hijos acomoda unos mangos verdes al sol para que agarren color y luego ponerlos a madurar.

Herminia ya tiene una nieta que parece extrañarse al ver a su abuela llorar mientras conversa con un desconocido. La niña se acerca y con un dedo le toca una de las mejillas por donde ruedan lágrimas por su Natividad.

La señora se queja, incluso, de que de un lote que le dieron en el cantón Miravalles, de Sonsonate, solo le ha quedado el certificado, pues cuando quiso tomar posesión un tal Fermín, presidente de una cooperativa de la Hacienda Miravalles, le dijo que allí ella no tenía nada.

El lote, de manzana y media se lo otorgó el Instituto Salvadoreño de Transformación Agraria (ISTA). El Diario de Hoy visitó el lugar donde supuestamente el ISTA le otorgó la parcela a Herminia. Pero en el sitio no hay persona alguna que conozca el lote de la madre del exsoldado.

“Aquí el ISTA repartió lotes de terrenos que ya habían sido dados como pago de deuda agraria a algunos bancos y por eso es que mucha gente no ha tomado posesión de sus parcelas, porque no eran tierras del Gobierno ya”, dijo un hombre, habitante del cantón Miravalles.

Defensa niega incapacidad de Natividad

El Ministerio de la Defensa Nacional, a través de su Unidad de Acceso a la Información Pública, negó que Méndez Ramos hubiese sido declarado médicamente no apto para viajar a Irak.

También aseguró que el militar participó en el adiestramiento que la unidad desarrolló como preparación previa a su despliegue en Irak.

Respecto de la parcela de tierra que, al menos en documentos, ha sido asignada a la madre del militar caído, Defensa dice que “aún se encuentra en trámite legal de desmembración en cabeza de su dueño, con boleta para dictamen de autorización por parte de la Junta Directiva del ISTA”.

No obstante, el certificado de asignación le fue entregado a Herminia Ramos el 2 de mayo de 2004. Han transcurrido nueve años y aún se encuentra en trámite legal.

Herminia mostró el certificado que el entonces presidente Francisco Flores le entregó. Tiempo después ella fue a Miravalles pero un tal Fermín, parte de una cooperativa agrícola le dijo en tono amenazante que ella no tenía ningún terreno allí.

Recién enterrado Natividad, Herminia recuerda que hubo muchos ofrecimientos, y de todo tipo, de parte de instituciones gubernamentales del país; sin embargo, muy pocas, concretaron sus promesas.

Recuerda que para el invierno anterior, fue a la alcaldía de Guaymango a solicitar un poco de abono para sus cultivos; la respuesta que obtuvo fue que si apoyaba a la alcaldía se lo darían.

Ella le respondió que no le gustaba andar en esos asuntos. “Entonces rebúsquese para que la vaya pasando”, cuenta que le dijeron.

Sin flores en la tumba

La mujer se tomó la respuesta en serio. Sobre todo para continuar criando a sus hijos y poner a estudiar a Marcos y a Juan Antonio, de 12 y 14 años, quienes cursan quinto y séptimo grado, respectivamente, en una escuela pública.

El Ministerio de Defensa respondió que al “Héroe de Guaymango” no se le ha olvidado. Afirmó que cada año, desde 2004 hasta 2012, la institución ha colocado ofrendas florales, banderas y remozado la tumba cada 7 de mayo, Día del Soldado; y cada 2 de noviembre, Día de los Difuntos.

No obstante, El Diario de Hoy visitó la tumba de Natividad el 3 de abril anterior, un día antes del aniversario de su muerte durante la batalla de Nayaf, y el 8 de mayo anterior, un día después de celebrarse el Día del Soldado, y no encontró nada de eso.

El 3 de abril, la tumba tenía algunas flores y adornos de papel que, según Herminia, ella había colocado el último Día de los Difuntos.

El 8 de mayo, la tumba del “Héroe de Guaymango” estaba sin los adornos de papel, se los habían quitado, estaba limpia. Tampoco tenía alguna ofrenda floral colocada la víspera, como asegura Defensa.